Pablo
Aguado en León, Juan Leal en La Brede y Manuel Escribano en Utrera regresan
este fin de semana después de sus convalecencias.
DARÍO
JUÁREZ
Diario EL
MUNDO de Madrid
De entre todo lo destacado -que ha sido mucho- que
ha tenido la Feria de San Isidro 2019, lamentablemente, gran parte de su
protagonismo lo han copado las numerosas cogidas que se han producido a lo
largo de estas treinta y cuatro tardes de toros. Algo realmente preocupante, ya
que muchas de ellas han sido de pronóstico grave y, por fortuna, en manos de
los doctores de la enfermería de la plaza, como en las de los equipos médicos
de La Fraternidad y del Hospital San Francisco de Asís, han sido tratadas de
una manera realmente eficaz. Sin embargo, la mayor parte de culpa de la
celeridad en la recuperación de los toreros la tienen los propios toreros. Su
fuerza de voluntad, sus ganas y su afición por encima de todo, han hecho que
muchos de ellos ya tengan fecha de vuelta.
Juan Leal será uno de los primeros heridos de San
Isidro en reaparecer. El diestro francés fue cogido en la zona perianal, el
pasado 25 de mayo, por un toro de Pedraza de Yeltes al que cortó una oreja y
este sábado regresa a los ruedos en la localidad francesa de La Brede, ante una
corrida de Fuente Ymbro y flanqueado por Daniel Luque y Juan Ortega.
Cinco días más tarde del percance de Leal, Manuel
Escribano caía herido por el toro Español de Adolfo Martín que le infirió una
cornada de 25 centímetros en el muslo izquierdo, produciéndole destrozos en la
musculatura abductora, vasto interno y la contusión de la vena femoral. Este
sábado ya está anunciado junto a Octavio Chacón y Pepe Moral con una corrida de
Miura en la localidad sevillana de Utrera.
El último caído fue Pablo Aguado. El sevillano
dejó la miel en los labios de la Monumental, cuando el tercer toro de Santiago
Domecq en la Corrida de la Prensa le hacía visitar al galeno sin billete de
vuelta, tras una cornada que caló la parte superior del muslo derecho a la hora
de ejecutar la suerte suprema. Zahareño era el segundo toro de su lote, del que
se tuvo que hacer cargo para darle lidia y muerte El Fandi. Un gran toro, bravo
y que estaba destinado para cruzarse con la naturalidad de Aguado. No fue así,
pero tras declinar los contratos de Granada, Alicante y Badajoz, el joven
sevillano reaparecerá este domingo en León con una corrida de Matilla y en
compañía de El Fandi y Cayetano en el cartel.
Una de las cornadas más graves de toda la feria se
la llevó Román. El 9 de junio, el joven valenciano regresaba a Madrid, una
tarde más, para coger la segunda de las tres sustituciones -Nimes, Madrid y
Vic-Fezensac- que le dejó su también compañero caído Emilio de Justo, días
antes en la plaza de Cáceres. Esa tarde, Román volvió a demostrar el buen
momento por el que atraviesa, dejándolo patente con el valor y la frescura de
su toreo con un complicado toro de Baltasar Ibán, el cuál le corneó de muy fea
manera al entrar a matar en el muslo derecho. La vida por la vida. Un torero
que ya conocía la dureza de esta profesión, sin embargo, esta cornada supuso un
antes y un después: "Pensaba que me moría", confirmó el propio
torero, en la rueda de prensa que concedió a escasas horas de abandonar el
hospital, lo que había afirmado uno de sus apoderados horas antes a EL MUNDO.
Por el momento no tiene una fecha de vuelta oficial, pero su deseo es poder
reaparecer en la feria de Santander o en la de Valencia del próximo mes de
julio.
En los casos de Gonzalo Caballero -herido por un
toro de El Pilar el 21 de mayo- y Sebastián Ritter -herido por un toro de El
Ventorrillo el pasado 10 de junio-, que ya han recibido el alta hospitalaria,
aún no hay definida una fecha exacta para su regreso a las plazas. Y en el caso
del banderillero Víctor Hugo Saugar Pirri, tampoco.
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