David
de Miranda escucha los tres avisos y López Simón corta una oreja de un toro de
dos.
SALVA
FERRER
Alicante
Cuando Simón Casas ideó esta Feria de Hogueras y
Nacho Lloret la presentó en el Ayuntamiento de la Ciudad de la Luz, Román y
Pablo Aguado no habían comparecido en Sevilla y Madrid. Las cuatro orejas de
Aguado en la Maestranza y el ferión de Román en San Isidro revalorizaron el
cartel.
Quedó la ilusión marchitada por la sangre
derramada, que es la constatación de la autenticidad de este espectáculo único.
Tras la feria de abril celebrada en mayo y el ciclo isidril abrochado en junio,
Aguado y Román están en boca de todo el toreo. Por la gloria y por la verdad.
La gracia y el valor. La naturalidad grácil del sevillano y el valor
sobrenatural del valenciano. Oportuno es el refranero: "unos las firman y
otros las torean". Resultó un acierto en pos de la "justicia"
taurina que David de Miranda reemplazara al valenciano y Ginés al sevillano.
Ambos hicieron el paseíllo desmonterados y vestidos de verde hoja y oro. Los
dos, además, saben lo que es poner Las Ventas boca abajo. Coincidencias. Esta
temporada está marcando un punto de inflexión: juventud al poder. Empresas y
figuras están en la "obligación" de dejar entrar el aire fresco que
golpea a puñetazos la puerta de las ferias.
El Parralejo es ganadería brava y encastada. En la
memoria del periodista habita ese recuerdo en forma de movilidad encendida que
trepa y prende los tendidos. El sexteto tuvo muchos matices. El primero tenía a
rebosar el depósito de clase y bondad. El tranco, la manera de entregarse
descolgado, de salida. Los niveles de fuerza se hallaban en el límite. El fondo
le hizo sostenerse pese a claudicar en varias ocasiones. Trató López Simón de
afianzar la embestida. A veces, lo consiguió. En el tono global de la faena
faltó pulso y sutileza.
Más entonado estuvo con el excelente cuarto, más
hecho y más toro además. Cubanito tuvo clase y celo, ritmo y profundidad. López
Simón se encajó con él. Hubo ligazón, ajuste y gusto. El toreo en redondo salió
bordado. Deletreado por momentos. Una estocada en los mismos medios. Una oreja
que supo a poco. Una ovación en el arrastre se llevó el toro, que era de dos.
Ginés Marín saludó a la verónica a Carapapa.
Notables fueron varios lances con la bamba. Quitó luego por chicuelinas. El de
El Parralejo tenía la expresión altiva sin ser toro arrogante. Dejó hacer y
estar. Marín le dio fiesta, proyectó una amplia variedad de suertes con la
flámula. Ginés apretó el acelerador, hizo muchas cosas pero faltó poso. Como
atacado un torero que sabe torear despacio y bien. Apretado y eléctrico fue el
cierre por bernadinas. Soberbia la estocada. Oreja.
Al quinto, Ginés le hizo faena con la muleta... y
con el capote. Un surtido de suertes: chicuelinas, tafalleras, cordobinas, la
media con el compás abierto y a pies juntos. Y otro quite: mejor el segundo por
gaoneras. Acusó el toro la exigencia con el percal. Aplomado, aunque con
franqueza. Faena sin apenas relieve pero bien rematada con la espada. Puerta
Grande de Alicante.
David de Miranda se presentó como matador en
Alicante con Marinero. Toro encastado y a más. A más fue también la intensidad
de la faena del torero de Trigueros. Antes firmó un meritorio quite por
saltilleras abrochado por una brionesa muy toreada. El prólogo de la faena fue
en la misma boca de riego: un fajo de estatuarios y un desdén más toreado de lo
habitual por debajo de la pala. Sobresalió una serie maciza con la zurda.
Largos los naturales, la embestida embebida con los vuelos.
El sexto hizo una pelea espectacular en varas.
Soberbio el toro y el varilarguero. De Miranda prologó en los medios con pases
cambiados. La forma de desentenderse del toro en los finales hacía presagiar
que se podía rajar. Lo sujetó el torero onubense tapando las rendijas. Manseó,
escarbó y protestó en honor a su nombre: Protestón. Pasó un mal rato con los
aceros, especialmente con el descabello. Sonaron los tres avisos.
Moraleja: Ni todo el toro que mansea es manso ni
todo toro que pelea en el caballo es bravo. La bravura y la mansedumbre.
Conceptos complejos.
EL PARRALEJO - López simón, Ginés Marín
y David de Miranda
Plaza de toros de Alicante. Feria de
Hogueras o de San Juan. Viernes, 21 de junio de 2019. Corrida de toros, primera
de abono. Dos tercios de entrada en tarde veraniega aunque encapotada.
Se lidiaron toros de El Parralejo, de hechuras dispares y desigual conducta. Endeble el
enclasado 1º, noble el 2º, encastado el 3º, notable el 4º, ovacionado en el
arrastre, manejable y dócil el 5º, manso el 6º.
López
Simón, de gris perla y oro.
Estocada tendida trasera y descabello. Aviso. Silencio. En el cuarto, estocada.
Aviso (oreja).
Ginés
Marín, de verde hoja y oro.
Estocada (oreja). En el quinto, estocada. Aviso (oreja).
David
de Miranda, de verde hoja y oro.
Pinchazo y estocada baja (silencio). En el sexto, estocada que hace guardia,
dos pinchazos, media y cuatro descabellos. Tres avisos (silencio).
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