El
valenciano Borja Collado y el mexicano Miguel Aguilar causan gratísima
impresión y salen por la puerta grande con una novillada de lujo de César
Rincón.
ZABALA DE
LA SERNA
@zabaladelaserna
Granada
Foto: NTR
Foto: NTR
Granada se vació extasiada y ayer respiraba
exhausta y sola. La caravana de José Tomás partió colmada de gozos sin sombra y
la prole mediática abandonó la escena de la apoteosis. La luz del mito traspasó
pantallas y fronteras, el ciberespacio a la velocidad del Halcón Milenario.
En la Monumental de Frascuelo no se quedaron ni
las plumas que se soliviantan cuando una feria no programa una novillada. A
rebufo del acontecimiento tomista, la empresa Lances de Futuro organizó un
cartel de promesas para que su nombre cobre sentido. El gueto en el que viven
los novilleros -también informativamente- es mortal.
Debutaban tres chavales de muy diferentes tipos y
hechuras, cortes y estilos: el granadino Aquilino Girón, que es todo corazón;
el valenciano Borja Collado, fino y alegre; y el mexicano Miguel Aguilar, firme
y grave.
Girón brindó al maestro César Rincón el utrero
inaugural de la verdadera oportunidad que ofrecería El Torreón. La calidad con
la fuerza precisa se perdió en faena tan valerosa como brutota. Aquilino G. se
tiró a matar con una rectitud acongojante. Fue la última voltereta de las tres
sufridas durante la lidia, más por apasionada entrega del chico que por el
santo novillo. Que rodó tras el espadazo con que conquistó AG el palco.
Collado derrochó una facilidad pasmosa con el
capote más allá del saludó a porta gayola, los lances rodilla en tierra y una
larga también penitente. Galleó por ligeras chicuelinas y quitó por airosas
saltilleras. El prólogo de faena con un cambiado de hinojos sobre el platillo y
los redondos sin incorporarse asombraron. El buen novillo traía un punto
informal en el ritmo que pedía enganchar y mandar; Borja compone bonito y tiene
dibujo en su izquierda. La frescura presidió todo. Y sumó su trofeo.
Como Aguilar en su turno. Los inicios trémulos del
utrero se fueron afianzando sobre su bravo son. El mexicano presentó sus cartas
en un apretado quite por gaoneras. Y en las afueras planteó también la faena.
De rodillas y en redondo. De la llamada de atención pasó a mayores en pie:
aplomada planta y gobierno, muy largo y poderoso el trazo. Al igual que Collado
pinchó antes de enterrar el acero.
El lujo de los pupilos de Rincón fue tal, que a
las 21:05 horas todavía arrastraban al cuarto. Que subió de presencia la
novillada -más fuertecita ya- y no la disminuyó en bondad. A Aquilino Girón
costó ya encontrarle alguna virtud más que el afanoso y robusto empeño. Parece
como si se encogiera para torear. Esta vez no funcionó la espada para arreglar
la historia. Que acabó con otros revolcones desesperados.
Los prometedores inicios del colorado quinto los
aprovechó Borja Collado pintureramente. Del prólogo quedaron las huellas de su
muñeca zurda. Luego, en dos rondas de derechazos desmayó su figura encajada,
relajada y reunida. Los pases morían cerquita, sin vaciarse con ellos, pero
prendían la llama. Cambió el novillo después de tropezarlo un par de veces. Los
ayudados por alto finales recuperaron la chispa con su aquél. El acero le dio la
puerta grande.
A Miguel Aguilar le funcionaron el valor y la
cabeza en perfecta conjunción con el último de Rincón. Que vino a ser el más
áspero de los seis, sobre todo cuando le acortó terrenos. Así lo sintió torero
de México, que jugó con la media distancia y la inercia: los testarazos pasaban
de largo. La verdad del principio de faena por naturales había tapado con
generosos metros las complicaciones del bicho violento y protestón. No mereció
perder la gloria por el descabello; la presidenta lo entendió. A hombros de El
Torreón se fueron Collado y Aguilar. El futuro, o sea.
EL TORREÓN - Aquilino Girón, Borja
Collado y Miguel Aguilar
Monumental de Frascuelo. Domingo, 23 de
junio de 2019. Última de feria. Casi media entrada.
Novillos de El Torreón, muy bonitos, más fuertes los tres últimos, y muy
buenos; el 6º más áspero.
Aquilino
Girón, de negro y oro. Estocada
(oreja). En el cuarto, tres pinchazos y estocada defectuosa que escupe y
descabello. Aviso (saludos).
Borja
Collado, de salmón y oro.
Pinchazo y estocada (oreja). En el quinto, estocada (oreja).
Miguel
Aguilar, de nazareno y oro.
Pinchazo y estocada (oreja). En el sexto, estocada atravesada y tres
descabellos (oreja). Salió a hombros con Collado.
PARTE MÉDICO AQUILINO GIRÓN
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