Tardes
pletóricas en prácticamente todas las citas. Papel acabado en Granada y
Alicante; cumbres toreras en esas mismas plazas y en Badajoz; feliz vuelta de
Manuel Escribano en Utrera, corridón de Miura. ¡No va más! me dan ganas de
gritar, ¡un miura indultado! Y no se puede olvidar la deslumbrante aparición de
José Tomás en Granada, de donde vuelven los fieles levitando de gozo.
JOSÉ LUIS
BENLLOCH
Redacción APLAUSOS
El solsticio de verano, las noches de San Juan,
las estrellas confabuladas, todo parece alineado para que la Fiesta sea tan
fiesta como todos desean, como se necesita. Abajo las amarguras. En Alicante,
desde donde escribo, la gente lo vive en la calle. La ciudad, desde la
Explanada al castillo de Santa Bárbara, es un hervidero, sin horarios, hombres
y mujeres la trajinan gozosos, hartos de los chalaneos con los que nos machacan
los informativos. Es la España real. La reflexión vale para la terreta y vale
para Granada, para Badajoz, para León, para Algeciras, que calienta motores, y
hasta para La Brède, el último bastión del toreo al norte del norte, en el
mismo Burdeos, donde un alcalde, Michel Dufranc, ha hecho de los toros bandera
y argumento importante de su mandato. Persista, alcalde, persista en su
ilusión.
En lo estrictamente taurino, es evidente que se
acabó el gran San Isidro 2019: buena cosecha, hubo toros y toreros, mucho
tiempo que no sucedía cosa igual. Ahora la temporada afronta otro guion. Este
más afable, menos toro en la plaza, que no significa que haya que perder la
dignidad ni el norte, y brazos abiertos en los tendidos. Como consecuencia
directa de todo ello respira la torería, los que pasaron por ese examen de
grado tremendo que impone la capital y los que lo esquivaron. Ha llegado el
verano. Esta es otra Fiesta, diferente, también necesaria, en realidad es
necesidad vital. Una semana más de puertas abiertas en Las Ventas y hubiesen
reventado los hígados de público y toreros e incluyo en el grupo a los
ganaderos, que para estar allí tienen que pasar exámenes varios en el campo, en
los corrales, en la plaza, de parte de los toreros, un veedor, otro veedor y
otro más, ese toro abre la cara, obsesión de los últimos tiempos, aquel la
cierra, ese es alto, ese no pasa, lo que le gusta a uno no le gusta al otro, el
curro de cinco años a expensas de los ojos ajenos, también de la empresa, de la
autoridad... y al final de ese trayecto todo depende de la pericia de los
toreros y del ánimo de los aficionados. Y en ese punto la culpa, de lo malo, la
tiene el toro. Eso es así siempre o casi siempre. Todo ello sin que apenas
cuente, en realidad nada, la opinión del criador. Y no me quiero olvidar,
quedan incluidos entre los resistentes isidriles los compañeros que cubrían a
diario lo que llamamos mundiales del toreo. Una advertencia, también los
periodistas se pueden atorar. Y aun así o por todo ello: ¡Viva San Isidro!
Tras San Isidro la temporada afronta otro guion. Este más
afable, menos toro en la plaza, que no significa que haya que perder la
dignidad, y brazos abiertos en los tendidos. Como consecuencia directa de todo
ello respira la torería
RÉCORD,
RÉCORD…-. La noche del sábado aplausos.es se desbordaba de buenas noticias
y se desbordaba el número de visitas de los aficionados a la web ansiosos de
conocer. Récord, récord, récord… ¿Quién dijo que los toros no interesan? Las
visitas ya hace que superaron lo impensable, cien mil y creciendo. La jornada
fue redonda. Tardes pletóricas en prácticamente todas las citas. Papel acabado
en Granada y Alicante; cumbres toreras en esas mismas plazas y en Badajoz,
donde un Ferrera que se ha apuntado a la genialidad siguió alimentando su
leyenda de torero singular, con indulto incluido de un gran toro de Victoriano
del Río, un torbellino embistiendo, solo apto para profesionales, solo ver el
vídeo te seca la boca; feliz vuelta de Manuel Escribano en Utrera, corridón de
Miura, lo cuenta Carlos Crivell, con otro indulto. ¡No va más! me dan ganas de
gritar, ¡un miura indultado! Tahonero se llama y se suma al cuadro de honor
particularísimo de Escribano, Cobradiezmos y ahora Tahonero, no todos pueden
presumir de semejantes cimas con miuras y victorinos. El milagro es que le
resiste el hígado. Y no se puede olvidar la deslumbrante aparición de José
Tomás en Granada, de donde vuelven los fieles levitando de gozo.
De Alicante me llevo el recuerdo de la pugna de
gallos la tarde de los juampedros. Más bravos los toreros que los toros. Fue el
mismo día que Castella se rebeló contra su papel de abreplaza. La tarde que
Manzanares le puso regusto a lo que en la mayoría de los casos son banderazos
-¡una maravilla! los cambiados por la espalda- y dejó a salvo su fortaleza
alicantina antes de que Roca se mostrase avasallador, aunque eso ya no sea
noticia ni sorpresa. No olvido tampoco, sería un sacrilegio, la torería de
Morante, creativo y genial, ni la ciencia lidiadora de Juli, ni la entrega de Ureña,
que cuando no pudo por lo clásico se adentró en caminos más populistas. Tampoco
olvido, sería peligroso, la presentación de las corridas, no cabe más rebaje,
un paso más en esa dirección y se caería en la ignominia.
El fin de semana acumuló tardes pletóricas en prácticamente
todas las citas. Papel acabado en Granada y Alicante; cumbres toreras en esas
mismas plazas y en Badajoz; toros indultados; feliz vuelta de Escribano en
Utrera con miuras… ¡No va más! me dan ganas de gritar. Y ni qué decir de la
aparición de JT en Granada
ESTABILIDAD.-
Por la ventana de la habitación del hotel de Alicante se filtran las notas
del Pan y toros, del Tercio de Quites, del Himno de Hogueras… que interpretan
las bandas que por esta tierra son muchas y buenas. Es fiesta y son toros. Me
gusta. Cada plaza tiene su singularidad y Alicante es así, generosa, abierta,
torerista, orgullosa de sus toreros, motivos tiene, una plaza estable en esta
etapa que encontró el buen rumbo de la mano de un empresario de la tierra. Ahí
está la clave, en el conocimiento de lo propio. Lloret, Nacho Lloret, se llama,
ya se lo dije en alguna ocasión. Una gestión de proximidad es la clave del
éxito en todas las plazas. Por cierto, este año los anti no aparecieron.
Toquemos madera.
CABALLERO,
QUÉ TORERO...- Acabo esta Pincelada con la ilusión que genera un nombre con
el que se iniciaron estas Hogueras, Manolo Caballero, hijo del matador
albaceteño del mismo nombre. Cortó hasta el rabo de un buen novillo de Daniel
Ramos y el público salió de la plaza con los ojos de asombro propios de quien
ha presenciado un alumbramiento muy especial. El chico, que tiene desparpajo y
los conceptos familiares, lo que equivale a decir regionales, muy arraigados,
mostró la seguridad de quien ha hecho los deberes. Si el padre, como cabe
suponer, soñaba con que su hijo no sintiese el gusanillo del toreo, se ha
llevado un chasco; el chico, apenas un adolescente, está contagiado, es torero,
torero como su padre. Así que una vez asumido lo irremediable debe alegrarse
porque tiene condiciones. Yo me alegraría. Como me alegré y mucho de que Eloy
Sánchez, un chavalín de Valencia, otro, le acompañase en el triunfo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario