JAVIER
LÓPEZ PÉREZ
La presencia de José Tomás en el cartel de este
sábado en Granada ha provocado que durante los cuatro días que dura la Feria
del Corpus la ciudad se colapse de aficionados provenientes de todas partes del
mundo, que no quieren perderse el que de momento será el único paseíllo del
madrileño esta temporada.
Desde hace meses no queda disponible ni una sola
habitación de hotel, y eso que los precios se dispararon de una manera
espectacular ya desde el mismo momento que se anunció la contratación de José
Tomás para el Corpus granadino.
También los negocios de hostelería están haciendo
su particular agosto, con bares, cafeterías y restaurantes repletos de
aficionados que, por cuatro días, han conseguido que la tauromaquia sea el
principal tema de conversación y han hecho también de la capital nazarí la
capital mundial del toreo.
Todo esto es por la expectativa que despierta José
Tomás cada vez que torea en cualquier plaza del panorama nacional o
internacional. El impacto económico que genera más allá de los ruedos es
descomunal.
Ese halo de misterio que siempre ha envuelto su
figura, su consabido valor unido a la pureza más absoluta de su toreo, la
exclusividad que consigue al actuar tan poquísimas veces cada año y el veto a
las televisiones, hacen que el aficionado que consiga una entrada para verle en
directo sea un auténtico afortunado.
Nadie más que el que vaya a la plaza ese día podrá
decir "yo vi a José Tomás"; el resto de los mortales deberán
conformarse con la pequeña pieza de vídeo de dos minutos de duración que desde
su oficina de comunicación preparan con sumo cuidad para distribuir
posteriormente a los medios audiovisuales, o lo que se publique en las redes
sociales.
Además, desde hace años, para poder asistir a la
corrida de José Tomás es necesario comprar el abono para la feria entera, algo
con lo que el empresario se asegura también el éxito en la taquilla en todos
los festejos que conforman el serial.
Una fórmula que no falla, pues las entradas para
esta edición del Corpus granadino se agotaron en cuestión de horas, algo que,
por otro lado, le viene de perlas a los reventas, que ya están llegando a
decuplicar el precio original de cada entrada en taquilla.
En redes sociales es donde más se puede comprobar
este negocio, con anuncios trampa en los que se llegan a pedir 5.000 euros por
un bolígrafo y de regalo una entrada de primera fila de sol cuantificada
originalmente en poco más de 40 euros.
Y a buen seguro que esa entrada acabará
vendiéndose, pues lo que es seguro al cien por cien es que el sábado, en la
Monumental de Frascuelo, no cabrá ni un solo alfiler.
Con esto queda demostrado que en estos tiempos en
el que han aparecido jóvenes valores que están moviendo el avispero taurino
como el peruano Roca Rey o el sevillano Pablo Aguado, el que sigue siendo el
rey de los ruedos es el maestro de Galapagar, que, aún sin competir con nadie y
con un cartel "a la carta", es el que de verdad moviliza las masas
como ningún otro.
Algunos le criticarán porque evita plazas y ferias
de responsabilidad, solamente se anuncia donde él quiere y se siente a gusto de
verdad; también por el tipo de toro al que se enfrenta, tan seleccionado de
antemano y perteneciente a un abanico muy reducido de ganaderías; pero la
realidad es que cuando suenan clarines y timbales, se abre la puerta y sale
José Tomás... El mundo se para. / EFE
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