El salmantino corta la única oreja de la primera de feria; detalles de
Curro Díaz con el toro de más clase una descastada corrida de La Palmosilla;
desdibujada imagen de Román.
GONZALO I. BIENVENIDA
Diario EL MUNDO de Madrid
Tras el prólogo de la novillada,
Valdemorillo descerrajó con la corrida de este sábado la temporada taurina. Un
nuevo año con el toro como epicentro para tantos y tantos aficionados en
España.
En los corrillos previos se comenta
el atractivo bombo parcial de San Isidro. Hay ganas de hablar de toros. Los
aficionados vivimos de recuerdos, bajo la cubierta de La Candelaria se vivió la
rivalidad entre Víctor Barrio y Juan del Álamo de novilleros. Un mano a mano
que dividió a la afición como en la época más gloriosa del toreo.
Esta plaza fue el trampolín de
Barrio también de matador. Inevitablemente Juan del Álamo recordará siempre al
torero segoviano.
Protagonizó la tarde gracias a su
raza. Se esperaba más de la corrida de La Palmosilla en un año tan crucial con
su presencia en Sevilla, Madrid y el debut en Pamplona. El primer toro de su
lote resultó áspero. Su basta hechura no auguraba gran flexibilidad en la
embestida. Del Álamo se impuso a las tarascadas, a las coladas y a los duros
derrotes. Lo pudo con profesionalidad. En aquel toro debutó Mambrú en la
cuadrilla del salmantino saludando una justa ovación.
Cortó una oreja del quinto, un toro
que reafirmó la falta de raza de la corrida, que se defendió más que nada. Este
se movió sin entrega, a media altura y sin recorrido. No se aburrió Del Álamo
que lo empujó hacia delante. Resultó volteado y rodó por la arena. Se recompuso
y se impuso a base de valor. En las últimas tandas se entregó algo más el toro
de los Núñez. El remate de la meritoria labor fue por molinetes. La oreja
premió la entrega del salmantino.
Con la violencia del cuarto, luego
se acordaría Curro Díaz de la clase del primero. Apuntó el de Linares pero sólo
disparó en los remates, en algunos naturales sueltos y, sobre todo, con dos
soberbias estocadas.
En el primero faltó acople, es
cierto también que al de La Palmosilla le faltó recorrido. El cuarto soltaba un
gañafón a mitad de viaje. Curro no se aburrió hasta conseguir desmallar algunos
naturales.
Román mostró una desangelada imagen.
El invierno en el que se esperaba una evolución de su concepto torero ha
resultado yermo. Su valor es el de siempre, como demostró en los estatuarios,
en las manoletinas, en los arrimones pero su toreo está ayuno de muchas cosas.
Dio muchos muletazos pero poco fue para recordar. Como sin un concepto
definido, sin ideas, sin dejar la muleta puesta.
Al primero de su lote le faltó celo
y al segundo entrega. Con el descabello pegó un petardo en el tercero. Mejor
estoqueó al sexto pero no tapó la imagen dada.
La Palmosilla / Curro
Díaz, Juan del Álamo y Román
Sábado, 9 de febrero de 2019.
Feria de San Blas y la Candelaria. Más de media entrada.
Corrida de toros de La Palmosilla, bien presenta y de
desrazado juego en su conjunto; enclasado el 1º; áspero el 2º; sin celo el 3º;
violentó el 4º; desrazado el 5º; sin entrega el 6º
Curro Díaz, de grana y oro. Estocada (saludos tras petición). En el cuarto,
estocada (palmas).
Juan del Álamo, verde botella y oro. Estocada corta trasera (silencio). En el quinto,
estocada trasera (oreja).
Román, sangre de toro y oro. Dos pinchazos, estocada y muchos descabellos.
Dos avisos (silencio). En el sexto, estocada. Aviso (silencio).
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