jueves, 14 de febrero de 2019

"Emilio de Justo lleva ya 10 años en el bombo"

ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de Madrid

Paco Ureña y Sebastián Castella, los dos toreros de Simón Casas, ya son los dos primeros toreros apuntados en el nueva lotería de San Isidro; Ginés Marín y Diego Urdiales se incorporan al sorteo.

El lioso nuevo bombo de Simón Casas, que tanto ha dividido las opiniones y las teorías, ya cuenta con dos toreros que no son otros que dos toreros de Simón Casas: Paco Ureña y Sebastián Castella, por estricto orden de alistamiento.

Hombre, se esté más o menos de acuerdo con el seudo sorteo que reserva para la empresa no pocas bolas, a parte de las que toca, convengamos que anunciar a dos matadores de la casa de Casas como los primeros que voluntariamente dan un paso al frente es un tanto burdo. Pero, bueno, cada cual tiene sus estrategias. Y, como aquí hay muchas, las explicadas -a trancas y a barrancas- y las que nadie sabe, hay algunas claves fuera de plano que habría que conocer.

Por ejemplo: ¿Qué pasa con la corrida de Núñez del Cuvillo comprada para Beneficencia? ¿Y con la de Victoriano del Río que no está entre las 10 del sorteo? ¿Hay una reserva de tres y tres por si se cae todo el chiringuito?

De momento, nada se habla de estos comodines. Pero que, si fueran usados para las figuras que no transijan, Madrid les esperaría en armas por rehuir el bombo.

Decía yo el otro día en Canal Toros que si aceptan está castradas y si no, condenadas. Tal es la situación a las que se les aboca. Partiendo todos de la base de que cansan tantas exigencias de los ases del toreo sólo pelados por las mismas cuatro ganaderías, los dineros, las fechas, los compañeros, el uno por delante que ya a partir de los 15 años de alternativa se hace difícil inventar... Pero haga usted una feria sin ellos (los Morante, Juli, Manzanares)... Que ven en esto una grieta para dinamitar su estatus donde otros atisban un San Isidro en proceso de total abaratamiento.

En tiempos de cristal, un desplome, un crash, del abono sería trágico. Que a mí de todo este ensayo -para 10 tardes de 34, ojo- es lo que sinceramente me preocupa. Quitando el foco de su órbita, saquemos a la luz el caso, por ejemplo, de Diego Urdiales tras tantísima lucha. Después de la tarde biblíca de Otoño -Puerta Grande, tres orejas, la magia de lo añejo- y aceptar entonces el sorteo puro, ¿de verdad que ahora tiene que sortear cuando por primera vez en su vida le tocaría pisar moqueta? Es una putada -y no miento Bilbao- aunque fuera a Beneficencia.

Que va. ¿Y Emilio de Justo, que se marcó otra Puerta Grande en la otoñada como rúbrica a un año incontestable? Me quedo con una frase cazada al vuelo: "Emilio ya lleva 10 años en el bombo". La suscribo al cien por cien. Que cada uno mande en su hambre y en su dignidad.

Al final, ojalá salga, o no, el invento de Simón Casas de la manera menos dañina posible para Madrid. De momento, el cartel más ilusionante de todos los conocidos en 2019 está hecho sin bombo y por el propio Simón para Resurrección.

Sigamos hablando de toros. Que al menos eso trae por delante el bombo. O bombito (Arnás).

P.D: Ginés Marín, apoderado por la FIT, acaba de saltar como el tercero en liza en la lotería isidril. Y Diego Urdiales como cuarto. Se suman nombres a la espera de la respuesta de las figuras.

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