BORJA ILIÁN
El diestro mexicano Luis David Adame cortó este domingo tres
orejas y un rabo para ser el triunfador de la Corrida Goyesca de la ciudad
mexicana de Pachuca, en la que el rejoneador español Diego Ventura obtuvo otros
tres apéndices y su compatriota el matador Enrique Ponce uno. La Plaza Vicente
Segura de Pachuca registró tres cuartos de entrada, y los toros de Bernaldo
Quirós dieron distinto juego, aunque todos fueron escasos de fuerza y estaban
pasados de peso. El de regalo de José Julián Llaguno fue de gran movilidad.
Luis David toreó con mucho sitio a su primero, con el que
debió seguir ligando pases pero por buscar adornos la faena por el pitón
derecho perdió interés con un animal escaso de fuerzas y de mucha clase. Mató
de una buena estocada y obtuvo su primer apéndice.
La faena a su segundo la inició de rodillas para continuarla
muy quieto, templando la embestida de un manso que sin embargo por la furia con
la que arremetía lograba trasmitir emoción a los tendidos. Estuvo Luis David
por encima del astado, que salía suelto del segundo pase de cada tanda y al que
lidió finalmente con un toreo menos ortodoxo y de más gestos que muletazos. Antes
de matar hubo unos momentos de incertidumbre pues los asistentes pedían el indulto
del toro. El juez de plaza, con buen criterio, no lo otorgó y pudo verse lo
mejor de la tarde en una gran estocada recibiendo de Luis David. Dos orejas y
un rabo sellaron el éxito del torero originario del estado mexicano de
Aguascalientes.
La corrida de Bernaldo de Quirós repartió distinta suerte
entre los matadores, siendo Enrique Ponce el menos favorecido. El valenciano
vivió un episodio con su primer toro que puso a parte del público en su contra.
El animal perdió un pitón al chocar con las tablas, lo que obligó a devolverlo
vivo a los corrales. Tras unos quince minutos en los que ni cuadrillas ni
operarios fueron capaces de hacer que tomase el camino de salida de la arena,
Ponce determinó finiquitar al animal y con ello retrasó más el transcurrir de
la lidia.
Pidió la presencia de los picadores para castigar al toro y
así facilitar su labor con el acero, decisión que generó una gran bronca en los
tendidos que le marcó toda la tarde.
Con el que salió en sustitución del toro devuelto poco pudo
hacer pues fue un manso que pronto desarrolló sentido.
Con su segundo estuvo fijo y templado al iniciar la faena de
muleta pero el animal se rajó pronto y Ponce apenas pudo ejecutar pases sueltos
con facilidad. Mató de una estocada caída. Parte del público protestó la oreja
que el español paseó. En la cuadrilla de Enrique Ponce brilló Gustavo Campos,
que fue obligado a saludar al tercio tras su labor de banderillas.
El más afortunado con los toros fue Diego Ventura, ya que su
primero estuvo fijo en la lidia y los otros dos dieron mucho juego por su
movilidad y empuje. Ventura estuvo ambicioso. Su faena al cuarto de la tarde
fue eléctrica, especialmente en dos pares al violín. Falló con los aceros,
incluidos varios descabellos, y al quedarse a una oreja de otra puerta grande
en su temporada mexicana pidió un toro de regalo.
El animal, de Julian Llaguno, le permitió cortar dos orejas
y sumar otro triunfo, esta vez en Pachuca, capital del estado de Hidalgo, la
entidad de la república mexicana donde más festejos taurinos se dan y en la que
se construyó la primera plaza de México, en la localidad de Tepeapulco, obra
ordenada por Hernán Cortes. / EFE
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