lunes, 16 de noviembre de 2015

Orellana se crece ante las figuras, y se lleva el Rosario de Oro

En la segunda y última de la Feria de La Chinita
Rafael Orellana de nuevo máximo triunfador en plazas venezolanas, en esta ocasión, alzándose con el Rosario de Oro por segunda ocasión. Foto: Leo León
El diestro tovareño cuaja importante actuación al lado de los espadas españoles Talavante y Luque, quienes ofrecen ante anovillados ejemplares de Ricardo Ramírez variado repertorio ante el jolgorio de los presentes. *** Los tres espadas  a hombros al final del festejo.

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

(MARACAIBO, Enviado Especial).- Nuevamente los tendidos de la Plaza de Toros de Maracaibo lucían el penoso “cemento” que apuñala más al toreo que otras cosas. Es la apatía de una afición el mayor motivo para los antitaurinos ganar la batalla que han declarado en el toreo, y creo, sin temor a equivocarnos que en la capital zuliana, si no tomamos correctivos, la tenemos perdida. Y uno se pregunta, ¿y cómo la ganamos si para tal efecto, tres figuras del toreo, cada una en su momento y contexto, se enfrentan a lote de toros más indigno para un aficionado, “toros”, con la mentira expresada en la tablilla, ante la alcahuetería de palcos presidenciales que solo son comparsas de un fraude como este?. He allí esta reflexión.

Toros de Ricardo Ramírez penosamente presentados, un corolario de abecerrados ejemplares incluso indignos de una plaza de tercera categoría. A estas tenemos que dichas circunstancias se pregunten porqué muchos aficionados se han alejados de las plazas, ante el tipo de espectáculo y los precios que se cargan para ver “sardinas” de esta catadura. ¡¡¡Un poquito de vergüenza señores!!!

Rafael Orellana abrió plaza ante un novillejo que literalmente le llegaba a sus rodillas, entendiendo la espigada envergadura del torero. Lo pasó de capa y varas con el mínimo castigo a fines de cuidar las endebles embestidas del animal, el cual en reiteradas ocasiones perdió las manos en el afán Orellana de llevarle embebido en las telas. Faena de intermitencias, donde lo mejor se vio sobre la mano diestra, para luego de un monumental volapié, mandar al animalito a las mulillas, concediéndole el palco las dos orejas, cuando en realidad era para una.

El curso de la corrida vino con el perfumado toreo caro de Alejandro Talavante, quien ante otro de los toritos del lote dejo ver la variedad de capote y muleta que atesora en el baúl de su toreo. Le saludó por cordobinas, para luego llevarle por gaoneras al paso, y con el mínimo castigo y la buena brega de Juan José Trujillo en la muleta el diestro extremeño sacar partido de un rico y variado repertorio, con arrucinas, naturales, pases de las flores, capeinas, que dejaron prendido a los presentes. Sin duda un trasteo que debió ser como torear en su casa ante su mascota, pues ni el más mínimo gesto de esfuerzo se le notó al veterano espada. El espadazo sin puntilla confirmó las dos orejas que por petición mayoritaria hubo de premiar el palco.

Otra faena preñada de improvisaciones y entrega fue la del sevillano Daniel Luque, para quien la tarde se le colocaba cuesta arribas tras el arreón de sus compañeros de cartel. El suave manejo con el capote, la mínima sangría en el caballo y la fácil colocación y entrega del espada de Gerena en su labor muleteril, sirvieron para sacar partido de las noblotas embestidas que sin mucho querer, permitió el burel al gusto y en los terrenos que impuso el torero. Destacaron el manojo de luquecinas en los bajos de sol, para al segundo viaje despachar al astado y cortar una oreja con fuerte petición de la segunda.

No perdió intensidad la segunda mitad de festejo, pues Orellana ante el cuarto, más asentado se le vio, a tal fin que su faena hizo muchos más méritos que su primera en su contexto general. Nuevamente el espada tovareño hizo gala de su firmeza, temple y mando, para sacar provecho a los bonancibles viajes tras la muleta del menudo pupilo de Los Ramírez. Valga recalcar que de nuevo Rafael se fue tras la espada como una exhalación, por lo que de nuevo sin puntilla mando a las mulillas la res y a sus manos par de orejas que hacían pleno, para coronar a sus vitrinas el Rosario de Oro. Por cierto labor esta que brindaría al diestro Manuel Escribano, triunfador en la jornada anterior.

Poco pudo hacer Talavante ante el quinto, un jabonero al que poco le duró el gas de su recorrido, por lo que el torero no se dio coba y abrevió. Y para cerrar feria, Luque a la arena, dejando nuevamente un compendio de entrega y ambición de triunfo, ante un animal que hizo ver mejor de lo que fue, eso sí, con el grado de nobleza pajuna que sobradamente dejan estar a estos toreros tan veteranos. La media ración de acero en buen sitio, dio pie a la petición mayoritaria de las orejas que el bondadoso de Charles Hernández no dudo en asomar desde lo alto de su singular pajarera presidencial.

Culmina así una feria que deja en el tintero muchas reflexiones. Fiel reflejo de los males y vicios que aquejan a una fiesta brava que por estos predios esta sentenciada a morir si no tomamos los taurinos los correctivos respectivos. Queda allí el mensaje.
  
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental de Maracaibo. L Feria de La Chinita.
Domingo 15 de noviembre de 2015.
Con poco mas de un tercio de plaza, en tarde calurosa y ventosa, se han lidiado toros de la ganadería Los Ramírez (Ricardo Ramírez) anovillados de presentación, faltos d remate y cara para una plaza de esta categoría, nobles en distinto grado, siendo premiados dos de estos con la vuelta al ruedo, como lo fueron el 2º y 4º. Así mismo mostraron un peso en tablilla que no correspondía con lo visto en el ruedo.
Rafael Orellana (Sangre de toro y oro con cabos blancos): Dos orejas en ambos toros.
Alejando Talavante (Lila y oro): Dos orejas y silencio.
Daniel Luque (Purísima y oro con cabos blancos): Oreja y dos orejas.
Incidencias: En banderillas destacaron José Antequera y Salvador Moreno y en la brega Juan José Trujillo de la cuadrilla de Talavante.

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