KIKE ROSALES
El film protagonizado por Robín Williams en 1989 mostraba a
un profesor de literatura que le enseñaba a los alumnos que la poesía que
estudiaban era de lo peor, averiguaron cuatro de los jóvenes quien había sido
su profesor, ese que les decía que leyeran a Walt Witman en vez de la
“porquería” que les obligaban.
El citado profesor cuando era estudiante perteneció a un
grupo que se llamaba “la sociedad de los poetas muertos”, allí las protestas
por las normas sociales eran las más oídas, y la poesía era más libre.
Vienen a este escrito por un hecho valedero, alguien tiene
que subirse al pupitre y romper las normas establecidas; ese caso en la
Venezuela de toros se ve a cada momento.
Las “normas” incluyen un temor a las novilladas, los que de
economía saben indican que las mismas no dan dinero, que son un fracaso, además
cuesta conseguir novillos, (algunos dicen que no hay porque de la noche a la
mañana se vuelven corridas).
Entonces de repente aparecen los nombres de Manolito Vanegas
y Jesús Enrique Colombo y el cotarro taurino se ha movido.
Lo más importante es que la empresa Agrocasta se montó sobre
la mesa y no consideraron los costos ni tampoco el riesgo. El compromiso es
mostrar en valencia el 29 de Noviembre a dos
jóvenes que este año en la España taurina han dado que hablar.
Se convierten (sin querer) en una esperanza, es decir, no
solo que sean matadores de toros, les ha correspondido ponerse sobre los
hombros el pesado escaparate donde están metidas todas las afugias de las
corridas en Venezuela.
Se convierten en esa fecha (ambos) en una ilusión que tire
por tierra la teoría que a las novilladas no va nadie, y que ojala la torería
nacional tenga más valor que solo precio.
Ellos no lo buscaron, además; alguien organizo esto porque
se “encaramo” sin miedo en el pupitre, como en el film, para con estos dos
jóvenes decir que la torería nacional depende de la unión de esta
maravillosa especie de “sociedad de los
poetas muertos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario