viernes, 26 de agosto de 2011

SEMANA GRANDE EN BILBAO – EL APARTADO - 7ª DE LAS GENERALES: Historias de Alcurrucén


Toros de Alcurrucén para Enrique Ponce, David Mora, que sustituye a Iván Fandiño y Daniel Luque

BARQUERITO

EL TORO DE la faena fantástica de Morante el pasado martes, un toro de Núñez del Cuvillo, era, por pinta y lámina, casi el calco del primero de los seis de Alcurrucén que abrieron hace un año la serie de las Corridas Generales. Aquél de entonces no tuvo la bondad de este otro, que, como suele decirse, ha hecho historia. Siempre se exagera.

Es historia que el segundo toro de aquella corrida de Alcurrucén, de agresividad un punto descompuesta, le pegó a Sergio Aguilar dos cornadas, una en el muslo y otra entre la boca y a yugular. Terrorífico. Y, sin embargo, pasados aquellos dos primeros toros, y sobre todo el segundo, que tanta amargura trajo, la corrida de Alcurrucén rompió a buena, salieron tres toros de notable estilo y los tres bravos.

Luego, empezó la larga semana de siete días en Bilbao y al cabo de ellos la Junta de Vista Alegre premió la corrida de Alcurrucén. La mejor de las ocho del abono. Honor, por tanto, a los ganaderos. Entre paréntesis, no es extraño el parecido entre el toro de Morante-Cuvillo todavía fresco y aquel otro que rompió el desfile de 2010. En Alcurrucén -sonoro nombre de una finca de Córdoba- está, bajo custodia de la familia Lozano, el tesoro de sangre Núñez- Rincón que más se valoraba en el toreo de hace cincuenta años. Por su bravura. Y en Cuvillo, ganadería fundida en varios crisoles, hay una parte de Núñez. Y ya habéis visto cómo se ha puesto la bolsa de Bilbao: las acciones de Morante, las de Cuvillo. Disparadas.

La historia taurina está más llena de olvidos que de recuerdos. Los pueblos que olvidan su historia están condenados a volverla a vivir, dijo un positivista. Y aquí  está de recado el reto de una corrida de Alcurrucén, que se espera importante. Seria por obligación: es la más astifina de todas las ganaderías anunciadas esta vez. Después de cuatro jornadas seguidas de hierros de encaste Domecq, el cambio de sangres y estirpe supone… un cambio de aires. Una perogrullada. Pero van a ser seis toros diferentes.

A Ponce la va la marcha. No ha matado en Bilbao una de sangre Núñez hace muchos años. Si es que ha matado alguna, que puede que no. Su última faena buena en Madrid fue con un toro de Alcurrucén. A Daniel Luque lo puso de verdad en circulación un alcurrucén que mató en Sevilla hace tres años. Baja forzosa el pasado lunes, Fandiño, no ha podido precipitar su reaparición, las ha matado de todos los colores y de todos los hierros. Pero le falta en la colección la de alcurrucenes en Bilbao. Le sustituirá David Mora. En Madrid se vio en mayo una de Alcurrucén de categoría. Por tanto...

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