Foto: EFE
Siento un gran orgullo como español por el gran papel que ha desempeñado
su Majestad el Rey Don Juan Carlos en estos 39 años de reinado. En la
Transición demostró toda su capacidad
para llevar a cabo un proceso que asombró al mundo entero por su capacidad de diálogo
y su convencimiento de que la paz era la mejor manera para instaurar la
democracia en nuestro país, dejando así
un legado indeleble para el pueblo español. Se ganó el respeto, el cariño, la
admiración y la confianza de todos los españoles y el resto de mandatarios
del mundo.
Como torero que soy, y por supuesto amante de nuestra Fiesta Nacional,
agradezco profundamente la defensa que
S. M. siempre hizo del toreo. No sólo porque así lo deseara y lo disfrutara
como persona, sino también porque como Rey sentía la responsabilidad de lo que
significa para la Fiesta su presencia en las múltiples corridas de toros a las
que asistía, adquiriendo ese compromiso con nuestra tradición y cultura.
Siempre fue un honor para mí brindarle un toro en cada tarde que tuve ocasión
de hacerlo, que fueron muchas.
Me siento un privilegiado por conocer a S. M. en la intimidad, la que
proporciona el compartir jornadas
camperas, descubriendo su gran calidad humana y cercanía. Aprendí junto a Don Juan Carlos que la
paciencia es un tesoro, que escuchar es de sabios, de esa sabiduría que siempre
atesoró y compartió sin reservas con todos los españoles.
Le deseo, Majestad, todo lo mejor en esta 'nueva' vida que le espera, en la que merece todo lo bueno y
disfrutar de la felicidad que aporta saber que se va por la Puerta Grande de
esa preciosa 'plaza' que es España.
Gracias, Señor. Siempre será nuestro Rey.
Le felicito tambien a su Majestad, pero le hecharemos de menos en la Plaza de las Ventas
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