A falta de un torero y ganadería por designar
Rafael Orellana suma contratos en la geografía emeritense previo a lo que sería su doble presencia en el abono taurino tovareño, a punto de dar a conocer carteles. Foto: Aníbal García Soteldo |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Todo hace pensar que una de las vías por las cuales la fiesta brava en
Venezuela pueda salir de la delicada crisis en la que se encuentra desde hace
varios años, lo sea en apostar por lo propio. Es decir, toreros y ganaderías de
nuestra tierra, para con ello aprovechar y retribuir el esfuerzo que muchos están
haciendo a un espectáculo que literalmente le tienen marginado de toda índole
dentro del conglomerado de la sociedad, a saber, publicitariamente en los
medios de comunicación, políticamente con medidas populistas como las que viene
implementando autoridades gubernamentales, y taurinamente por “tíos vivos”
enquistados en el seno de nuestra fiesta brava.
Es por ello que vayan anunciando dos de los actuantes en la corrida de feria
a llevarse a cabo, como lo son el multipublicitado rejoneador José Luis Rodríguez
Agostini y el matador de toros Rafael Orellana, a falta de definir
en próximos días el tercer alternante así como la ganadería despacharse.
Es El Vigía un punto económico y comercial importante para la zona
panamericana del estado Mérida, lo que unido a su amplia ventaja de vías terrestres,
el que sea una opción valedera para sembrar en el desierto que acongoja el
toreo venezolano, cuando en estos instantes se derrumban plazas por el oriente
del país, no se cuenta con amplio abanico de ganaderías bravas nacionales de primer
nivel, ni mucho menos se fomente la consolidación de toreros ante la exigua
cifra de novilladas de los últimos años por ferias del país. Verdades que duele
reconocer…
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