lunes, 2 de junio de 2014

FERIA DE SAN ISIDRO 2014 – VIGESIMOQUINTO FESTEJO: Venegas, por la vía del valor

Importante confirmación de alternativa del matador jienense, que se jugó la vida frente a un 6º que le cogió de forma dramática; mansa y mala corrida de Cuadri que promedió 610 kg.
José Carlos Venegas
LUCAS PÉREZ
Fotos: EFE

Con 610 kilos de promedio en la báscula, no era difícil acertar con el pronóstico de la corrida de Cuadri anunciada por Taurodelta este lunes para abrir la última semana de San Isidro. Un cierre torista del ciclo que tuvo como primer plato una corrida tan grande como descastada, tan parada como desesperante y que sólo tuvo en el segundo un ejemplar de aprovechable movilidad que no salva el fracaso en conjunto.

Complicada labor para la terna. Más aún para un torero de poca experiencia como José  Carlos Venegas, que se jugó la vida en su confirmación de alternativa y que dejó huella con el valor como principal arma. Lo demostró frente a un lote de muy diferente condición. Se presentó como matador en Madrid, con «Ribete», con sus 613 kilos a cuestas y con unos pitones tan escasos como podridos. Una escoba era el izquierdo. Si luce otro hierro, todavía  se escucha la bronca. Sacó nobleza el cuadri por el derecho mientras se movió y mostró firmeza Venegas, que guardará para el recuerdo de este día un buen puñado de fotografías ajustado a la mole, que tendía a acostarse por el izquierdo y al que pasaportó de una gran estocada al segundo encuentro.

La angustia llegó en el que cerró el festejo, al que se castigó poco en el caballo y con el que volvió a iniciar sin probaturas la faena. «Macetero» se arrancaba con fiereza y embestía con violencia a la muleta de un Venegas que no se arrugó. Al rematar una vibrante tanda de derechas, el jienense se quedó en la cara del toro que le levantó los pies de forma dramática. Un milagro que sólo un corte en la ceja le quede al torero como recuerdo de tan complicado trance. Volvió a la cara del toro y lo puso todo de su parte para alcanzar la gloria. No la consiguió en forma de orejas, pero sí el reconocimiento de una plaza que le ovacionó camino de la enfermería al abandonar la plaza.

Con pies salió el segundo, cómodo de cabeza como muchos de sus hermanos y con el que cambiaron el orden habitual en banderillas Fernando Sánchez y David Adalid. Dos pares puso el primero y uno el segundo. Ambos encontraron el calor de un público entusiasmado que les obligó a saludar. De caer un par arriba, se cae la plaza. En la muleta, el toro embistió con ritmo movilidad, con mejores inicios que finales y que transmitió pese a no humillar. Javier Castaño, que comenzó encajado con dos derechazos de gran desmayo, no encontró el acople con el de Cuadri ni la conexión con el público, que terminó de parte del toro, aplaudido en el arrastre.

Se estrelló de salida con las tablas el «Comandante» cuarto. Lo atemperó Castaño con un breve y templado recibo de capote. 'Agarrado al piso', desentendido y sin celo al final de los muletazos, se cruzó con él y le dio espacios un Castaño que lo intentó sin éxito y que se encontró de nuevo con la frialdad del público. Para colmo vio como justo después de dejar una estocada, -antes no-, saltaban al ruedo dos antitaurinos que terminaron de amargar su actuación. Le queda la de Miura en el cierre del domingo.

Hondo y largo fue el tercero, que manseó en el caballo haciendo sonar el estribo en el peto y que pronto se paró. En realidad nunca se movió. Lo cual es lógico con ese peso, esa morfología y esa falta de casta. Si lo hizo alguna vez, moverse, fue para buscar con sentido y siempre por arriba el cuerpo de un esforzado Iván García, que tampoco lo tuvo fácil para matar al buey.

Si difícil fue encontrar lucimiento en su primero, imposible lo era frente al quinto, otro buey  con la cara por las nubes con el que nada pudo hacer el mostoleño salvo desesperarse  antes de acabar con su vida.

FICHA DEL FESTEJO
Monumental de las Ventas. Lunes, 2 de junio de 2014. Vigésimo quinta de feria. Tres  cuartos de entrada. Toros de Hijos de Celestino Cuadri, de fondo noble y a menos el amplio 1º; un 2º con movilidad y transmisión que no humilló; manso y complicado el hondo y alto 3º;  deslucidos 4 y 5º y violento y con peligro el 6º
Javier Castaño, de blanco y oro. Estocada casi entera (silencio). En el cuarto, estocada  atravesada y suelta y dos descabellos (silencio).
Iván García, de corinto y oro. Cuatro pinchazos y descabello (silencio). En el quinto, estocada  corta desprendida y dos descabellos (silencio).
José Carlos Venegas, frambuesa y oro. Pinchazo y gran estocada. Aviso (ovación). En el  sexto, media estocada y dos descabellos. Aviso (ovación con saludos).
Iván García
Antitaurinos anglosajones saltando al ruedo cuan valientes, mientras ya habia estoqueado el cuarto del festejo a cargo de un dubitativo Javier Castaño

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