Redacción
El ganadero Victorino Martín García y el filósofo Francis
Wolff protagonizaron ayer un diálogo de gran talla intelectual y mucha profundidad
en el que se acercaron Tauromaquia y Filosofía y se llevó a cabo una
inteligente y argumentada defensa de los
toros. Y todo en un nuevo Mano a mano de la Fundación Cajasol, el número
27, que volvió a ser un éxito de convocatoria
organizados por Toromedia para Cajasol y presentados por el periodista José
Enrique Moreno.
El filósofo francés Francis Wolff se mostró profundamente
enamorado de Sevilla, donde fue pregonero taurino en 2010, ciudad a la que
enconces llamó "la tierra
prometida del toreo". El francés se aficionó por casualidad en Nîmes,
donde aseguró sufrir "un shock al
encontrarme con algo que no conocía". Y siguió ahondando en sus
primeros pasos: "En 1972 tuve un
segundo shock al llegar a la Maestranza de Sevilla, aquí todo era distinto por
el silencio y el respeto del público. Para mí Sevilla era la plaza que mi afición
tenía que conquistar". Protector y defensor de la fiesta, Wolf
admite que fue un gran honor "ser
elegido por la ciudad que yo había elegido conquistar" para dar su
pregón taurino.
A la pregunta de si tienen que ver los toros con la filosofía, Victorino
Martín aclaró que "los toros son
una filosofía de la propia vida, una forma de entenderla, de darle soluciones a
nuestros problemas cotidianos". El ganadero comparó la vida con la
lidia de un toro, trazando un paralelismo
con los tercios de la lidia, "que
son una representación real de la vida", dijo.
A Wolff al principio le interesaba más la estética y la ética de
la tauromaquia, que defenderla, "pero
ahora hay que hacerlo de los ataques de los antitaurinos, pero siempre con
calma", aseguró. El filósofo francés hizo un repaso y una
comparación con la situación taurina actual en el sur de Francia donde sí se
lucha sin complejos por la tauromaquia, con la española.
Al hilo de estas afirmaciones, Victorino afirmó: "La gente del toro tenemos que
quitarnos los complejos y luchar por lo que es
nuestro. A partir de cierto momento los toros dejaron de ser
políticamente correctos y se dejaron de cuidar en los medios de comunicación
más importantes, y la juventud no ve los toros como algo natural porque se ha
aislado".
"Es un patrimonio que
hemos heredado de generaciones anteriores y le hemos dado la espalda, nos hemos
avergonzado, y a las nuevas generaciones no se les ha dado información de lo que
simboliza y representa la fiesta de los toros. Nosotros lo hemos tenido tan
fácil que no nos hemos molestado en enseñarlo ni cuidarlo. Esta fiesta está en
confrontación directa con otras culturas que nos quieren imponer, nos meten la
cultura anglosajona, por lo que nuestra cultura nos la están solapando
otras", añadió Victorino
Martín.
Y el ganadero concluyó su argumentación con estas palabras: "La Tauromaquia transmite valores de lo
sagrado, lo eterno, y el toro enseña los valores que a esta sociedad le hace
falta. La sociedad influye en los toros y los toros en la sociedad. En el mundo
del toro la palabra iba a misa, mientras que ahora ya en la sociedad la palabra
se la lleva el viento".
Para Francis Wolff, "ser
torero no es torear, ni torear bien, es la manera de ser y de enfocar la vida
de una manera. Estar en el ruedo frente al toro y frente a los compañeros, en
el ruedo siendo figura y en el ruedo en el fracaso. He comparado al torero con un
sabio de la antigüedad, en su casa es como nosotros, pero cuando sale a la
calle se siente torero, siente el peso de una profesión que no es sólo
profesión, sino hombría, es la imagen del hombre en el ruedo. La verticalidad
del hombre frente a la horizontalidad del toro. Es un deber ético permanecer totalmente
vertical. Por eso, ser torero significa valor, dominio de sí mismo y no mostrar emociones ni el miedo, lo que no
quiere decir que no lo tenga. La diferencia entre un torero y yo, es que ante
el miedo yo huiría mientras que él tiene que afrontar la embestida".
Y quién mejor para hablar sobre ser torero que alguien que intentó
serlo, como Victorino: "Para
vencer al animal y dominarlo y compenetrarte con él, tienes que maximizarte
como hombre. Querer ser torero es aprender disciplina, saber diferenciar y dar valor
a los factores de una determinada situación para poder afrontarlos. El torero
es el verdadero héroe moderno y emula a los grandes héroes de la
humanidad".
Wolff participó de forma activa en contra de la
prohibición en Cataluña y analizó el problema de este modo: "La estocada la dio la política, pero
desafortunadamente no había mucha afición en Cataluña, con 2000 personas en la
plaza no puedes salvar la fiesta. Creo
que una vez que una tradición ha muerto es casi imposible resucitarla".
Y añadió: "De todos los lazos que
unen culturalmente con el resto del estado español el toreo era el más débil, y
era una forma de romper lazos".
Victorino también reflexionó sobre si la propia profesión
está afectando al devenir de la Tauromaquia: "Más que por los errores cometidos, diría que por la omisión de la
acción. No se entiende que la Tauromaquia no tenga un organismo que defienda y regule
la Fiesta en pleno siglo XXI. Es imprescindible crear un organismo que la
defienda, y aquí se están confundiendo los intereses particulares con los
intereses generales, pero para ello hay que ser generosos y dejar la parcela de
uno para hacer la parcela de todos".
Comparando aficiones: "La
afición francesa no tiene nada que ver con la que conocí hace 45 años pero no
tiene una sensibilidad inmediata al toreo como hay en Sevilla"
según Wolff. Mientras que para Victorino: "Lo que el toro te enseña es que cada ciudad tiene un espíritu
colectivo, y Sevilla tiene unos valores que son únicos como la sensibilidad.
Francia tiene una cultura de raciocinio por detrás tremenda".
Tuvo Wolff palabras para los antitaurinos que dicen que los
taurinos son despiadados, crueles, insensibles, ante estos adjetivos defendió
su punto de vista aludiendo a que la mejor defensa de la tauromaquia es el
trabajo de los ganaderos para conseguir un toro que imponga respeto y centre la
atención sobre lo que sucede en el ruedo.
Sobre la polémica surgida en los últimos tiempos en el mundo taurino y
que ha afectado a la Feria de Sevilla, Victorino hizo alusión "a la unidad, a luchar por la
tauromaquia y explicar a la sociedad por qué amamos esto. Es el momento menos
indicado para dividir".
Y para rematar este Mano a mano se planteó la necesidad de acercar los
toros a la juventud. Wolff recalcó que la clave está en explicar sin
complejos de padres a hijos por qué se va a los toros, qué es la lucha contra
el animal y qué significa.
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