El doctor Máximo García Padrós cuenta el 'milagro' de la cornada que
pasó entre el colon, la vejiga, la uretra del matador malagueño, a quien ya se le ha retirado la
sonda.
El doctor Máximo García Padrós, cirujano jefe de Las Ventas, aún no da
crédito, o sí porque lo ha visto, a la 'precisión' con la que el toro atravesó 30 centímetros del
cuerpo de Jiménez Fortes entre el colon, la uretra y la vejiga,
contusionándolos tan sóloeste pasado domingo en la primera corrida de toros de
la temporada en Las Ventas: «A veces
el pitón es mejor que el cirujano. Si lo quieres hacer a propósito, no te sale.
Fíjese que entra por el pliegue del glúteo y
le llega delante del pubis», declaraba ayer por la tarde García
Padrós. «¿Suerte? Toda la del mundo. Y
hay que tener en cuenta que lo cogió
contra el ruedo y es hombre pesadote», dice el doctor.
A Fortes le han retirado ya la sonda de la vejiga, tolera alimentación y
«se le han movilizado y cambiado los
drenajes, pues ha manchado mucho».
Veinticuatro horas después de que el último y veleto toro de la corrida de
Puerto de San Lorenzo lo derribase en el
quite del perdón (por gaoneras) y lo hiriese en la arena como un estilete, el
torero «ha mejorado mucho, sin fiebre
pero con molestias». Incluso se
ha bajado de la cama para intentar pasear. Fundamentalmente está contento con
su actitud en la plaza. Quiere
reaparecer pronto. «Ahora hay que
esperar», sostiene prudentemente Padrós. Jiménez Fortes ya conoce el
dolor de las cornadas que se han cebado
en su aún corta carrera. / Zabala de la Serna - Diario El Mundo de Madrid
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