Se llama José Ruíz Muñoz y es nieto de una hermana del faraón de Camas.
Apunten su nombre. Con ganado apenas propicio y aunque no triunfó, exhibió muy
buena planta con sobradas creces de valor, disposición, reposo, elegante
clasicismo, soltura y naturalidad. Muy solvente y valiente anduvo Gonzalo
Caballero que dio una vuelta al ruedo. Decepcionó Lama de Góngora que dejó escapar el mejor
novillo de los Hermanos García Jiménez.
Se llama José Ruiz Muñoz, es sobrino-nieto del Faraón de Camas, Curro Romero, y este domingo ha debutado con picadores… y en Sevilla. |
JOSÉ ANTONIO DEL MORAL
Fotos: EFE
En estos días previos a muy tardía Feria de Abril que este año cae en
mayo, el ambiente taurino de Sevilla aumentó mucho con respecto a años
anteriores. Tanto la empresa de la plaza de La Maestranza como varios
personajes en distintos eventos, se han confabulado para intentar que la
generalidad del público decida asistir a los toros.
Contrasta esta actitud con
la cada vez menos comprendida renuncia de mal llamado G-5 y si digo mal llamado
es porque, mientras los dos que han capitaneado el motín, Morante y El Juli,
andan destapados con sus requeteanuncidos eventos, los otros tres están más
callados que un muerto. Manzanares sobre todo del que me cuentan anda cada día
más triste – ¿arrepentido? – por haber secundado a sus colegas en no pisar el
dorado albero mientras la empresa siga siendo Pagés. Esta es la barbaridad más
grande y más dañina que se ha cometido en el toreo contra el toreo mismo. No
digo en toda su historia, pero sí en los años que llevo viendo toros que son
más de cincuenta.
Entre los eventos celebrados, destacan las lecciones de toreo de salón
que varios diestros famosos están dando a quien quiera aprender, especialmente
a niños. Ver el ruedo maestrante lleno de chiquillos con capotes, muletas,
banderillas, espadas y hasta picas, es algo que enciende los corazones y la
esperanza en el futuro. Vamos a tener que repetir aquello de que no hay que por
bien no venga…
La novillada de ayer concitaba también no pocas esperanzas. Gonzalo
Caballero, por valiente y capaz como viene demostrando y más concretamente en
esta plaza. Lama de Góngora que hace dos años salió por la Puerta del Príncipe
en su debut sin picadores y todo el mundo está deseando que vuelva a ocurrir. Y
en tercer lugar debut en Sevilla de un
sobrino nieto de Curro Romero, José Ruíz
Muñoz, de quien se habla y no se para de cantar sus heredadas y naturales
excelencias. Nieto de una hermana del faraón, vamos. Veremos…
Para empezar, bastante publico en la plaza. Otra tarde positiva en este
aspecto para lo que está cayendo. Mira que…
El primer novillo, negro y altito de agujas, salió distraído pero pronto
acudió a donde fue llamado aunque salió suelto de los primeros capotazos.
También del ramillete de lances con que lo saludó Gonzalo Caballero. Se
defendió el animal. Costó ponerlo ante el caballo, tardó en acudir y sonaron
los estribos al tomar el primer puyazo. El único que le pegaron. Siguió
defendiéndose en banderillas y Gonzalo brindó a su peón Curro Robles que
acababa de clavar un buen par de garapullos. En la muleta mejoró la cosa
gracias a la firmeza y al temple del matador que se mostró muy cuajado y seguro
por los dos pitones, solventando las tardonas y altas embestidas de su
oponente. Se arrimó una barbaridad en el último tramo de la faena y sacó pases
limpios por su indeclinable empeño hasta dejarse enganchar al intentar una
manoletina. Muy trasera le cayó la estocada y tuvo que descabellar.
Con el debido respeto. Hay que ver cómo se ven las cosas después de ver
torear bien de verdad y con clase. El inevitable síndrome de la comparación.
Eso ocurrió en la lidia del cuarto novillo. La gente estaba deseando ver al
sobrino nieto de Curro con el sexto. De ahí el gran mérito que tuvo Gonzalo
Caballero en su muy solvente faena al manso aunque noblón cuarto al que tuvo
que torear en tablas que fue a donde enseguida se fue el animal. Caballero
entró a matar sin muleta emulando al inolvidable Antonio José Galán. Y como
acertó a la primera, algunos pidieron la
oreja. Dio una vuelta al ruedo por su cuenta al socaire de la gran
ovación.
El segundo novillo fue más noble y humilló en los lances que Lama de Góngora
prodigó de menor a mayor acople sin que llegara a entusiasmar. El novillo salió
suelto de primer puyazo y medio cumplió en el segundo, aliviado. Y primeras
cositas romeristas de José Ruíz en su quite por apuntadas verónicas. Nada de
particular en banderillas. Con la muleta, Lama apuntó sin disparar con la
derecha en la primera tanda. Pero la gente estuvo con él. Y más en la segunda y
en la tercera que fueron algo mejores. Pero nada más que algo. Por el lado
izquierdo embistió muy franco el animal y aunque Lama dio algunos naturales,
solamente resultaron estimables. La tan cantada clase de Lama solo se notó en
una trinchera. Lo demás fue un quiero y no puedo por rajarse el animal. Con los
aceros marró en exceso. Suspendido, pues, por el momento.
Lógico que Lama intentara desquitarse con el quinto. No lo consiguió con
el capote por falta de quietud y, en definitiva, de arrestos. Tampoco el
novillo fue el que hubiera deseado. Como bien lo vimos en el intento de quite
de Ruiz Muñoz. En la faena, con el animal casi parado y pronto rajado,
sobresalieron las posturas sobre todo lo demás. Fue con su anterior novillo con
el que debió triunfar. Pero se le fue.
El bonito castaño que hizo de tercero, más cuajado que los dos
anteriores, embistió superiormente y superiores, magníficas, resultaron las
verónicas y las dos medias del alevín de Romero. Los olés se oyeron en Triana.
Lástima que el bravo y noble animal adoleció de fuerza y, más notoriamente,
tras ser picado. Chicuelinas en el inoportuno quite de Caballero. Orden en el
segundo tercio. Como debe ser. Gran y grata impresión tuvimos con los primeros
compases de la faena. Con la derecha, los de pecho y el cambio de mano.
Elegante clasicismo, sobrio y con clase natural. También mostrada con la mano
izquierda aunque el novillo empezó a irse a muy menos. Anduvo valiente además
sin necesidad de alardear de ello. Y su manera de estar y andar, de elegido. Lo
lleva en la sangre. Pinchazo arriba haciendo bien la suerte. Y casi entera
ladeada. Merecida ovación.
El sexto tuvo hechuras de toro y tardó en moverse. Cuando lo hizo, se
dejó. Pero sin fuerza. Ello limitó la cantidad de lances que esperábamos del
ilustre debutante. Solo pudo recetar tres y media. Para colmo, en varas el
novillo perdió las manos y se cayó. Sobró el segundo puyazo. Y ante las
protestas, el feble animal fue devuelto a los corrales. Tras larga espera,
soltaron un sobrero de la ganadería titular que fue el más feo de hechuras y el
de juego más deslucido. Así y todo, José Ruiz pegó algún buen lance aislado.
Huido, tardó en ser picado y continuó huyendo. Rebrincado en banderillas y muy
molesto para la muleta. Difícil para meterlo en cintura, José de dobló bien por
bajo antes de pasárselo por el lado derecho. Cosa que logró con valiente
firmeza hasta el punto de que el animal pareció mejor de lo que era. Los
remates de pecho, excelentes. Y bien asimismo con la izquierda. Y sobrado de
recursos y de hallazgos en el macheteo final. O sea que, además de artista,
valiente, suelto y capaz. Muy por encima del novillo anduvo.
FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Plaza de la Real Maestranza. Domingo 27 de abril de 2014.
Segunda corrida del abono. Tarde primaveral con algo de viento y dos tercios de
entrada.
Siete novillos de los hierros familiares García Jiménez (Matilla)
incluido el sobrero que reemplazó al sexto, devuelto por derrengado. Bien
presentados y de juego desigual. Manejable con geniecito el primero. Más que
manejable, sobre todo por el lado izquierdo el segundo. Bravo y noble pero a
menos por falto de fuerza el tercero. Manso aunque muy manejable en la muleta
el cuarto. Pronto parado y rajado el quinto. Deslucido el sexto que hizo de
sobrero.
Gonzalo Caballero (azulina y oro): Estocada muy trasera y dos descabellos, ovación.
Estocada trasera que recetó sin muleta, petición insuficiente y gran ovación
seguida de vuelta por su cuenta.
Lama de Góngora (blanco y tabaco): Pinchazo, otro hondo, un tercero más, estocada y
descabello, aviso y silencio. Dos pinchazos y estocada casi entera, silencio.
José Ruíz Muñoz (habano y oro): Pinchazo y casi entera ladeada, gran ovación y saludos
desde el tercio. Pinchazo y estocada, ovación.
Curro Romero, atento desde una andanada del coso de El Baratillo, a lo hecho en el ruedo por su sobrino-nieto en su presentación con picadores. |
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