El debutante Juan del Álamo se
robó la tarde y cautivó a Manizales con dos faenas a toros antagónicos de
Mondoñedo, uno bravo y otro manso, les cortó tres orejas y se fue a hombros.
Perlaza saludó y De los Riós aburrió con un lote parado.
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
Foto: EFE-Archivo
Foto: EFE-Archivo
A las tres y media entró el joven salmantino, de blanco y
plata, montera en mano, como una incógnita, y las seis y veinte, cuando caía la
noche, se fue cargado y dueño de la
Monumental. ¿Cómo lo hizo? Como un torero, de todo toro. Lució al gran tercero
y descifró sometiendo al impotable sexto.
Saludó por verónicas, quitó por chicuelinas, brindó a César
Rincón y se fajó en tandas derechas rimadas, emotivas, enfibradas, subrayadas
por la codiciosa repetición del Mondoñedo. Cambió a la de cobrar, sin aflojar
el tono, para series de cuatro y cinco con sus broches, todo en los medios,
todo coreado, todo resoplado por la banda. La plaza a tres cuartos eran una
rumba, la fiera fijeza del uno y la verdad festiva del otro la llevaron in
crescendo, hasta las cuatro manoletinas apretadas, el estocadón también en los
medios, levemente pasado por la entrega, que rodó Y reclamó las dos orejas
unánimes.
Con el triunfo asegurado, no se ahorró frente al último,
negado total en los dos primeros tercios. Lo persiguió una y otra vez,
ofreciéndosele, para obligarlo a pelear y seguir su muleta en series que
parecían imposibles, y la gente de pié que ¡Torero! ¡Torero! Le mató de una, tris deprendida, le pidieron
las dos y le dieron la mitad. Para qué más. Manizales ya era suya
Paco Perlaza, Con el bravucón primero armó jaleo y puso
música, pero el pincho, el aviso y el descabello le redujeron el premio a
saludo. Con el cuarto, manso orientado, anduvo defensivo, dio un recital de
cruceta y oyó otro aviso.
Andrés de los Ríos, de triste figura, como el inmortal
Quijote, con su escaso placeo y el nulo juego de su lote porfió estoicamente
hasta el tedio, siendo doblemente avisado y
silenciado.
Los de don Fermín, refutaron hoy el teorema de que el peso
es premisa del trapío. En la tablilla rondaron los cuatro cuarenta, pero al
ruedo salieron con cuajo, armamento y plaza. Increíble. Desgraciadamente la
raza la dejaron en la dehesa, todos, menos el bravo tercero al cual se le dio
la vuelta al ruedo. El primero despertó división de opiniones y los demás
pitados.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo 7 de enero 2014. Plaza Monumental de Manizales.
3ª de feria. Nubes y frío.
Dos tercios de entrada.
Seis toros de Mondoñedo (en Contreras), medidos de romana, pero con
cuajo y plaza, mansurrones excepto el bravo tercero “Bambuquero” chorreado en castaño, delantero, # 254 de
446 kilos, la cual se le dió vuelta al
ruedo, pitados los demás.
Paco Perlaza, saludo tras aviso y silencio tras aviso.
Andrés de los Ríos, palmas tras dos avisos y silencio.
Juan del Álamo, dos orejas y oreja con fuerte petición de
otra.
Incidencias: Saludaron “Jeringa” tras parear al 3° y Emerson
Pineda tras parear al 5º. Al final del festejo Juan del Álamo salió de la plaza en hombros.
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