sábado, 11 de enero de 2014

LA FERIA INTERNACIONAL LLEGA A 49 AÑOS ESTA TEMPORADA

Aunque sus organizadores festejan el Cincuentenario
EL VITO

Cuando a Abelardo Raidi se le presentó un problema en México, para la importación de un encierro para la Corrida de la Prensa, recurrió a la Presidencia de la República para buscarle solución al problema. La situación surgida a raíz de un paro laboral,  de la línea aérea contratada para transportar un encierro de Reyes Huerta amenazaba la realización del tradicional festejo.

Raidi, hombre de muchas relaciones logró con buenos amigos hacer contacto de Teo Camargo, Secretaria del presidente Carlos Andrés Pérez. Camargo le recomendó al destacado e influyente periodista una reunión en Miraflores a las ocho de la noche del siguiente día.

"Abelardo, pídeme lo que quieras para ayudar a la Corrida de la Prensa, pero eso que propones de solicitar un Avión Militar para el traslado eso es imposible por muchas razones que comparto. Una de ellas es que respeto la institución armada  y no considero hacer esa solicitud". Así, directo como era él, Carlos Andrés se opuso a la solicitud de embarcar en un avión militar una corrida de toros desde México para tráela a Venezuela. Los tiempos han cambiado, pues se habla en los corrillos taurinos que la Empresa Grisolía, gracias a la influencia del Gobernador del Táchira, Capitán Vielma Mora transportarán dos corridas de toros desde España a La Fría en Venezuela para los festejos anunciados en la conmemoración del Cincuentenario de la Feria Internacional de San Sebastián en San Cristóbal.

Transportar toros en aeronaves ha sido frecuente, y en Venezuela cuando los números de las cuentas lo permitían se trajeron muchas corridas de México, y vacas y sementales desde España y Portugal hasta la Estación Cuarentenaria de Los Taques en Paraguaná. Todas estas importaciones se realizaron con capital de la empresa privada en trasportes de compañías y sociedades privadas sin intervención o subvención del Estado venezolano.

Hablando de la celebración del Cincuentenario de la Feria Internacional de San  Sebastián de San Cristóbal, es bueno y haríamos justicia recordando algunos detalles que no sabemos el porqué no han sido considerados en los reconocimientos por parte de los organizadores de la Feria de San Sebastián 2014.

LAS FERIAS DATAN DEL 1835

Comencemos por aclarar que la Feria de San Cristóbal se conocían como “Ferias y Fiestas de San Sebastián” desde 1835. Festejos taurinos que se celebraban con ganado criollo y en los que llegaron a participar toreros de alternativa y de cartel mucho antes que comenzaran a celebrarse festejos con picadores a partir de 1962, en la 127º Ferias y Fiestas, cuando se organizaron dos corridas de toros con toros ecuatorianos de Santa Mónica y de Pedregal Tambo. Fue una plaza de toros cuadrada, portátil, propiedad de un señor de apellido Cárdenas construida frente al Parque Miranda en La Concordia, frente a los Telares Táchira.

Cárdenas alquilaba su plaza para los festejos de Lobatera (1774), Táriba (1835), Copa de Oro, Michelena, La Grita, El Cobre, poblaciones serranas del Táchira, estado que ha sido bastión en defensa de nuestras tradiciones y cultura como cuartel de la frontera venezolana.

Las corridas de las 127º Ferias y Fiestas de San Cristóbal fueron organizada por Fernando Herrera, matador de toros y periodista taurino, y El Negro Blanco, propietario del burdel Las Cibeles, que en aquellos tiempos competía con otro lupanar, La Gioconda,  como los cabarets más influyentes de aquella ciudad que despertaba de su letargo de siglos, sumida en conflictos armados y encarnizadas luchas políticas.

FUE EN 1962 QUE LLEGARON LOS PICADORES

Los carteles, repetimos que con toros ecuatorianos que viajaron por tierra desde las altas montañas de la sierra ecuatoriana hasta San Cristóbal, fueron: 10 de febrero de 1962,  Toros de Santa Mónica para Joselillo de Colombia (vuelta y oreja), Sérbulo Azuaje (silencio y silencio) y Paco Camino (ovación y dos orejas) y 11 de febrero de 1962 toros de El Pedregal Tambo para Joselillo de Colombia, (vuelta y oreja), Sérbulo Azuaje  (una oreja y dos orejas) y Manolo Zúñiga, (oreja y oreja). Fue la primera vez en la historia que se realizaron corridas de toros con picadores en San Cristóbal.

Luego, para la Temporada de 1963 Negro Blanco y Fernando Herrera, junto a los hermanos José y Manolo Zúñiga, matadores de toros colombianos,  organizaron otras dos corridas de toros, también en la plaza cuadrada de Cárdenas con toros ecuatorianos de Santa Mónica dos corridas, los días 2 y 3 de febrero. En las dos tardes se presentó el maestro Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”. En  la primera con Pepe Cáceres y el zamorano Andrés Vázquez; y en la segunda con Manolo Zúñiga y Pepe Cáceres, que cortó un rabo.

Para 1964 un sólo festejo: 4 toros de Guayabita para Sergio Díaz y Alfredo Sánchez, mano a mano.

Entusiasmados por los festejos que se celebraron en las Ferias y Fiestas de San Cristóbal, y  estando reunidos en Manizales con motivo de su feria, los sancristobalenses  Hugo Domingo Molina, Edgar Espejo y Eduardo Santos acordaron proponerle al doctor Homero Lobo -entonces Presidente del Concejo Municipal-, la creación de una Feria Internacional en San Cristóbal. Lobo estuvo de acuerdo con la idea, pero les retó a que fueran ellos quienes organizaran los festejos taurinos.

FUERON TACHIRENSES LOS FUNDADORES DE LA FERIA

Así nació la Feria Internacional de San Sebastián, gracias a la iniciativa de tachirense y colombianos, entre quienes en el recuerdo destacamos a Hugo Domingo Molina, Eduardo Santos, Edgar Espejo junto a los colombianos  hermanos Zúñiga, Joselillo y Manolo, el matador de toros Antonio Lizarazo.

Fue, repetimos, en 1965 y no en el 64 que se realizaron los primeros festejos, hace 49 años y no 50 como hoy celebran.

Todo ocurrió en la Plaza de Toros Venezuela de  La Concordia, San Cristóbal, donde se inauguró la Feria Internacional de San Sebastián de San Cristóbal, con dos corridas de toros y una novillada.

La novillada de la I Feria Internacional de San Sebastián fue de la ganadería nacional de  Guayabita y la lidiaron  Lucio Requena, y los novilleros colombianos Hernán Medina “El Temerario”, medio hermano de los Zúñiga, y El Lobo”.

Para las corridas de toros la gran atracción fue la contratación del fenómeno de masas Manuel Benítez “El Cordobés”, quien debutó el 23 de enero, con toros mexicanos de Campo Alegre junto a Joselillo de Colombia (silencio y oreja) y Efraín Girón (vuelta y dos orejas y rabo) que fue el gran triunfador de aquella feria. “El Cordobés” en sus dos tardes tuvo una actuación muy pobre en el ruedo, pero millonaria en las taquillas. En su debut Manuel Benítez “El Cordobés” (pitos y vuelta al ruedo) y en la tarde, la  del 24 de enero con toros mexicanos de Santoyo, la labor de Benítez fue de (silencio y silencio). “El Cordobés” compartía cartel con El tesoro de Charallave,  Joselito Torres que fue herido de una cornada por su segundo toro, y Curro Girón, triunfador de la corrida con  (pitos, oreja y oreja).

La plaza Venezuela de La Concordia fue rediseñada por el arquitecto Eduardo Santos, que proyectó de la Plaza Monumental, hoy Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo. El primero de los grandes escenarios taurinos venezolanos, que le marcó el camino a Mérida, Maracaibo y a la Monumental de Valencia, convertidas en los pilares para el desarrollo integral de la fiesta de los toros en Venezuela.

Fue aquella temporada  de 1966, última en La Concordia, con un abono de cinco corridas de toros y tres novilladas del 21 de enero hasta el 30. Fue la gran temporada que le dio el vigor necesario a la ciudad para desarrollarse y crecer como una gran capital venezolana. Esa feria de 1966 se realizó en una plaza de toros portátil, con inusitada participación del pueblo del Táchira a sus casetas en los barrios de la ciudad, clubes y centros sociales. La ciudad recibió orquestas internacionales como la Billos, los Peniques, Pedro Jota, Pacho Galán. Bandas de universidades norteamericanas como la de Purdue y cantantes famosos como el gran Alfredo Sadel.

Aquel año 1966 vinieron a San Cristóbal maestros como Antonio Ordóñez, César Girón, Paco Camino, El Pireo y se importaron toros de Las Mercedes, Vistahermosa, Fuentelapeña, El Socorro, Sierra Morena, Domiciano Camelo, Nicasio Cuéllar y Aguas Vivas, todas colombianas porque en Venezuela no habían ganaderías.

Con su Feria Internacional, sus corridas de toros, creció San Cristóbal y de su mano el Táchira al desarrollarse como centro industrial y agropecuario de la nación.

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