Aunque sus organizadores festejan
el Cincuentenario
EL VITO
Cuando a Abelardo Raidi se le presentó un problema en
México, para la importación de un encierro para la Corrida de la Prensa,
recurrió a la Presidencia de la República para buscarle solución al problema.
La situación surgida a raíz de un paro laboral,
de la línea aérea contratada para transportar un encierro de Reyes Huerta
amenazaba la realización del tradicional festejo.
Raidi, hombre de muchas relaciones logró con buenos amigos
hacer contacto de Teo Camargo, Secretaria del presidente Carlos Andrés Pérez.
Camargo le recomendó al destacado e influyente periodista una reunión en
Miraflores a las ocho de la noche del siguiente día.
"Abelardo, pídeme lo que quieras para ayudar a la Corrida de
la Prensa, pero eso que propones de solicitar un Avión Militar para el traslado
eso es imposible por muchas razones que comparto. Una de ellas es que respeto
la institución armada y no considero
hacer esa solicitud". Así, directo como era él, Carlos Andrés se opuso a la
solicitud de embarcar en un avión militar una corrida de toros desde México
para tráela a Venezuela. Los tiempos han cambiado, pues se habla en los
corrillos taurinos que la Empresa Grisolía, gracias a la influencia del
Gobernador del Táchira, Capitán Vielma Mora transportarán dos corridas de toros
desde España a La Fría en Venezuela para los festejos anunciados en la
conmemoración del Cincuentenario de la Feria Internacional de San Sebastián en
San Cristóbal.
Transportar toros en aeronaves ha sido frecuente, y en
Venezuela cuando los números de las cuentas lo permitían se trajeron muchas
corridas de México, y vacas y sementales desde España y Portugal hasta la
Estación Cuarentenaria de Los Taques en Paraguaná. Todas estas importaciones se
realizaron con capital de la empresa privada en trasportes de compañías y
sociedades privadas sin intervención o subvención del Estado venezolano.
Hablando de la celebración del Cincuentenario de la Feria
Internacional de San Sebastián de San
Cristóbal, es bueno y haríamos justicia recordando algunos detalles que no
sabemos el porqué no han sido considerados en los reconocimientos por parte de
los organizadores de la Feria de San Sebastián 2014.
LAS FERIAS DATAN DEL 1835
Comencemos por aclarar que la Feria de San Cristóbal se
conocían como “Ferias y Fiestas de San Sebastián” desde 1835. Festejos taurinos
que se celebraban con ganado criollo y en los que llegaron a participar toreros
de alternativa y de cartel mucho antes que comenzaran a celebrarse festejos con
picadores a partir de 1962, en la 127º Ferias y Fiestas, cuando se organizaron
dos corridas de toros con toros ecuatorianos de Santa Mónica y de Pedregal
Tambo. Fue una plaza de toros cuadrada, portátil, propiedad de un señor de
apellido Cárdenas construida frente al Parque Miranda en La Concordia, frente a
los Telares Táchira.
Cárdenas alquilaba su plaza para los festejos de Lobatera
(1774), Táriba (1835), Copa de Oro, Michelena, La Grita, El Cobre, poblaciones
serranas del Táchira, estado que ha sido bastión en defensa de nuestras
tradiciones y cultura como cuartel de la frontera venezolana.
Las corridas de las 127º Ferias y Fiestas de San Cristóbal
fueron organizada por Fernando Herrera, matador de toros y periodista taurino,
y El Negro Blanco, propietario del burdel Las Cibeles, que en aquellos tiempos
competía con otro lupanar, La Gioconda,
como los cabarets más influyentes de aquella ciudad que despertaba de su
letargo de siglos, sumida en conflictos armados y encarnizadas luchas
políticas.
FUE EN 1962 QUE LLEGARON LOS PICADORES
Los carteles, repetimos que con toros ecuatorianos que
viajaron por tierra desde las altas montañas de la sierra ecuatoriana hasta San
Cristóbal, fueron: 10 de febrero de 1962,
Toros de Santa Mónica para Joselillo de Colombia (vuelta y oreja),
Sérbulo Azuaje (silencio y silencio) y Paco Camino (ovación y dos orejas) y 11
de febrero de 1962 toros de El Pedregal Tambo para Joselillo de Colombia,
(vuelta y oreja), Sérbulo Azuaje (una
oreja y dos orejas) y Manolo Zúñiga, (oreja y oreja). Fue la primera vez en la
historia que se realizaron corridas de toros con picadores en San Cristóbal.
Luego, para la Temporada de 1963 Negro Blanco y Fernando
Herrera, junto a los hermanos José y Manolo Zúñiga, matadores de toros
colombianos, organizaron otras dos
corridas de toros, también en la plaza cuadrada de Cárdenas con toros
ecuatorianos de Santa Mónica dos corridas, los días 2 y 3 de febrero. En las
dos tardes se presentó el maestro Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”.
En la primera con Pepe Cáceres y el
zamorano Andrés Vázquez; y en la segunda con Manolo Zúñiga y Pepe Cáceres, que
cortó un rabo.
Para 1964 un sólo festejo: 4 toros de Guayabita para Sergio
Díaz y Alfredo Sánchez, mano a mano.
Entusiasmados por los festejos que se celebraron en las
Ferias y Fiestas de San Cristóbal, y
estando reunidos en Manizales con motivo de su feria, los
sancristobalenses Hugo Domingo Molina,
Edgar Espejo y Eduardo Santos acordaron proponerle al doctor Homero Lobo -entonces
Presidente del Concejo Municipal-, la creación de una Feria Internacional en
San Cristóbal. Lobo estuvo de acuerdo con la idea, pero les retó a que fueran
ellos quienes organizaran los festejos taurinos.
FUERON TACHIRENSES LOS FUNDADORES DE LA FERIA
Así nació la Feria Internacional de San Sebastián, gracias a
la iniciativa de tachirense y colombianos, entre quienes en el recuerdo
destacamos a Hugo Domingo Molina, Eduardo Santos, Edgar Espejo junto a los
colombianos hermanos Zúñiga, Joselillo y
Manolo, el matador de toros Antonio Lizarazo.
Fue, repetimos, en 1965 y no en el 64 que se realizaron los
primeros festejos, hace 49 años y no 50 como hoy celebran.
Todo ocurrió en la Plaza de Toros Venezuela de La Concordia, San Cristóbal, donde se
inauguró la Feria Internacional de San Sebastián de San Cristóbal, con dos
corridas de toros y una novillada.
La novillada de la I Feria Internacional de San Sebastián
fue de la ganadería nacional de
Guayabita y la lidiaron Lucio
Requena, y los novilleros colombianos Hernán Medina “El Temerario”, medio
hermano de los Zúñiga, y El Lobo”.
Para las corridas de toros la gran atracción fue la
contratación del fenómeno de masas Manuel Benítez “El Cordobés”, quien debutó
el 23 de enero, con toros mexicanos de Campo Alegre junto a Joselillo de
Colombia (silencio y oreja) y Efraín Girón (vuelta y dos orejas y rabo) que fue
el gran triunfador de aquella feria. “El Cordobés” en sus dos tardes tuvo una
actuación muy pobre en el ruedo, pero millonaria en las taquillas. En su debut
Manuel Benítez “El Cordobés” (pitos y vuelta al ruedo) y en la tarde, la del 24 de enero con toros mexicanos de
Santoyo, la labor de Benítez fue de (silencio y silencio). “El Cordobés”
compartía cartel con El tesoro de Charallave,
Joselito Torres que fue herido de una cornada por su segundo toro, y
Curro Girón, triunfador de la corrida con
(pitos, oreja y oreja).
La plaza Venezuela de La Concordia fue rediseñada por el
arquitecto Eduardo Santos, que proyectó de la Plaza Monumental, hoy Plaza de
Toros Monumental de Pueblo Nuevo. El primero de los grandes escenarios taurinos
venezolanos, que le marcó el camino a Mérida, Maracaibo y a la Monumental de
Valencia, convertidas en los pilares para el desarrollo integral de la fiesta
de los toros en Venezuela.
Fue aquella temporada
de 1966, última en La Concordia, con un abono de cinco corridas de toros
y tres novilladas del 21 de enero hasta el 30. Fue la gran temporada que le dio
el vigor necesario a la ciudad para desarrollarse y crecer como una gran
capital venezolana. Esa feria de 1966 se realizó en una plaza de toros
portátil, con inusitada participación del pueblo del Táchira a sus casetas en
los barrios de la ciudad, clubes y centros sociales. La ciudad recibió
orquestas internacionales como la Billos, los Peniques, Pedro Jota, Pacho
Galán. Bandas de universidades norteamericanas como la de Purdue y cantantes
famosos como el gran Alfredo Sadel.
Aquel año 1966 vinieron a San Cristóbal maestros como
Antonio Ordóñez, César Girón, Paco Camino, El Pireo y se importaron toros de
Las Mercedes, Vistahermosa, Fuentelapeña, El Socorro, Sierra Morena, Domiciano
Camelo, Nicasio Cuéllar y Aguas Vivas, todas colombianas porque en Venezuela no
habían ganaderías.
Con su Feria Internacional, sus corridas de toros, creció
San Cristóbal y de su mano el Táchira al desarrollarse como centro industrial y
agropecuario de la nación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario