El enrazado, exigente y serio encierro de Achury Viejo, derrotó la
terna. Sólo Camilo Pinilla, correcto en la lidia del modoso primero, cortó una
oreja. Noreña, naúfrago, dejó vivo al 5º. Manrique Rivera herido leve fue
silenciado.
Por encima de lo terna de novilleros los bravos utreros de Don Felipe Rocha. En la grafica, Manrique recibiendo a portagayola al tercero de la función. Foto: JADR |
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
Los
utreros de Achury Viejo, distintos, exhibieron en sus caras el abolengo
condeso. Sin gran romana y con discreto volumen, derrocharon fiereza, salvó el
excesivamente dócil primero al que se le dio una sorprendente vuelta al ruedo
no pedida por nadie, y el manso segundo, pitado, los demás echaron casta y
apremiaron tomando el mando que no hallaron en los lidiadores. Eran animales de
pelea, no de show flamenco. Se fueron aplaudidos todos los cuatro últimos, y
como ya dijimos, vivo tras tres avisos el quinto.
Camilo
Pinilla, no hizo ni una de más ni una de menos con el pastueño y sosón
"Serpentino". Lanceo variado y corto, y tras el picotacito de rigor,
doblones genuflexos a medios, para una faena sin emociones intensas, compuesta
de tandas cortas, de a tres, por diestra y siniestra, en las que su señoría el
presidente se mostró más emocionado que todos pidiendo música, otorgando la
oreja tras un espadazo delantero, desprendido, y homenajeando por su cuenta al bonachón
bicorne.
El
vehemente cuarto le quitó a Camilo la
muleta, el terreno y el sosiego, muriendo a sus manos de dos fierrazos
defectuosos.
Juan
Manuel Noreña, hizo sonar los Clarines cinco veces, dos con el parado segundo y
tres (y casi cuatro) con el quinto. Su incapacidad estoqueadora estuvo
precedida en ambos turnos por sendas bregas, anárquicas, inquietas y
descolocadas. Pese al apoyo incondicional del paisanaje no halló el norte, la
clave ni donde pararse.
Manrique
Rivera, el hijo de Pepe Manrique, ilusionó. Abrió con portagayola, lanceó con
decoro, y parecía que repetiría el triunfo que hace dos meses aquí le dio el
puesto en esta feria. Pero no, derivó hasta el aburrimiento y el herirse a sí
mismo en un dedo con sus espadas, por lo cual pasó a enfermería y le dejó la
suerte suprema a Pinilla. Regresó suturado, a cerrar plaza, y el sexto le dio
un lección de como el toro bravo descubre y somete a quién no le torea. Como
epílogo de su insurrección, le puso los
pitones en el pecho en el primer volapié con susto general, y luego, tras un
pinchazo, una espada en guardia y un aviso, se tiró al suelo como diciendo, no
hay con quien.
Dicen
los antitaurinos que el toro siempre pierde. Mentira, hoy ganó. Rocha volvió
por sus fueros, por su blasón de hierro duro y respetable.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo
5 de enero 2014. Plaza Monumental de Manizales. 1ª de feria. Sol, nubes y
gotas. Dos tercios de entrada.
Seis
utreros de Achury Viejo (en Conde de la Corte) serios de cara,
dispares de romana, encastados y temperamentales. Pitado 2º, aplaudidos 3º, 4º,
5º y 6º. Vuelta al ruedo para el 1º "Serpentino", negro Nº 212, de
396 kilos.
Camilo Pinilla, oreja y silencio
Juan Manuel Noreña,
silencio tras dos avisos y silencio tras tres avisos.
Manrique Rivera,
silencio y silencio tras aviso.
Incidencias:
Saludó Ricardo Santana tras parear
al 6º.
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