En
la 9ª de Feria se despidió de Sevilla El Fundi con dignidad y decoro. Mala
corrida de Garcigrande. Morante, mal.
Castella, espeso. El festejo fue protagonizado por el Fundi en su adiós a Sevilla.
CARLOS
CRIVELL
La levedad y la grandeza de la Fiesta es que
en veinticuatro horas se pasa de la euforia al desencanto. La misma ilusión
camino de la plaza, una ganadería de lujo, tres toreros buenos y una siesta
perdida por culpa de todo. Entre todos forjaron una de esas corridas que, de
forma irremisible, entran en el lote de una feria. Tocó ayer, justo al día siguiente de la maravilla, como
duro contraste.
La corrida tenía dos alicientes. De un lado
la despedida de El Fundi de la Maestranza. El torero de Fuenlabrada se ha
entretenido en lidiar diez corridas de Miura en Sevilla, además de dos de Palha. Es decir, que
Sevilla le debía esta despedida de lujo con una de esas divisas por las que
pugnan los que mandan. La plaza sevillana lo sacó después del paseíllo para
dedicarle una ovación de respeto.
El otro aliciente era Morante, el que debiera
tomar el cetro de Sevilla para convertirse en su torero de culto. El de La
Puebla lo tiene todo, es genial, sabe torear como pocos, fracasa de verdad,
pero necesita escribir su historia de amor con la Maestranza a base de triunfos
para el recuerdo. Y aunque ya hay alguno anotado, para ser el torero mitificado
por Sevilla hay que abrir unas cuantas veces la del Príncipe. En la corrida de
ayer escribió una página negra, de esas que también les hacen falta a los
mitos. El problema es que pasa el tiempo y las tardes gloriosas se hacen esperar.
Corrida de Garcigrande naufragó en
todos los órdenes. Atención, las corridas de
Victoriano y ésta de Garcigrande han estado muy mal
presentadas. Los toros segundo, tercero y cuarto fueron novillos indignos de la
Feria de Sevilla. Que me cuenten para qué sirven los viajes de la autoridad a las
ganaderías. Me lo imagino. Para admitir esos toros no hace falta gastar dinero
en viajes.
Además de mal presentados, los de
Garcigrande se comportaron como bueyes de
carreta más que como toros de lidia. Dicen los ganaderos de postín que
la de Garcigrande es la divisa
en mejor momento del campo bravo. Eso hay que demostrarlo en Sevilla, no en los
pueblos. Añadamos que se reconocieron dieciséis toros para salvar esas seis
piltrafas. De momento, la ganadería salmantina ha fracasado a lo grande.
Mal presentados y de juego pésimo. Ninguno peleó
como bravo en el caballo. Algunos tercios de varas fueron un simulacro
consentido por el palco y por la plaza. Hay jornadas en los que el lujo de la
corrida tamiza los contenidos. Todo vale, el toro chico, la suerte de varas
ausente y la lidia sin sentido.
Se dejó algo el cuarto, muy poco, pero los
demás fueron malos, parados, protestones a cabezazo limpio, prendas sin el
minimo atisbo de calidad para el toreo de nuestros días. Garcigrande, dicen que
buena ganadería, ayer pinchó en hueso. Una mala corrida le sale a cualquiera,
lo mismo que a cualquier divisa del montón le sale un toro bueno. Sevilla debe
ser la meta de los buenos ganaderos. Es otra que debe descansar algún tiempo y
que siga lidiando esos buenos toros en los pueblos.
El Fundi llenó de contenido la tarde. Tras el saludo
de respeto a una ovación del coso
sevillano, José Pedro tapó al
que abrió plaza con su oficio. No merecía el animalito tan buen profesional
delante. Se defendió y El Fundi lo trató con elegancia.
La polémica llegó en el cuarto. Fue un toro
noble y soso. En el centro del ruedo fue
labrando una faena de intensidad y calidad creciente. La banda atacó
tarde el pasodoble. Le falló sensibilidad ante un torero que se despedía de una
plaza en la que ha pechado con los más duros del campo. Tal vez al torero le sobró
el gesto de mandar parar el pasodoble. El Fundi estuvo bien y si no cortó
la oreja fue porque pinchó y porque la plaza no la pidió. Esa la realidad.
Distinto es que nadie hubiera rechistado si la pasea por el ruedo. La vuelta
fue de las de verdad. Mejor una vuelta así que una oreja discutida.
Morante escuchó pitos en ambos. Es posible que su
lote no tuviera más de lo que el torero
logró, pero la gente espera tanto que al final no hay término medio. Lo que
para otros es un silencio, para Morante
son pitos. Sobre el albero quedó un quite enorme al cuarto por verónicas. También algún muletazo
suelto, algún adorno, poca cosa para
quien es depositario de las mejores esencias del toreo según Sevilla.
Castella estuvo voluntarioso y algo destemplado en
ambos. El tercero no le permitió ligar y
le enganchó la muleta por la izquierda. Con el sexto, toro que se movió
dando cabezazos por todos lados, más
voluntad y de nuevo temple ausente, aunque tal vez fuera imposible.
El Fundi se marchó entre ovaciones. La oreja hubiera
sido un premio bonito para el adiós.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de la Maestranza. Sábado, 21 de abril
de 2012. Novena de feria. Toros de Domingo Hernández y Garcigrande, terciados, sin trapío,
anovillados; el manso de cara suelta 6º
tuvo más remate; complicado el 1º; peor el 2º; de tornillazo y violentito el 3º; descastadote y noblón el 4º; gazapón y
pegajoso el 5º.
El
Fundi, de purísima y oro. Espadazo trasero
(saludos). En el cuarto, pinchazo y
estocada atravesada (petición y vuelta al ruedo)
Morante
de la Puebla, de caña y azabache. Media estocada
(algunos pitos). En el quinto, horrible
espadazo y dos descabellos (leves pitos).
Sebastián
Castella, de negro y oro. Estocada trasera y caída
(silencio). En el sexto, media estocada
tendida (silencio).
HABLAN LOS PROTAGONISTAS: El Fundi y Sebastián Castella expresan sus sensaciones tras actuar
en la Maestranza
El
Fundi, a la muerte del
cuarto, toro del que a punto estuvo de cortarle la oreja, expresaba a los micrófonos de nuestros
compañeros de Digital Plus: "No es que venga bien o mal cortar la oreja, pero
tratándose de mi última tarde aquí si la corto
parece que todo queda más abrochado y rematado, pero bueno me quedo
con algunas fases de la faena, con
algunos lances y el calor de la afición". Antes, tras despachar al toro que abrió plaza, dijo: "No
lo he visto fácil, creía que era bueno pero
le costaba trabajo y cuando intentaba hilvanar se quedaba debajo y
protestaba. Embestía por dentro y
costaba sacarle una faena limpia. Además a última hora ha tenido menos transmisión. He hecho lo que
creía que había que hacer en cada
momento. Saldrá mejor o peor pero el planteamiento mío creo que no ha
sido malo".
Sebastián
Castella, tras lidiar al
tercero, expresó: "Era muy bruto, tenía mucha
violencia y ni en corto ni dándole distancia dejaba su violencia. Y
cuando le he podido no era nada agradecido".
Morante
de la Puebla, por su parte,
declinó hacer declaraciones. / Redacción APLAUSOS
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