Emocionante
duelo entre Iván Fandiño y David Mora con toros de Victorino Martín en la 12ª
de Feria. El torero de Orduña cortó una oreja y debió cortar otra en el quinto.
Mora, voluntarioso.
CARLOS CRIVELL
Fue, sobre el papel, una corrida para
aficionados. En la realidad, también fue para
mantener y fomentar una Fiesta que necesita este tipo de festejos en los
que hay toros y toreros sobre el ruedo. Victorino presentó una corrida de toros
seria, en el tipo de la divisa, con varios toros de buena nota. El toro le dio
trascendencia a todo lo que se realizó en el ruedo. Y hubo toreros, los
matadores y sus cuadrillas, entregados y capaces para la lidia. Fue un buen
espectáculo. El aficionado se reafirma con este tipo de corridas. Merece la
pena ser aficionado. Victorino, Fandiño y Mora han
lavado la imagen triste de jornadas anteriores.
Cuando se le pregunta a Victorino padre qué tipo de corrida presentará dice siempre lo
mismo: «Pues una corrida de toros, ni más ni menos». La de ayer fue
eso, una corrida de toros. El bueno fue el tercero, pero tampoco se puede
olvidar al quinto y al sexto. Y los hubo menos buenos, como el segundo, o más
complicados con los problemas de la casta, como el primero y el cuarto. Lo
dicho, una corrida de toros.
A este buen espectáculo taurino asistió un
grupo de aficionados que ocuparon cerca de las tres cuartas parte de la plaza.
Para un martes de farolillos fue muy
poco. Es la afición que tenemos; o es la afición que queda en el momento
crítico que vivimos.
Si un mano a mano es un reto en competencia
sobre el ruedo, el duelo lo ganó Fandiño
con claridad. En apariencia sorteó los mejores toros de la corrida, detalle que
a veces no es verdad, porque el manejo de un toro puede modificar su comportamiento.
El lote del vasco fue mejor, pero la lidia que recibieron sus toros y el tratamiento
que les aplicó el torero fueron ideales para que los astados lucieran sus cualidades.
Se mostró despierto e inteligente toda la
tarde. Así lo atestigua su actitud en quites; el de las gaoneras del sexto fue sencillamente primoroso. Cumplió con el
primero, toro que se revolvía en una loseta. Bajó la mano como fórmula adecuada
para someter y alargar sus embestidas.
La gran faena de Fandiño llegó en el buen tercero. Un toro cinqueño que fue lidiado
con mimo. Fandiño lo hizo todo a su
favor. El tercio de varas de Pepe Aguado
fue la demostración de que aún es
posible recuperar esta suerte. En el centro del ruedo, con la muleta en la
izquierda dibujó naturales a un toro encastado que pedía mando por abajo y
muleta presta para ligar. También hubo buen torero con la derecha. Todo con la
impronta de la emoción de un toro y un torero de verdad. La oreja fue de las que
nadie duda.
También debió cortarla en el quinto. Era
otro toro, todavía más exigente, al que no se le podía dejar pensar. Fandiño dejó la muleta colocada para
tirar del animal. Es verdad que la faena no fue totalmente limpia, pero tenía
el sello de la verdad. Y qué estocada en las péndolas. Después de todo esto vino
el número de una afición de sombra que no pidió la oreja. Se pusieron exigentes
con un pedazo de torero que se había puesto delante de uno de Victorino.
Cuando se han regalado orejas por faenitas de tres al cuarto, a Fandiño le negaron la de este toro
nadie sabe bien los motivos. Es verdad que la petición no era mayoritaria, pero
entonces se podría esperar que el presidente sacara el suyo en señal de buen
aficionado. No lo hizo, contó los pañuelos, se tapó con el Reglamento y privó a
Fandiño de completar su gran tarde
torera.
Si los presidentes pretenden justificarse,
que pongan en los asientos un botón para pulsarlo en señal de petición de trofeos, como
si fuera una votación parlamentaria. Son casos en los que hay que dar un paso
adelante. Las orejas, según parece, se guardan para otras fechas.
David
Mora perdió el mano a mano,
pero puso toda la carne en el asador y solventó el festejo con dignidad, por mucho que su
compañero se llevara el trofeo y las dos vueltas al ruedo. El primero de su
lote lo buscó por abajo y no le dejó por el lado derecho. Algo obstinado, Mora insistió más por este lado que por
la izquierda, que parecía mejor pitón.
El cuarto también se revolvía rápido y se fue apagando durante una faena que
empezó en largo con buen aire y acabó con toreo de cercanías y el toro parado.
El hermoso sexto embistió bien en los primeros compases y acabó en tablas a la
defensiva. Se lució con el capote casi siempre a la verónica, pero en conjunto
su tarde no remató; ni los toros fueron los mejores, ni cuidó la lidia ni estuvo
fresco de ideas.
Lo dicho, una corrida de toros con todos sus
argumentos. Fandiño ha llamado a Sevilla.
No le han abierto la puerta todavía. A algunos les dio un ataque de dignidad, pero
el vasco volverá a golpear.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de la Maestranza. Martes, 24 de abril
de 2012. Duodécima de feria. Tres cuartos
de entrada. Toros de Victorino Martín,
desiguales de presentación, muy variados y de interesante juego. Saludaron El Chano y Víctor Ruiz Martínez en el sexto.
Iván
Fandiño, de rosa y oro. Estocada pasada y tendida
(saludos). En el tercero, estocada (oreja).
En el quinto, estocada (dos vueltas al ruedo).
David
Mora, de rosa y oro. Estocada un punto contraria
y atravesada y descabello (saludos). En
el cuarto, estocada (silencio). En el sexto, media estocada (palmas de despedida).
HABLAN LOS PROTAGONISTAS: Fandiño y Mora expresan sus sensaciones tras actuar en la
Maestranza
Iván
Fandiño tras pasaportar al
victorino al que cortó la oreja comentó a los
micrófonos de nuestros compañeros de Canal Plus Toros lo siguiente: "El
toro ha tenido movilidad, fondo de
bravura y siempre la ha querido coger por abajo. Con todo ello, más un torero dispuesto delante, se ha
podido ver un buen espectáculo. Hay que
darle la enhorabuena a Victorino. Ha sido una faena medida".
Más tarde, tras despachar al quinto, del
que a punto estuvo de pasear otro apéndice, comentó: "Que no haya dado la oreja son cosas del
presidente, yo he hecho mi obligación, que era
torear y dar a entender que voy de verdad y que lo mío no es de
casualidad. El secreto de la faena
estaba en que el toro no parara y llevarlo con suavidad y en línea. No era fácil, pero tenía empuje y transmisión
y la gente lo ha podido ver. Con la espada estoy muy seguro. Ha sido la tarde en
la que Iván Fandiño ha entrado en
Sevilla y será recordada por mí porque me ha costado tres años. El de
hoy es otro paso corto pero muy seguro hacia lo que quiero conseguir".
David
Mora tras estoquear a su
primero señaló: "Tenía una cosa buena, que era la
dulzura pero cuando ha habido que plantearle la pelea esa dulzura no ha
roto para adelante ni ha llegado a los
tendidos. No ha tenido fondo y ha acusado un poco la querencia. No ha podido ser para el triunfo
pero se ha visto la disposición y la actitud". Después de dar cuenta del cuarto comentó: "Más
de lo mismo. Aposté por él desde la
primera tanda en los medios a ver si iba para adelante pero se agarró al
piso. Cuando me centré para engancharle
adelante sabía lo que se dejaba atrás. Cuando
no hay posibilidad, es imposible". Tras finiquitar al que
cerró plaza, aseguró: "Este ha tenido calidad, pero le faltaba viveza para
transmitir arriba. La de hoy es de las tardes
que aun sin cortar orejas me llevo sensaciones buenas, por momentos a
este he toreado como quiero. Me voy con
la tranquilidad de haber podido disfrutar con este toro".
que poca, comentar que estos asesinos, son como héroes, y disfrutar con este toro? crees que tu vieja no siente con las estocadas que recibe? también el toro las siente.
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