Mala
corrida en conjunto la 11ª de la Feria de Abril, con tres toros posibles y una
terna sin ambición formada por Castella,
Cayetano y Daniel Luque que dejó pasar la tarde
sin detalles que justificaran su inclusión en la Feria.
CARLOS CRIVELL
La terna salió a la plaza contemplativa,
sobrada y pasó por la corrida con aires de
suficiencia sin buscar el triunfo que los toros les pusieron en bandeja.
Salieron tres toros, cuarto, quinto y sexto, buenos para el toreo. Es difícil
que salgan toros boyantes. Más en una Feria como la de Sevilla. Y los toreros,
como si ya lo hubieran conseguido todo, no fueron capaces de lograr el triunfo.
Se podría pensar que no cortaron las orejas
porque fallaron con la espada. En
absoluto. No cortaron las orejas por propia incapacidad torera. Luego
vendrán las lamentaciones. Lo tenían
todo a favor. El público, en general amable, más después de la primera parte
del festejo, que fue una calamidad por las escasas fuerzas de los toros de Daniel Ruiz.
Lo sucedido es grave y merece una reflexión.
Castella, matador de toros desde 2000,
contratado para tres corridas en este ciclo, tuvo su oportunidad en el cuarto.
El toro era blando y la presidencia lo mantuvo en el ruedo, cuando bien podía
haberlo devuelto. Castella se
percató de que el toro tenía calidad y se fue al centro a brindarlo a la plaza.
Algunos espectadores protestaron, seguro que entendiendo que un toro blando no
debería brindarse. La primera equivocación de Castella fue lanzar la montera hacia la zona de los descontentos.
Son cosas que han pasado siempre. Cuando una plaza está descontenta lo que tiene
que hacer el torero es subirse encima del toro y cortarle las orejas, sobre
todo si el toro tiene clase como la tenía ese cuarto.
Dos tandas buenas sobre la diestra, el toro
dobla las manos, pasa a la izquierda, la
faena se hunde en los enganchones por la izquierda, vuelve a la derecha,
la música toca sin sentido y el toro se va sin la faena que parece que era
posible. Lo dicho, los toreros son tipos distintos, son de otra madera, pero
deben ser así siempre. Cuando se envalentonan con el público es para cortar las
orejas. El toro cuarto era de triunfo y todo quedó en saludos.
Otro buen toro fue el quinto. El mejor de la
corrida. Tenía presencia, no rodó por el albero y metió la cara con calidad en
la muleta. Cayetano, muy entonado
con el capote toda la tarde, se fue al centro y toreó sobre la derecha. Había
toro con recorrido. Remató la primera tanda con un cambio de manos precioso,
señal de que es un matador de empaque solemne. En la tanda siguiente ya le
enganchó la franela, igual que en las demás. Entre enganchones, el toro de Daniel
Ruiz se fue apagando. Toro de triunfo sonoro. Cayetano, de porte elegante, no lo pudo aprovechar.
En los ambientes del torero se consideró que
el torero que tenía mayor responsabilidad era Daniel Luque, matador de toros llamado a ser importante. Debe tener
en cuenta que ese sello hay que justificarlo. Su toro fue el pequeñito sexto, aprobado
por arte de bilibirloque por la autoridad. Se repitió la historia en este
sexto. Al centro, a la derecha y a los
enganchones. El toro tenía también faena. Se arrastró con las orejas como toda
la corrida. Está claro que los toreros no estarán de acuerdo con este juicio, faltaría más. Pero si tienen
capacidad para reflexionar llegarán a la conclusión de que se les fueron a cada
uno un toro de triunfo. Lo malo sería que no lo reconocieran.
La primera parte fue la apoteosis del
desconcierto. Al palco no le tembló la mano para devolver al primero a los
corrales. También hizo lo mismo con el tercero. Con el mismo argumento debería
haber devuelto al cuarto. De los tres toros de la primera parte, dos a los
corrales y dos sobreros.
La terna está justificada en sus primeros
astados. El sobrero de Parladé esperó mucho antes de meter la cara. Castella volvió a demostrar que tiene
un problema grave para templar las embestidas. El de Ruiz que se lidió como
segundo tampoco daba la talla precisa para Sevilla. Fue simplemente noble. Cayetano
estuvo bien en la estética, pero con tandas muy cortas. El animal acabó parado.
El sobrero de Montealto, primero de Luque fue malo de solemnidad. A este
paso esta ganadería será la que más lidie en la Feria. Salió con más fuelle,
fue manso y le dieron estopa en el caballo. Daniel Luque, que dibujó algún lance precioso en el que fue devuelto,
no pujo más que poner voluntad.
La corrida fue preocupante. La entrada para
un lunes de Feria fue insuficiente. El cartel merecía mejor ambiente. Y a Castella y a Luque les quedan otra corrida. Su paso por el ciclo de momento no
anima a la afición. Se lidiaron algunos toros sin trapío, como segundo y sexto.
La corrida tuvo nobleza, es decir que fue muy potable para toreros con
ambición. La actitud de la terna no fue la que se podía esperar con semejante
material ganadero.
De la suerte de varas, la lidia y demás
asuntos cotidianos, mejor no seguir
lamentando la pérdida de identidad de la plaza. Y cuando la afición
intenta hacerse notar tiene que soportar que un diestro se moleste y les mire
con mala cara. Todo muy penoso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de la Maestranza. Lunes, 23 de abril
de 2012. Décimo primera de feria. Tres
cuartos de entrada. Toros de Daniel
Ruiz, anovillados en general. El primero, un sobrero de Parladé y el tercero, sobrero de Montealto. Saludó José Antonio Carretero en el segundo.
Sebastián
Castella, de coral y oro. Pinchazo y estocada corta
pasada (silencio). En el cuarto,
pinchazo y estocada pasada y rinconera (saludos).
Cayetano,
de azul pavo y oro. Estocada tendida (saludos). En el quinto, dos pinchazos y estocada. Aviso (silencio).
Daniel Luque,
de azul marino y oro. Estocada pasada y desprendida (silencio). En el sexto, media estocada rinconera (silencio).
HABLAN LOS PROTAGONISTAS: La terna, desilusionada con el desarrollo de la tarde
Sebastián
Castella tras estoquear a
sus toros hizo balance en los micrófonos
de nuestros compañeros de Canal Plus
Toros: "El cuarto se apagó muy pronto, tenía calidad pero las fuerzas justas. En el
primero no ha servido ni el titular ni el sobrero. Ha habido poco pero bueno".
Tras estoquear a su primero, Cayetano señaló: "Sevilla merece el esfuerzo,
es una plaza que nos gusta disfrutar del
toro y de su gente. Al toro le faltó raza y ese último tirón para triunfar. Faltó que transmitiera
ya que con muletazos de uno en uno cuesta
más que la emoción llegue arriba". De su segundo dijo: "Se
ha ido a menos, cabeceaba, me ha
enganchado y deslucía mucho. Ha sido una pena porque parecía que podía transmitir y se ha desinflado
mucho. He querido dar tiempo para que
cogiera aire y ligarle las tandas. Una de las veces me ha echado la cara
arriba".
Por su parte, Daniel Luque comentó: "Me ha hecho pasar un mal rato, tenía
peligro sordo, oculto, siempre estaba
pendiente de las piernas, nunca de la muleta. Menos mal que no ha tenido poder. Ya en el primer
muletazo se ha venido al pecho", y
continúa: "Este pensaba que podía aguantar. Ha sido una lástima, el toro
venía pero del muslo para adelante le
costaba trabajo pasar. Ha habido un par de tandas buenas. Ojalá que Sevilla me pueda ver pronto".
/ Redacción APLAUSOS