martes, 11 de octubre de 2011

FERIA DEL PILAR EN ZARAGOZA 2011 – CUARTA CORRIDA DE ABONO: Estaba escrito: solo podía triunfar Cesar Jiménez

El remedo familiar de los Nuñez del Cuvillo llamado Benjumea dio la impresión de estar formado por desechos. Solo se lidiaron tres toros por ser devueltos otros tantos que fueron sustituidos por tres sobreros de Los Bayones. Con dos de ellos, muy nobles por cierto, César Jiménez demostró quien vuelve a ser e incluso mejor que nunca. Cortó la oreja del segundo y pudo conseguir las dos del quinto si lo hubiera matado bien. A Uceda Leal no se le pudo ver con su deslucido lote. Y Salvador Vega dio una de arena con el casi inútil tercero de la ganadería titular y otra de media cal con el menos lucido de los sobreros.
JOSÉ ANTONIO DEL MORAL

Cartel de medio pelo a modo de sorbete entre platos fuertes. Sobre el papel, solo interesante por la presencia de César Jiménez que es el gran rescatado de la presente temporada pese a la cornada que le rasgó una pierna de arriba abajo y todavía mantiene fresca a la espera de que le vuelvan a operar para colocarle un injerto. A Uceda Leal hace tanto tiempo que no le veíamos, que pensamos se había retirado. ¿Todavía hay quienes siguen creyendo en él? Seguro que uno que va de mal literato, sí. Y Salvador Vega: un gran intérprete del toreo con más salero que haya dado Málaga y que hace tiempo nos dejó con la miel en los labios. A Vega le apoderó el actual empresario de la plaza de Zaragoza y, buen amigo del torero, cada vez que puede, le echa una manita. Veremos quién merece estar aquí y quién no…

Cómo no podía ser de otra manera, se salvó el único que podía conseguirlo, César Jiménez. Y, además, con suerte. Poco faltó para salir a hombros. El segundo toro fue y vino obediente pero saliendo suelto al pulcro capote de César y, por desgracia, falto de fuerza. Se defendió en el primer puyazo y perdió las manos entre el mosqueo consiguiente del público, convertido en pitos cuando se cayó tras el segundo encuentro. Fue devuelto por la presidencia. Le sustituyó un bien presentado sobrero de Los Bayones. César se limitó a bregar y el toro fue al caballo por su cuenta, perdiendo también las manos tras el leve encuentro.

Un poco más le pegaron en el segundo. Salvador Vega quitó por suaves delantales a pies juntos, descubriendo lo muy noble que era. Tras el tercio de banderillas bien cubierto por Jesús Arruga, el de Fuenlabrada se llevó el toro a los medios y, aunque sin poder ligar de momento, recetó muy buenos derechazos. Relajado y templado. Ajustado también. Excelente al natural. Y más de igual guisa en redondo, con cambio invertido y de pecho. El perfecto en el  acople, en la adecuada administración del trasteo con las requeridas pausas y en un estoconazo efectivo. Le valió una merecida oreja.

Bien picado por Javier González, el bravo quinto tampoco tuvo la fuerza requerida para completar el primer tercio como todos hubiéramos querido. Tras rehusar, se cayó en el segundo y como antes, también fue devuelto. César, pues, tuvo que matar el segundo sobrero muy serio de Los Bayones.

Se fue del buen capote del matador, siempre eficaz como también su gran peón de confianza, Carlos Casanova. Pero suelto del capote de éste, arrolló de lleno a César que supo librarse de una cornada con enorme habilidad. Javier González volvió a picar bien y Cesar quitó por chicuelinas dando mucha distancia al toro para cada una. Gran remate y otro susto. Tuvo que tener cuidado con los repentinos acosones del toro. Vega reverdeció laureles en el quite. Jesús Arruga y José Daniel Ruano parearon con excelencia. Cesar brindó su faena y la cuajó en medio del expectante silencio del público. Perfecto otra vez en todo. Colocación, temple, tiempos y traza de los muletazos. Primero por alto con la derecha. Luego por redondos. Después al natural… Algunos resultaron extraordinarios mientras el toro empezó a pedir que lo matara. Pero Cesar siguió por templadísimos redondos, un precioso remate y un casi imposible circular con el toro ya casi agotado. Lástima que pinchara y pegara luego una fulminante estocada baja. El presidente no quiso darle la muy pedida oreja. De no haber fallado a espadas, habría ganado las dos. Saludó desde los medios y al del palco le chillaron.

El primer toro tuvo tanto trapío como falta de fuerza. Antes de ser picado amagó con caerse aunque acudió alegre y con nobleza a las llamadas. Su arruinada energía se suplió simulando la suerte de varas sin que faltaran las protestas. Pero al menos lo banderillearon mientras arreciaban los dicterios contra el palco. Uceda, que hasta tocar a matar apenas había podido intervenir, lo hizo encantado consigo mismo en los inicios de su faena. Con buen corte e intentando que el noble animal no perdiera las manos. Y la verdad fue que el toro respondió bien. Pero al pegar varios tironazos al natural, lo gratamente arrancado se convirtió en vulgaridad sobre ambas manos. Al no encontrar eco en los tendidos, Uceda se fue a por la espada de verdad y, tras dar unos cuantos pases creyendo que había estado sembrado, metió la espada con la decisión que le salva casi siempre. Pero tuvo que descabellar. Le aplaudieron unos diez espectadores. Un señor que había a mi lado dijo que lo hacía para bajar al bar…

Feo, muy alto de agujas y veletillo fue el cuarto que se defendió en el primer encuentro con el caballo y fue bravo en el segundo. Bien banderilleó Manuel Molina. Escuchó más palmas que su matador en el brindis. Uceda empezó la faena pegado a las tabas. Una vez en los medios, el toro empezó a protestar en corto por el lado derecho y fue a trancos por el izquierdo. Por lo demás, Uceda solo pudo aposturarse sin lograr un solo pase completo. El toro se echó aburrido y se acabó lo que se daba con una buena estocada. Es lo único que le queda al pobre.

Impetuoso aunque suelto tomó el tercer toro el primer puyazo. Nada Vega con el capote. Banderillas de mal trámite Y una faena de buen tono artístico del malagueño aunque toreando por las afueras. Bonita pero por nada comprometida. Como el toro, por noble, mereció mejor trato y más confianza de quien estuvo delante, el público apenas tomó en cuenta lo hecho y el torero cortó por lo sano. Para colmo, mató de estocada baja.

Todavía le quedan gotas de su arte a Vega como demostró en el recibo del sexto que, tras caerse, también fue devuelto y sustituido por otro sobrero de Los Bayones que se quedó corto al tomar el capote del malagueño, se defendió acostado en el caballo y llegó medio servible a la muleta por cortito de viajes y blando. La faena no pasó de un entonadito quiero y no puedo aunque en algún pasaje pareció tomar vuelo la faena con medios pases,  algunos muletazos de pecho sabrositos, gráciles de trinchera  e inspirados adornos. Poca cosa. Como mató pronto, se pidió oreja aunque sin fuerza ni unanimidad. Como era de esperar, no se la dieron.

FICHA DEL FESTEJO
Tres toros de Benjumea (procedencia directa de Núñez del Cuvillo). Bien aunque desigualmente presentados. Nobles y sin fuerza en distintos grados. Muy débil el primero. Devuelto el derrumbado segundo, se corrió un sobrero de Los Bayones, justo de fuerza y muy noble. Justito pero agradable el tercero. Paradote el cuarto. Bravo pero sin ninguna fuerza el quinto, fue devuelto y sustituido por otro sobrero de Los Bayones también muy noble aunque algo tardo. Devuelto también el muy débil sexto, sacaron un tercer sobrero de Los Bayones, justito de fuerza y simplemente manejable.
José Ignacio Uceda Leal (añil y oro): Estocada y dos descabellos, silencio. Buena estocada, silencio tras palmitas. César Jiménez (marfil y oro): Estocada trasera, oreja. Pinchazo y estocada baja, petición denegada y gran ovación con saludo desde los medios. Salvador Vega (blanco y oro): Estocada baja y dos descabellos descabellos, aviso y silencio. Estocada trasera, petición insuficiente y ovación.
Zaragoza. Plaza de La Misericordia. Lunes 10 de octubre de 2011. Tarde medio calurosa en plaza medio cubierta  con un tercio de entrada.

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