Una vez concluida la temporada en España y en Francia, llega el momento de resumirla y de sacar conclusiones sobre lo acontecido. Cómo han estado los toreros, deteniéndonos en próximas entregas en los más importantes y en los que pueden serlo. Han sido bastantes los que protagonizaron una lucha sin cuartel salvo escasas excepciones. Qué novilleros hay con futuro. Qué ganaderías han destacado además de las mejores de este año, Núñez de Cuvillo, Juan Pedro Domecq, Garcigrande, Fuente Ymbro y Alcurrucén. Qué ferias y corridas fueron las mejores. Y cómo, cuando, a quienes, por qué y en donde afectó más la crisis y qué decisiones pretenden imponer los más directamente encontrados respecto a sus respectivos intereses económicos –figuras y empresas–, además de las novedades que, a partir de ahora, puede haber en las retransmisiones de las corridas por televisión y en la posterior utilización de las imágenes emitidas en directo. Pero de esto último escribiremos en el último capítulo de estos resúmenes.
JOSÉ ANTONIO DEL MORAL
Si la temporada 2011 ha sido histórica a pesar de la crisis que ha diezmado el número de festejos mayores –no digamos, de los menores, además de llevar a la ruina a muchos ganaderos y preocupado seriamente a no pocas empresas tanto privadas como públicas, poniendo en estado de alerta roja por primera vez a las francesas– ha sido por la cantidad de diestros importantes entre los del primer y el segundo niveles que han coincidido y competido con esa amistosa lealtad que distingue a los de la actualidad, sin que ello quiera decir que no lo hicieran con total determinación y files al innegable sentido del deber, del amor propio y de la responsabilidad que viene distinguiendo a la actual torería. Hay que reconocer que, al contrario de la mayoría de las figuras de épocas anteriores, cuantos lo han sido y son desde hace 25 años suelen darlo todo cada tarde, independientemente de la categoría de las plazas donde actúen. Por eso, los que nombramos a continuación, serán imprescindibles en todas las ferias del año que viene. Más que suficientes para que acaparen los carteles si las empresas quieren hacerse respetar y vender más abonos, siempre y cuando prescindan de una vez por todas de la caterva de diestros agotados y de mediocres que todavía padecemos en muchísimos carteles feriales.
A la cabeza, figuró el gran e indiscutible triunfador del año 2011, José María Manzanares. No solo por sus incesantes grandes triunfos, sobre todo en la mayoría de los principales escenarios, sino por lo que su manera de torear le distinguió y ha supuesto un antes y un después realmente histórico. Seguido muy de cerca por El Juli, que mantuvo el mando que venía ejerciendo instalado en su ejemplar sentido de la responsabilidad y creciente maestría. Por los regularizados progresos anímicos, técnicos y artísticos que, en no pocas ocasiones alcanzaron la genialidad, destacó Alejandro Talavante, desde ya situado en la primerísima fila. Morante de la Puebla mantuvo su especialísimo rango pese a tardar en calentarse después de un brillante aunque solitario arranque en la más temprana feria madrileña de Vistalegre, seguido de un periodo un tanto alicaído que arregló definitiva y principalmente en su inolvidable mano a mano con Manzanares en El Puerto de Santa María y en su grandiosa actuación en las Corridas Generales de Bilbao. En incierta situación Enrique Ponce –desde hace tres años por encima del bien y del mal aunque sosteniendo su categoría y rango pese a su pésima suerte con los toros-, por las dudas que hay sobre su más o menos cercana retirada, tanto por lo que él mismo dice como por la opinión de parte de la prensa que, increíblemente, desea que se vaya pretendiendo que sea políticamente correcto desmerecer sus actuaciones, incluso las de mayor importancia como la que cada año logra en Bilbao. Miguel Ángel Perera recuperó su mejor ser y estar con sostenida regularidad triunfal, en contraste con la campaña a la baja que hizo Sebastián Castella, quizá la figura que ha desaprovechado más ocasiones para remontar a lo largo de una económicamente provechosa campaña, aunque ni de lejos a la altura artística de lo que el espada francés consiguió en su impresionante temporada de 2006. Si continúa en tal declive, le costará más de un disgusto en la próxima temporada, que debería afrontar con enorme determinación si no quiere verse apeado de su categoría. Pero démosle a Castella la oportunidad de contradecirnos en la inminente temporada americana y en la nuestra del año que viene. Lo estamos deseando porque la máxima figura que ha dado Francia, lo merece pese a todo.
Aunque 2011 no fue el año de El Fandi, logró mantenerse insustituible en todas las ferias por su indeclinable entrega y sentido del espectáculo. El Cid logró sostenerse en un nada despreciable medio tono triunfal que le valdrá seguir tal cual en la campaña de 2012. Daniel Luque logró despegar en figura y ser considerado como valor seguro y creciente por la afición y las empresas. Recuperación más que evidente de César Jiménez que no solo fue capaz de volver a ser sino andar mejor que nunca y hacerse respetar de cara a las próximas campañas. Notable instalación de Rubén Pinar al mejorar y purificar su técnica del torero, en cualquier caso capaz y resolutivo. Y los dos toreros revelación: la ya contrastada de Iván Fandiño que superó un grave percance que le tuvo meses en el dique seco; y la sorprendente e importantísima eclosión de David Mora quien, una vez resuelva algunos defectos técnicos, podrá subir a los primeros escalones por su enorme valor, su rondeño clasicismo y su clase. Y entre los guerreros, nombrar al que más y mejor guerrea actualmente, Rafaelillo, sin olvidar al recién gravísimamente herido y heroico Juan José Padilla a quien deseamos continúe en la lucha si la Providencia y los doctores que le van a atender de sus gravísimas lesiones, son capaces de restablecerle para que, al menos, pueda volver a vestirse de luces hasta que su molido cuerpo aguante.
Finalmente, el singular caso aparte de José Tomás quien, aunque centró una desbordante atención en las solamente nueve tardes que sumó, sobre todo en la reaparición tras una larga convalecencia de su gravísima cornada en Aguascalientes, celebrada en feria de Julio de Valencia, y en la posterior septembrina de cierre tristemente definitivo en Barcelona, lo más destacado que logró fue llenar totalmente las plazas en las que compareció, la mayoría de inferior categoría y, en casi todas, muy pobremente acompañado. Dejando aparte lo que este torero atrae idolátricamente a sus muchos incondicionales una vez repuesto por completo, deberá plantear la próxima campaña más seriamente comprometido y actuar en las ferias más importantes, compitiendo con su pares más caros y prestigiosos, si verdaderamente quiere ser otra vez el excepcional torero de sus brillantes primeros años de su desigual e incompleta por tantas veces interrumpida carrera.
A propósito de los efectos negativos que han tenido las dos últimas reapariciones de José Tomás, cabe comentar lo que sus corífeos dijeron de la campaña en la que tuvo que ausentarse a raíz del cornalón en Aguascalientes: Que había sido “corrientona”, obviando el temporadón que hizo El Juli a quien los jurados del premio Paquiro del diario El Mundo - instituido ex-profeso para magníficar al galapagarino con el dinero de la multinacional que paga todo lo que haga falta para que nadie se meta con él y enriquezca a sus críticos más radicalmente fieles-, no quisieron distinguir al joven maestro madrileño y dieron el premio a dos importantes escritores por haber defendido la Fiesta del acoso catalán. Un dislate además de una injusticia manifiesta porque quien más la había defendido fue El Juli al triunfar por todo lo alto en todas las plazas del mundo, incluida la de Barcelona. Y no con escritos, sino jugándosela delante de los toros. Pero lo de este año ha sido peor porque, cuantos han pretendido colocar en el pináculo de la temporada a Tomás pese a la escandalosa pobreza artística y a los ridículos planteamientos de su minuscula campaña tan solo diseñada para ganar un dineral, han intentado desmerecer lo hecho por los toreros que, precisamente, la convirtieron en histórica, además de seguir con la matraca contra Enrique Ponce que es a quien más odian por haber sido el único que no solo resistió el envite de la tomatosis en su primera etapa, sino que la venció. Eso nunca lo olvidarán. Y de ahí el empeño de que Ponce se vaya antes que su ídolo.
Al final de los resúmenes que iremos haciendo más detenidamente para cada caso, nombraremos a los toreros más destacados de la tercera fila con posibilidades de acceder a la segunda. Pero no a los que ya no tienen más remedio que intentar seguir en donde están. Cuestión harto difícil por la inevitable disminución de festejos que habrá mientras dure la crisis.
Novilleros con futuro
Anoten estos nombres: por delante con notable diferencia, el de mayor proyección fue Fernando Adrián, alumno de la Escuela de El Juli y fiel a sus enseñanzas, último ganador del Zapato de Oro de Arnedo y, actualmente, bajo la dirección de Simón Casas. Y luego hay varios, lo que habla de una prometedora cantera que asegura el fututo del toreo: el cacereño Rafael Cerro; el mexicano de Tlascala, Sergio Flores, el gaditano de San Fernando, David Galván; el madrileño de Barajas, Alberto López Simón; el segoviano Víctor Barrio, y el zamorano Alberto Durán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario