sábado, 19 de noviembre de 2011

ESCASO CONTENIDO ARTÍSTICO EN LA PRIMERA CORRIDA DE LA FERIA DE VALENCIA

Con el corte de una oreja a cargo del local José Antonio Valencia
Destellos de toreros y valor, en festejo emotivo por el recuerdo del gran Bernardo Valencia, el que tuvo este vienes José Antonio Valencia, en la primera corrida de la feria de Valencia 2011. Foto: Aníbal García Soteldo.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

El corte de una oreja, a cargo del diestro venezolano José Antonio Valencia, así como destellos escasos de parte del diestro cordobés, Juan Serrano “Finito de Córdoba”, son los hechos más destacados de la primera corrida de toros, en el marco de la Feria de la Virgen del Perpetuo Socorro, este viernes, en la ciudad venezolana de Valencia, estado Carabobo.

Festejo este, donde a ultima hora se tuvo que apañar con la improvisación de un mano a mano entre el coleta valenciano y el espada ibérico, ante el veto que tanto la Unión de Toreros de España, como la propia de Venezuela, han hecho para todos los diestros que actúen en este ruedo, durante la presente versión. Así mismo, la desastrosa actuación de la cuadrilla de subalternos actuantes condicionó el espectáculo en gran parte de su desarrollo.

Con poco más de un tercio de plaza, en noche calurosa, se ha lidiado un encierro mal presentado y manso, de la vacada tachirense de San José de Bolívar, destacando del lote por su bondad y son en su embestida, los corridos en 1º, 5º y 6º lugar. Los lidiados en 2º, 4º y 5º fueron anunciados como multados, por su escaso peso al arribar a la plaza.

José Antonio Valencia ha aprovechado del festejo la nobleza que sacaron a relucir sus antagonistas que pechó en suerte. Cortaría la oreja del que abrió plaza, tras pasar con más voluntad que lucimiento las embestidas del ejemplar, en especial por la mano diestra, donde se destacó en series cortas y vibrantes de cara al tendido. El efectivo espadazo, fue elemento determinante para la concesión de una oreja que cortaron en el desolladero.

Poco pudo hacer ante el escurridizo y revoltoso segundo de su lote, despachándole con brevedad, mientras que en el que cerró su actuación, por la zurda se jacto en poner los tendidos de acuerdo en ovaciones cerradas. Falló con los aceros, dando una vuelta al ruedo.

“Finito de Córdoba” ha dejado mucho que desear en lo que ha sido una actuación de marcados contrastes. Tanto en su primero como segundo de lote que cupo en suerte, se le vio famélico, inhibido totalmente de ambición de triunfo y deseos de agradar a los presentes, así fuere con material a contraestilo como le hizo ver, razón para que al final el público le abroncara tras un aviso ante el segundo, y le silenciara en el cuarto.

Detalles de torería con el capote, y luego en dos tandas por la mano diestra, fueron destellos escasos para lo que se esperaba de un torero con un concepto depurado, pero en franco declive anímico y artístico. Entre división de opiniones de los presentes se retiraría de la plaza.

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