domingo, 27 de febrero de 2011

PRIMERA DE ABONO – FERIA DE INVIERNO EN VISTALEGRE: "El Juli, rayo que no cesa, y Talavante, estelar y amexicanado"

A hombros los dos, y con ellos Manzanares, en la primera de la Feria de Invierno en Carabanchel. *** Noble corrida de Garcigrande. Magisterio de El Juli, ambición de Talavante. 
El Juli ha comenzado “caliente” la temporada dejando en la retina lo más meritorio de la primera gran cita taurina de la temporada como lo viene ser la Feria de Vistalegre. Foto: EFE
BARQUERITO

DE VUELTA del invierno americano –de cuajar a gusto propio y de todos en la Plaza México dos toros cada uno-, aparecieron por Carabanchel bien rodados, puestos y más que a punto El Juli y Talavante. Cinco meses después del percance de Utrera que le ha tenido en el dique seco todo ese tiempo, volvió a escena Manzanares también. La primera cita estelar del curso. Un capacho de orejas, seis, de distinto calibre: generosas las dos cobradas por Manzanares por sendas estocadas mortíferas; plebiscitadas las dos que Talavante, arrancado pero no en arrebato, y en faena aparatosa y muy de público, se llevó del tercero, que fue el toro de carril de la corrida. Pera en dulce, solía decirse.

E indiscutibles las dos que –una de cada toro- vinieron a subrayar la categoría de dos trabajos sabios, notables, de El Juli. No fue del todo feliz el remate con la espada en ningún caso: tendidas las dos estocadas. Dos rumboso trabajos de capa y muleta. Con un primer toro que, domados a modo sus primeros cabeceos y ajustada de modo idéntico su rebrincada embestida, se acabó dando casi sumisamente; y con un cuarto claudicante de partida, gobernado enseguida, toreado –tomado, templado y soltado- sin atajos, a pulso y no sólo rotundamente, como viene siendo norma en El Juli cuando se desata, sino con ortodoxa finura: ajuste, por tanto, ligazón, limpieza, firmeza. Palpitante expresión.

Dos faenas distintas –más picante la embestida del cuarto, más dulce la del primero, acarameladas en ambos casos-  pero de rico gobierno las dos. En un solo terreno una y otra. En el fondo impredecibles; medidas casi al segundo y al milímetro. En las dos se dejaron sentir las variaciones del toreo de repertorio, traídas a cuento como y cuando convino. En la faena del cuarto, toreo por delante en tablas para abrir y, antes del cuarto pase ya estaba El Juli en los medios; y, luego, dos tandas en redondo, de tirar del toro con la diestra como dándole cuerda y forzándolo. Porque al toro, de cierta gasolina, le faltaba celo. Cuatro largos naturales de una primera tanda en la que hubo hasta siete –tres más después de un reniego del toro que fue como un estímulo. El de pecho, en remate a pies juntos, fue bellísimo: por el dibujo, el encaje y por ser la única solución.

Y ahí reventó una faena seguida con distancia antes. A toro remolón, un estallido de Julián, encajado entre pitones tras dos desafiantes cambios de mano por delante resueltos con toreo por abajo y acople insuperable. Y abrochados con una trinchera sublime. Rendido el toro en las rayas cuando se fue El Juli a cambiar de espada sin volver la vista atrás. El saludo de capa, en ese cuarto de corrida, trajo consigo los mejores lances de la tarde: tres verónicas en el recibo de perfecto compás, media talaverana con la vueltas del capote, la talaverana entera y media a pies juntos antológica.

Del capote de El Juli hubo muestras en el toro que rompió: las verónicas de parada y fijar y, luego, un quite mixto donde, por su orden, se casaron la chicuelina, la tafallera, la verónica, la tijerilla y la larga por delante. Extraordinario el quite. No sólo por florido. Un arranque de faena con trenzas de muletazos cambiados por la espalda y un trasteo más despacioso que solemne. Primer toro de corrida, fría la gente, calentaba la caldera El Juli, que es el mismo del pasado octubre: un torero en tromba.

Sin el bombazo de Talavante –las dos orejas del muy noble tercero de Garcigrande- a la corrida le podría haber faltado la pólvora de la rivalidad: el triunfo, tan de público pero no sólo de público, de Talavante fue para El Juli como la liebre que despierta su ambición tan exigente. Talavante puso boca abajo la plaza con un recurso muy del toreo mexicano: una tanda de tres regiomontanas ligadas con otros tantos pases en la suerte natural, y el postre de dos recortes, fue la mecha que prendió la faena. La regiomontana, del repertorio del maestro de Monterrey Eloy Cavazos –el pase cambiado y contrario, casi de frente, la muleta cruzada y como escondida porque asoma por detrás del punto de embroque- es aparatosa y, algo olvidada en España, tuvo efecto volcánico. Muy montada la espada de ayuda en la muleta de Talavante: para romper la línea de trapecio del engaño y convertirlo en un rectángulo. Pero estaba el torero entregado: vertical, abombado el pecho, metido el mentón, una ligera contorsión de pecho al enganchar, tocar y soltar toro. Dos tandas rehiladas, sin soltar toro, pero de gran limpieza. Una muy de verdad con la izquierda. Un descarado final entre pitones, gestos de gran electricidad. Y una estocada.

De mucho menor peso todo lo demás. Una afiladita corrida de juampedros de los dos hierros de los Hernández Escolar que no cortaba ni la digestión ni la respiración; la intermitente pero reiterativa presencia de Manzanares; y un novillote inocuo, último de la tarde, que no dejó a Talavante rematar triunfo. Lo amargo fue esta vez el postre.

FICHA DEL FESTEJO
Cinco toros  de Garcigrande (Justo Hernández) y de uno de Domingo Hernández (Concha Escolar), que hizo segundo y completaba corrida con el segundo hierro de la casa. Corrida terciada y de variada condición: de carril el tercero. Picante el segundo; manejables los demás. Nobles los seis.
El Juli, de púrpura y oro, una oreja en cada toro. José Mari Manzanares, de nazareno y  oro, oreja tras aviso en cada toro. Alejandro Talavante, de palo de rosa y plata, dos orejas y silencio.
Sábado, 26 de Febrero 2011. Palacio Vistalegre. Barrio de Carabanchel (Madrid). Plaza cubierta. 1ª de la Feria de Invierno. Media entrada. Ambiente climatizado, tarde primaveral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario