martes, 15 de febrero de 2011

DECIMOSEXTA CORRIDA DE LA TEMPORADA 2010-2011: Talavante es el natural

Talavante, finalmente en su tercer paseíllo por la Plaza México en la presente temporada, salio en hombros, tras cortar una oreja a cada toro que pasaportó. Foto: EFE
Horacio Soto Castro

Se podría decir que Alejandro Talavante es el natural por la forma como interpretó ayer el pase con la izquierda en la Plaza México, pero es más conveniente decir que ofreció un concierto de ese muletazo que solamente los privilegiados lo ejecutan como lo hizo el diestro de Badajoz, o los matadores que se cotizan con cheques en que se asientan cantidades de varios ceros y por eso se dice que lo consiguen con la mano de cobrar.

Alejandro ya había lidiado cinco toros en dos tardes en la Plaza México y había perdido los trofeos y hasta los máximos, por fallar con la espada. Ayer anduvo fino con los aceros y mató a sus enemigos de sendas estocadas, con previo pinchazo en su primero porque de lo contrario el premio hubiera sido más generoso.

De todas formas cortó una oreja a cada uno de sus toros y el cabalístico 13 ni siquiera se asomó en la actuación del extremeño y fue paseado a hombros hasta afuera de la plaza, pues el público se le entregó en forma avasalladora y no se cansaron de lanzar los gritos de torero... torero....!!!

Ya les habíamos mencionado que Badajoz nos había enviado dos artistas y uno era Talavante que no se hizo del rogar para brindar sus cualidades, pletóricas de arte y temple e hizo que los asistentes que hicieron una muy buena entrada, le respondieran con sonoras ovaciones que se convirtieron en un coro gigantesco, puestos de pie.

Cierto que al extremeño le correspondieron los dos toros que se desempeñaron mejor, sobre todo el primero, pero en el segundo los méritos fueron mayores porque no era el toro fácil pues terminó con la cabeza arriba y sólo con su sapiencia y recursos logró esa pieza torera. A Talavante le volvió a funcionar el magín y estuvo variado y con inventiva, buscando las emociones fuertes para el público

Se enfrentó a Ojos Zarcos y de entrada, luego del tercio de varas en el centro del ruedo, le hizo una combinación de saltilleras y gaoneras que le resultó de lujo, terminando con una vistosa revolera.

Ya con la franela inició su labor por alto y ayudados con el de pecho y se cambió la muleta a la zurda para torear al natural en redondo y pasarse el toro por la espalda. Volvió a los ayudados con templanza y aterciopelados con desplantes y al canto los gritos de torero.... torero... y terminó con manoletinas y más naturales. Señaló un pinchazo y estocada para que se le otorgara una oreja y vuelta entre aclamaciones.

Vino Orujo, que es el nombre del aguardiente en España como un digestivo. Que al probarlo como que te raspa, pero en cuanto lo catas ya se disuelve esa sensación y quieres más. Así fue su faena, de menos a más con ribetes por demás agradables. Lo consintió y lo fue metiendo al engaño y lo torero por ayudados y pases de trinchera.

Nuevamente se pasó la muleta a la zurda y a pesar de que llevaba la cabeza arriba le recetó una tanda de cinco naturales de mucha esencia. Cambios de mano que fueron unas pinceladas y se dio a torear por naturales en redondo y deletreados que le corearon con fuerza. Se perfiló a matar y cobró soberbia estocada para que se le otorgara la segunda oreja. Gran ovación a Talavante en el centro del ruedo.

LA CORRIDA

El encierro de La Estancia que se jugó ayer estuvo muy bien presentado, con edad y kilos, que en general se dejaron torear, pero sin matarse en los caballos. El encierro fue disparejo en el juego que dio ante una buena entrada en la Plaza México, que es la secuela que han dejado las otras corridas triunfales.

Rafael Ortega hizo su reaparición en la Plaza México con poca fortuna, pues su primer toro tuvo poca fuerza y el viento sopló con fuerza. Se hizo aplaudir a la hora de bregar y en chicuelinas y revolera, pero su mejor momento fue en el tercio de banderillas, que en un principio dijo que no iba a cubrir y los aplausos fuertes fueron al clavar el del violín. El toro tuvo poca fuerza y mucho peso y su desempeño fue muy pobre. Ortega le sacó el mayor provecho toreando con ayudados largos y templados. Estocada contraria y se retiró en silencio y pitos al toro. Con su segundo también se lució en banderillas y nada pudo hacer ante Merlín, que rodó de constante en la arena por el mucho peso que arrastraba y abrevió el diestro para estocada. Pitos al toro

El michoacano Juan Chávez tampoco tuvo suerte en el sorteo y le tocaron toros con poco lucimiento y descastados. Tuvo algún buen momento, pero nada especial. Su primero terminaba con la cabeza arriba y el segundo muy aplomado.

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