BORJA ILIAN
Finalizó la temporada de novilladas en Ciudad de
México con la última corrida del ciclo Soñadores de Gloria 2019. El triunfador
de la "temporada chica", Miguel Aguilar, se retiró entre aplausos a
pesar de no cortar apéndice alguno. Tampoco lo hicieron Alfredo Gutiérrez ni
Juan Pedro Llaguno.
Las reses del hierro de Barralva fueron las peores
de las 12 corridas celebradas en la Plaza México por su falta de casta, fuerzas
y hechuras. Unas mil personas acudieron al coso en la noche del viernes.
Miguel Aguilar se despidió como triunfador rotundo
de las 12 novilladas dadas por la Plaza México en este 2019. Fueron cuatro
comparecencias del novillero de Aguascalientes en las que cinco orejas le han
dado el triunfo final. Ayer, Aguilar sacó su versión más seria, la que hace
pensar en un torero de futuro. En su primera tarde brilló por su valor y sitio
frente a los toros, en la segunda y tercera mostró un toreo más ventajista,
pero ayer, en su último novillo, un manso con mucho peligro, Aguilar lo hizo
todo con el corazón de la muleta.
Por el pitón izquierdo y por el derecho Aguilar
lidió al de Barralva, que no solo salía suelto sino que a media embestida
buscaba el cuerpo del novillero, que se mantuvo muy cruzado y quieto hasta que
logró meterlo en la muleta. Luego mató de una estocada en la que se volcó con
decisión.
A su primer novillo de la tarde no había ni
posibilidad de meterle en la tela, un manso rozando la invalidez. Seria
despedida de Aguilar sin necesidad de triunfalismos.
El resto de la novillada transcurrió por los
mismos derroteros de mansedumbre. El único de la noche que podía dar juego fue
el primero. Tocó en suerte a Alfredo Gutiérrez. Un novillo serio que no daba
facilidades pero sí embestía con transmisión y cierta fijeza acompañada de
furia, demandando mucho sitio y aguante al de luces. Gutiérrez no arriesgó ante
el peligro del cuadrúpedo y lo pasaportó rápidamente.
El resto de la corrida de Barralva careció de
casta alguna. Además varios de los novillos, aunque de testa grande, mostraban
unas hechuras incompletas que luego evidenciaban la falta de empuje y fuerzas
para estar en pie toda la duración de la lidia. De hecho fue la primera
novillada en la que los animales recibieron una sola puya en el tercio de varas
salvo el último de la corrida, que recibió tres mal dadas, único detalle que
reprochar a Miguel Aguilar en la noche.
En la compleja corrida para los jóvenes espadas,
al enfrentar mansos de semejante calibre, destacó Juan Pedro Llaguno. Además de
adornos con el capote, Llaguno no había demostrado nada de importancia en sus
tres primeros novillos de la feria. Más bien solo plasmaba feas tendencias de
los novilleros mexicanos de último cuño, como son las voces con las que
acompañan y justifican pases muy despegados sin cruzarse y ofreciendo el pico
de la muleta.
Pero en su segundo novillo de la noche Llaguno
dejó de dar gritos de capea y toreó muy recto y cruzado, todo al natural por el
pitón izquierdo, logrando las mejores tandas de la noche ante un descastado
ejemplar. Aunque a veces perdió la distancia, dejó la sensación de poder aún
contar para el futuro. Falló con la espada y dejó ir un premio merecido.
Acabó Soñadores de Gloria 2019, un expositor de
jóvenes promesas en el que destacaron el triunfo rotundo de Miguel Aguilar, la
decisión y la verdad de Christian Iván, la oportunidad perdida por Diego San
Román y la bravura del hierro de Fernando Lomelí. Entre, y por, el pobre nivel
general de los novilleros destacó la labor de las cuadrillas.
Una lástima que ayer se despidiese el buen
banderillero Christian Sánchez con un par de banderillas errático, que arregló
de forma heterodoxa y al que pudo la vanidad cuando saludó a los tendidos. Es
aun así Sánchez unos de los destacados en las novilladas del 2019. / EFE
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