BORJA ILIÁN
Fotos: EFE - www.plazamexico.com
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Ni el español Miguel Ángel Perera ni los mexicanos
Arturo Saldívar y Gerardo Adame lograron este domingo triunfo alguno en la
tercera corrida de la Temporada Grande 2019-20 de la Plaza México de la capital
mexicana. Los toros de la ganadería de La Estancia fueron mansos y parados,
salvo el segundo y quinto de la tarde. Destacó el de nombre “Tequila”, que tocó
en suerte a Saldívar, por la casta al tomar la muleta. Algo menos de 10.000
personas acudieron al festejo, en un fin de semana de puente en la Ciudad de
México.
Otra vez ausencia general de bravura en la Plaza
México. Además los astados estaban pasados de peso y tenían dificultades para
desplazarse. Las excepciones fueron el noble segundo y el encastado quinto. Ambos
tocaron en el sorteo a Saldívar. El torero desperdició una oportunidad franca
de triunfo al no ser capaz de matar de manera eficaz, recibiendo un aviso al
final de las dos faenas.
Con su primero, que daba todas la facilidades al
embestir, tanto de lejos como de cerca, de una manera bondadosa, realizó con el
capote y con la muleta labores incompletas. No logró sacar el juego que ofrecía
el de La Estancia. Un quite por 'chicuelinas' mal rematadas, con el interludio
de un buen par de banderillas, precedió una faena de muleta en la que Saldívar
empezó citando de lejos. El toro acudió con alegría, entrando sin
contemplaciones, ni complicaciones, a la muleta. El matador realizó tandas de
tres pases y remate de pecho que si no fueron de cinco se debió a su mala
colocación. A pesar de la idoneidad que ofrecía la res para tandas largas,
Saldívar completó la segunda parte de la faena con arrimones y pases sueltos,
incluidos circulares. En esta suerte fue prendido. La falta de bravura del
animal evitó un percance grave al caer el mexicano bajo sus pitones. Finalizó
con 'bernardinas' que encandilaron al público. Falló el de luces con el
estoque. Tras varios descabellos cayó el toro. Recibió el animal un arrastre
lento injustificado, pues al caballo tan solo cobró un pinchazo, no una vara.
Lo mejor de la tarde vino con el quinto, “Tequila”.
De nuevo Saldívar enfrentó un toro para el triunfo. Si el anterior lo era por
una fácil embestida, éste lo era por la casta con la que se empleaba. Recibió “Tequila”
una vara firme, se tomó su tiempo el picador para aplicarla. Saldívar inició
con precauciones la faena de muleta. Al no cruzarse debidamente la casta del
toro le complicaba repetir los pases. Tomó entonces el torero los trastos por
la mano izquierda. Las dos buenas tandas de naturales ceñidos se las encontró
tras desconfiar del bravo animal que seguía con profundidad y codicia la tela,
pero sin mostrar dudas en su embestida limpia y encastada. Saldívar tuvo la
virtud de llevarle hondo, con la muleta caída, y lucirle en cuatro ocasiones.
Acabó con el estoque colgado de las tablas mientras realizaba naturales con las
dos manos. Una pena no los hiciera en series de frente. Erró de nuevo con el
acero y tuvo que conformarse con saludar al tercio.
La ocasión perdida de Saldívar lo es más cuando se
comparan sus dos toros con el resto de los lidiados la tarde de este domingo.
Perera y Adame nada pudieron hacer con los otros cuatro. A duras penas los
toros se mantenían sobre sus cortas patas con las que debían sostener muchos
kilos a lo ancho. La mansedumbre hacía el resto. Lo mejor fue que Perera ni
extendió las faenas ni pidió uno de regalo.
Tercera corrida y cuarta ganadería anunciada en la
Temporada Grande. La Estancia deja una declaración de intenciones similar a los
anteriores hierros sobre lo que entienden por un toro de bandera. Por ahora el
mensaje es que la bondad es el camino, no la bravura. Hoy afortunadamente se
coló algo de casta. / EFE
Miguel Ángel Perera |
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