BORJA ILIÁN
Ernesto Javier "Calita" tomó la
alternativa en 2009. Hasta 2018 no volvió a su plaza, la Plaza México, ni contó
para las ferias importantes de este país. Poco a poco el rumor de su toreo
cruzado y con mando llegó hasta los empresarios de las ferias relevantes. Ya es
uno de los 10 primeros del escalafón. Este domingo, en la Ciudad de México, se
juega el asalto a ser figura mexicana del toreo en un cartel junto a Morante de
la Puebla y Joselito Adame.
- Ahora que
cuenta para todas las ferias importantes de México, la gente del mundo del
toro, dice, "sabíamos que iba a pasar".
- A pesar de no estar en las plazas importantes había
dado varios golpes importantes en Pachuca, Autlán, la Petatera. Sí existía ese
rumor porque gente importante del toro me vio en esas plazas. Pero al final de
cuentas siempre la Plaza México pesa mucho y la temporada pasada fue la prueba
del fuego y la aprobé bien.
- Si toda
esa gente ya lo sabía, ¿por qué durante casi una década no contaban con usted?
- Es la gran pregunta. Hablaban de lo mucho que
les gustaba mi toreo, pero a la hora de confeccionar carteles e incluso
tentaderos, no contaban conmigo. Esto era problemático para mí, yo me
preguntaba por qué.
- ¿Cómo han
sido estos diez años de ostracismo?
- A pesar de todo se me han pasado rapidísimo, a
pesar de la dureza de torear tan poquito, cada año pasaba algo que me ayudaba a
seguir. No es fácil aguantar sin torear, sin tener dinero, aguantar los
desplantes, los desprecios.
- ¿Cómo
logró sobrevivir?
- Mi padre fue torero y él apostó por mí, hasta el
punto de hacer empresa para que yo pudiera torear. Sin aceptar intercambios que
me hubiese hecho torear más. Y no era fácil cuando no tienes ni dinero para ir
al cine.
- Todos
esos años en plazas de segunda y tercera, ¿qué aportaron a su toreo?
- Fíjate, mi padre siempre que organizaba una
corrida me echaba ganaderías duras, de las que no quieren ni ver aquí en
México. Muchas veces yo me preguntaba por qué tanta dureza pero eso me ha ido
curtiendo y dando oficio.
- ¿Qué
disfruta más, meter en la muleta a un toro bravo y difícil o realizar pases y
pases a uno dócil?
- Ambas, hay momentos para todo. Platiqué con mi
apoderado, no me quiero cerrar a las ganaderías que me han apoyado. Muchos
cuando las cosas van mejor se olvidan de este tipo de ganado, pero yo no quiero
porque las grandes figuras eran capaces de torear diversos encastes.
- Este domingo
torea en Plaza México con Morante y Joselito Adame. ¿Hasta dónde llega su
ambición?
- Quién lo iba a decir, Morante siempre ha sido
uno de mis iconos. Pero luego pienso en frío que el maestro saldrá a hacer lo
suyo y yo debo salir hacer lo mío. Tengo que ir día a día. Por supuesto pienso
en volver a España donde no toreo desde el 2011.
- Es de los
pocos los toreros en México que no aprovechan el viaje del toro, ¿va a cambiar
eso?
- Las figuras han marcado un camino y esa es la
tauromaquia que hay que seguir, todas son válidas.
- ¿Pero va
a cambiar su concepto de tauromaquia?
- No, lo que quiero es mejorar. Me miro en
Manzanares padre, en cómo reducía los toros.
- ¿Su día a
día con tantos contratos cómo ha cambiado?
- A más intensidad, el poder superar esa presión
te hace la preparación más intensa. Me he puesto en manos de un psicólogo, así
que más ansiedad.
- ¿Por qué
hace tantas décadas que un torero mexicano no rompe en España?
- Es una de las preguntas que nos hacemos. Toreros
buenos los hay. Algo pasará, no sé si es falta de ambición. El hombre vive de
sueños y mi sueño es estar en las ferias de España.
- Si este
domingo las cosas no van bien, ¿va a poder seguir manteniendo la constancia?
Soy consciente que no tener un triunfo este
domingo lo puede poner difícil, pero ni lo contemplo. Seguiría trabajando. / EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario