domingo, 29 de diciembre de 2013

LVI FERIA DE CALI – SEGUNDA CORRIDA: Bolívar desata pasiones

Tras un gran último tercio del caleño con  el quinto se formó la bronca por la no  concedida segunda oreja. Fandiño  recibió una del tercero y Ferrera con  más espectáculo que contenido saludó  una ovación.

JORGE ARTURO DÍAZ REYES

Los juanbernardos salieron bonitos de  lámina, dignamente armados pero  dispares de romana y juego. Negros,  menos un jabonero malogrado y un  castaño, fueron desde la bronca  insolencia hasta la clasuda nobleza.  Pero en general justos de fondo y fuerza  pese a que se les picó poco, una vara  fue la norma (picotazo apenas para  unos), blandearon, acabaron quedados,  apagados, incluso los mejores, los  nobles tercero bis y quinto cuyos  arrastres fueron aplaudidos.

El cenit de la corrida se alcanzó cuando  Luís Bolívar quien había tramitado en  silencio las asperezas del segundo y  acababa de cursar con el quinto un  trompicado primer tercio, con desarme y  olivo incluidos, se fue a los medios  brindó al paisanaje, atornilló los talones y  bordó tres tandas en redondo, de trapo  adelantado, temple rimado, ligazón fluida  y ajustado broche. Sin duda lo mejor de  lo que va de temporada. El público y los  músicos reaccionaron con fuerza y la  fiesta remontó. Pese a que la mano  natural no halló la misma tersura el  alboroto creció y creció, pasando por las  manoletinas de rigor, el estocadón de  trofeo, y el agradecido arrastre, hasta  tomar visos de motín cuando la  presidencia, quizá recordando lo de la  capa, se mantuvo en sus trece, o mejor  en su una. Qué bronca.

La rápida concesión de otra del tercero  bis (turno corrido, era el 6º) a Iván  Fandiño, por una faena meritoria, mejor  tejida de capote, aunque menos brillante  con la muleta y la espada, fue de pronto  una referencia conflictiva y detonante.  Pero el frio final en esta no pudo  atribuirse a la lidia sino al toro. El  vizcaíno de todas formas estuvo por  encima de él.

Con el reserva, que hizo sexto, un tío de  púas enhiestas y altas agujas, Iván  mostro respeto poniendo tierra de por  medio en los embroques, pero una vez  comprobada la fijeza entró en  jurisdicción de cacho ligando hasta siete  naturales. Ahí fue cuando el pavo se  paró, carialto, la caldera se enfrió y la  estocada pasada y el descabello certero  se silenciaron.

Antonio Ferrera, dió con un lote de  distinta dificultad, además ambos  lesionados durante la brega. El primero  de violenta rudeza y el cuarto blando y  mansurrón. No se complicó el balear, les  montó par faenas de más empaque que  contenido, de más efecto que verdad,  de más retórica que sustancia, en las  cuales los tercios de banderillas fueron  el centro. Le hicieron saludar y eso fue  todo.

La tarde soleada, la entrada buena, el  ánimo fiestero, el cartel importante. Si la  fiesta no redondeó la razón habría que  buscarla más en las falencias del  encierro, fuerza, fondo y nobleza que en  cualquier otra cosa. No nos digamos  mentiras. 

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. 3ª de feria. Sol.
Dos tercios de plaza. Siete toros de Juan Bernardo Caicedo (en Domecq) el 3º se inutilizo, se corrió turno y se lidió  un reserva como 6º, bien armados,  dispares de romana y juego, justos de  fuerza y fondo, aplaudidos 3o y 5º,  nobles.
Antonio Ferrera, silencio y saludo.
Luis Bolívar, silencio y oreja con petición  de otra y bronca al palco.
Iván Fandiño, oreja y silencio.
Incidencias: Saludaron "Jeringa" tras  parear al 2º, Ricardo Santana tras  parear al 5º y "Chiricuto" tras parear al 6º.

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