Perera hipnotizó a
sus toros y al público, se llevó tres orejas, la Puerta Señor de los Cristales
y quizá los trofeos de la feria. Luís Miguel Castrillón tomó alternativa muy
digna cortando oreja. Fandiño en mala tarde y con mal lote resultó volteado.
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
Los pequeños
caucanos de Ernesto González Caicedo, ayunos de bravura y raza, justos de
trapío y fuerza, y sobrados de una nobleza supina y sosa, confundieron a la
fiestera plaza que aplaudió al 2º, le dio la vuelta al 4o, (para el que hasta
pidieron indulto), pero que sin embargo, pitó el 5o, que cogió a Fandiño y
silenció piadosamente los demás. Sólo el sexto mostró cuajo, pero de juego no
fue menos insulso. Filiberto Mira dijo: Los Miuras, los más temibles. Los
Murubes, los de más clase. Los Pablorromeros, los más bellos, y los
Santacolomas los más bravos. Hoy en Cali estos lo desmintieron.
Toro, no
toro, propicio para el toreo, no toreo, que cautiva los públicos modernos. La
coreografía retórica, sosegada y lánguida del torero inmóvil, que juega con el animal haciéndolo ambular
tras el trapo, trazando recorridos surrealistas al capricho de su imaginación.
También se requiere arte para ello, no lo niego. Un currista lo definía así:
“Lo que hace Curro con el toro, ninguno lo hace sin el toro”. Es una estética por supuesto, es otra
estética seguro, pero las emociones incruentas que suscita nada tienen que ver
con la épica que ha sido la sustancia de la bronca fiesta, y denuncian su
anacronía épica y gloriosa. Qué le vamos
a hacer.
La tarde
llegó al paroxismo cuando Miguel Ángel Perera, hecho un poste, con el brazo
desmayado y media muleta por el suelo, puso a orbitar alrededor de su cintura a
“Calentao”, el cuarto, que como hipnotizado la seguía pa´llá y pa´cá, por un
pitón y por el otro, en redondo, en círculo, en arabescos, aceptando el dominio
absoluto, la sincronía total, regalando su obediencia plena. Parecía mentira, y
el toro caminaba y caminaba, y el coro se desgañitaba y la banda resoplaba. Era
una danza, era un manicomio.
El torero,
uno de los apóstoles actuales de la quietud (el parar) más que una virtud, un
canon de la tauromaquia, se regustó y dio rienda suelta a su creatividad. Bella
la faena, una de las más en años aquí, plástica, lírica si se quiere, pero…
Ante la esquizoide petición de indulto para el manso noblote que se dejaba, se
rajaba y no había sido picado, se deshizo la igualada solo para comprobar su
renuncia a los medios. Entonces el pinchazo y la estocada cimera cobraron las
dos orejas, que sumadas a la del segundo, recibida por un discurso similar,
aunque a toro más soso, refrendaron el triunfo total.
El paisa
Castrillón, ex alumno de la escuela de Cali, apuesto en su traje hueso y oro,
recibió la borla, y aunque correcto sin glosa, matando con media delantera
saludó una ovación. Pero su momento llegó con el sexto, el más toro, situado y
templado en las verónicas y en las personalísimas chicuelinas. Se superó
plantado, relajándose y echando la cintura al viaje del caminante, en derechas
y naturales. Ligazón y compostura que hicieron olvidar lo poco y nada que venía
placeado, el cuajo del rival y su
inferioridad en el cartel. El tendido congraciado con él desde el paseíllo,
ahora veía justificada su simpatía y se entregó del todo. Mata como valiente,
tirándose sobre la cuna del toro que lo esperó
y la oreja fue una de las más justas en la feria.
Fandiño,
tuvo un lote adverso, un aburrido noblote y un manso muy bronco que lo cogió
feo. En ambos fue silenciado y en el último escuchó un aviso cuando maltrecho
pinchó tres veces saliéndose, puso un bajo metisaca con boquete, y tiró un
fierrazo de recurso, antes de ir a la enfermería.
Pese a ese
tenso momento, que recordó la presencia del peligro, la tarde tuvo visos de
aquella estética pura y abstracta que
tiene el toreo de salón, el toreo de teatro, el toreo sin toro.
FICHA DEL
FESTEJO
Lunes 30 de
diciembre 2013. Plaza de Cañaveralejo. 6a de feria. Sol. Dos tercios de plaza.
Seis toros Ernesto González Caicedo (en
Santacoloma), justos de trapío, raza, y fuerza, noblotes y sosos. Aplaudido el
2º, vuelta al ruedo al 4º "Calentao" # 61 de 484 kilos, pitado el 5º,
el resto silenciados.
Miguel Ángel Perera, oreja y dos orejas.
Iván Fandiño,
silencio y silencio tras aviso.
Luis Miguel Castrillón, saludo y oreja.
Incidencias: El toro de la alternativa fue "Cantador"
cárdeno, cornivuelto, # 99 de 456 kilos. Saludaron "Granerito" y Carlos Martínez tras parear al 4o y "Chiricuto" y "El Popis" tras parear al 5º.
Al finalizar la corrida Miguel Ángel
Perera salió a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.
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