El torero tovareño Currito Ramírez desde España habla claro y directo.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: RDV
«Sigo en la lucha, aquí en Madrid, desde que llegue siempre
he sido un luchador, nadie puede decirme que me han regalado algo, porque todo
lo que he obtenido, triunfos y lo hecho hasta los momentos me ha costado
muchísimo. Sé que desde que empecé en esto iba ser muy duro, tengo una afición
muy grande, no me la quita por demás el no estar anunciado en las principales
ferias venezolanas aun cuando siempre es un anhelo…» Es el eco de un torero
merideño el cual no se le ha ofrecido el sitial que merece y se ganado con
todas de la ley en el ruedo y fuera de él. Se trata del diestro tovareño Curro
Ramírez, quien tuvimos ocasión de compartir varios momentos en la estadía que
recientemente disfrutamos a comienzos del pasado mes de octubre en Madrid.
Múltiples son las vicisitudes por las cuales Currito hace un
claro llamado de atención. Es el reflejo e intríngulis de una fiesta brava que
conociéndola a fondo demuestra injusticias que son espejo de una fiesta brava
venezolana con graves problemas de concepto. «De verdad no sé qué es lo que
pasa con las principales empresas taurinas venezolanas, al parecer siguen repitiendo
los mismos carteles y no se entiende porque no abren el abanico de opciones en
cuanto a toreros nacionales. Voy a cumplir cinco años como matador de toros y
todavía, lamentable por demás, que no esté anunciado siendo tovareño, por lo
menos en la Feria del Sol. Siempre que he hablado con los regentes de dicho
coso –los Rodríguez Jáuregui en el pasado y ahora Ricardo Ramírez-, te dicen
que “si te quiero poner, pero tengo más compromisos; esto, que aquello” siempre
sacando un pretexto para no colocarte. Nunca les he exigido nada a dichos
empresarios, lo único es cierta garantía de triunfo, es decir con una ganadería
que me lo permita. Lo único que uno pide para poder disfrutar y hacer disfrutar
a la gente que lo espera a uno como torero», señala Joseph Ramírez Hernández,
nombre de pila bautismal del coleta en mención.
«No entiendo por ejemplo como en Tovar, en los últimos años
las empresas que han llevado dicha feria, con tres corridas de toros no colocan
a uno de los toreros del patio –de padres tovareños, esposa tovareña, hijo
tovareño-, cuando los aficionados han exigido mi presencia, es el caso de este
año, con los resultados del todo ya conocidos. A lo mejor me hace falta una
persona que esté metida en la política o yo que sé, para poder entrar en
carteles en mi país. Ahora mismo, en la mayoría de ocasiones en Venezuela, los
toreros torean por “recomendaciones” que por méritos propios», deja en claro.
Haciéndonos resumen de su arribo a España, poco más de tres
lustros, hace recuento: «Yo cuando llegue a España, lo hice con solo 250
bolívares (de los de antes) y 2 dólares que me había regalado mi padre. Gracias
a Dios la lucha es de todos los días, ahora mismo conduzco taxi propio en
Madrid, habiendo trabajado honradamente de todo: albañil, mesonero, recolector
de cartones y reciclador de chatarras, beneficiador de pollos, carnicero, y
vamos, que lo único que me ha faltado es montarme en un globo prácticamente.
Pero sigo con la ilusión intacta, y digo esto, pues parece que se tiene el
cliché o el delito de ser torero y trabajar. Señores acá ni allá me ha regalado
nada, y si no se trabaja como sé mantiene uno y su familia. Le dedico tiempo a
mi profesión, me considero un profesional del toreo a carta cabal, todos los
días entreno no mínimo de seis horas, estoy preparado para afrontar compromisos
de relevante peso en el ruedo, como lo demuestran el haber toreado 24 festejos
entre festivales y festi-capeas, que llaman aquí, a lo largo del año –otra cosa
es que no salgan reseñadas en las web y revistas taurinas-, yendo a los pueblos
aledaños a Madrid a torear, sintiéndome torero, aun cuando después de esto
venga la cruda realidad de tener que dejar los trastos y el traje campero por
el volante, las horas que haga falta para vivir con lo básico acá en España».
Sobre el momento que vive como torero y en especial el de
los demás diestros venezolanos que hacen la dura apuesta por estar en la Madre del Toreo. «La fiesta está pasando por
una etapa muy dura, y para los toreros humildes en este momentos es muy difícil.
Hay muchos enemigos dentro de la fiesta, más que por fuera de esta. Estamos
acabando los propios taurinos nuestra fiesta brava, cuando las figuras
consagradas van a Venezuela a matar becerradas como es lo que últimamente se ve
en la mayoría de las plazas, bajo el amparo de las comisiones taurinas
alcahuetas y complacientes. No se consigue ganado de lidia por las mismas
circunstancias económicas del país, y en especial, se debe de sanear conflictos
internos entre matadores y subalternos, cada uno yendo por su lado. Para que
algo funcione debe de haber unión, y esto es lo que menos hay entre los toreros
venezolanos».
NO SE OFRECE LAS MÍNIMAS CONDICIONES PARA TOREAR EN EL PAÍS
«Me llaman de Venezuela para torear corridas de un toro. Eso
es muy lamentable, pues regresar al país para cumplir estos compromisos es
denigrante. Primero los costos que implica en estos momentos el viaje; segundo,
el dinero que te ofrecen no alcanza ni siquiera para llegar al aeropuerto,
lamentablemente por lo del cambio de la divisa. A lo mejor te ofrecen matar una
corrida con cierta condición, pero en este caso casi pagándote todos tus
gastos, lo que es deprimente, pues habiéndote jugado la vida por estos pueblos
madrileños donde lo que echan es “leña”, que vaya a tu tierra pagando, prefiero
en este caso quedarme acá en España. Así de sencillo», dura realidad no del
todo conocida por la mayoría de quienes dicen defender el toreo.
Mientras tanto la vida sigue su curso para Currito Ramírez.
«Sigo entrenando pensando que esto cambiara. Tengo muchos contactos con
extraordinaria ganaderos en la zona cercanas y lejanas de la capital española;
buenos toreros con la que mantengo contacto permanente como es al caso del
maestro José Pedro Prados “El Fundi”, hago mucha faena de campo, sobre todo por
estos días de tienta casi diaria, esperando no esa oportunidad como algunos han
señalado “de lastima”, sino la ocasión de demostrar ante mi afición, mis
paisanos, todo lo que he aprendido en España. Creo que merezco un sitio en los
carteles de mi estado (Mérida y Tovar), hacer mi debut como matador de toros en
la Feria del Sol, por lo menos como reconocimiento al esfuerzo que se ha hecho
todos estos años, o por pesimistas, motivo para pegar un petardo y tener
justificación para retirarme. Pero es que ni una no lo otro lo ha habido,
consciente que he estado y estoy preparado para el compromiso que supone. Y de
ejemplos recientes esta por lo menos el caso de Manuel Escribano –testigo de mi
alternativa- este año en Sevilla, un torero tapado durante 9 años en su propia
tierra, y mira cómo sale a la palestra, sustituyendo a una figura, triunfando
ante una corrida de Miura».
Para finalizar, quiere agradecer a quienes desde un
principio han estado al lado de lo que es duro camino de un torero. «Primero a
mis padres, viejitos que han estado allí en los momentos duros, quienes han
mantenido la ilusión y la lucha; otro es Don Ricardo Mencía, el cual me ha
echado mucho la mano, sobre todo a nivel de faenas de campo, acompañándome a
los sitios y exigiendo al máximo en todo momento, apostando siempre por mí. Es
lo que tengo, ya lo demás me lo ido ganando a pulso tesón día a día».
En el mismo ruedo de Las Ventas, Curro Ramírez hace un claro llamado de atención tanto a las empresas taurinas venezolanas. |
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