En la novillada nocturna benéfica de este viernes en Tovar
Importante debut del mexicano Efrén Rosales este viernes en Tovar, cortando orejas de peso ante un utrero de Santa Fe. Foto: Aníbal García Soteldo
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RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
TOVAR (Enviado
Especial).- Por los altavoces internos de la plaza habían anunciado el
hecho de ser benéfico el festejo, y de allí que la presentación de los
ejemplares se encontrará ajustada a ello. Uno a uno, los novillos fueron un
rosario de emociones sin faltar nunca el elemento importante de la presencia,
incluso algunos con porte de utreros hechos y derechos.
José Antonio Salas abrió función, sin entender el porqué, al
ser su compañero de cartel, Ángel Miguel Guía más antiguo. Debió ser por la antigüedad
del hierro de Los Aranguez, cuyo novillo se dejó hacer fiesta por la zurda, por
donde logró los momentos de mayor lucidez. Pecaría de monótono su repertorio
por lasernistas, cuando pudo sacar mayor partido al soso ejemplar caroreño. La media
estocada tendida y desprendida, para dar una ovacionada vuelta al ruedo, con petición
de oreja.
Fácil, resolutivo y por momentos sin eco en el tendido, así
se mostró el veterano caraqueño Ángel Miguel Guía, quien pasó por ambos pitones
el pastueño y bobalicón recorrido del novillo que pechó, luciendo pulcro pero
ya quedo dicho, sin transmisión al tendido. El fallo con los aceros le privo de
premio, conformándose con la vuelta al ruedo.
Sorpresa mayúscula representó el debut el novillero mexicano
Efrén Rosales, espigado diestro, quien a “revienta calderas” dejo tarjeta de presentación
saludando por largas cambiadas de rodillas en el tercio. Tras medido castigo en
vara, la ceñidas gaoneras dejaron preparada lidia para en la muleta destaparse
Rosales en toreo despatarrado, templado, firme de pies, y sobre todo, con
conocimiento de terrenos, aprovechando por ambos pitones, en especial por estrujantes
tandas zurdas al noble ejemplar de Otto Rodríguez y familia, el cual fue factor
también para el triunfo que cinceló de espadazo en todo lo alto en la suerte del
volapié, para cortar unánimemente las dos orejas.
No se arredró en ánimos el merideño Carlos Sulbarán, para
quien vino a salir de toriles el utrero más complicado del lote. Por faroles de
rodillas recibió al ejemplar del ganadero Visconti, para luego en banderillas
lucirse en voluntarioso tercio. Con la muleta, recursos y tesón fueron las
premisas del espada emeritense en no dejarse desbordar tras los problemas que
planteó el utrero con sus aviesas intenciones al salir del muletazo. Una pena
que tal esfuerzo se esfumara con la espada, escuchando hasta dos avisos, tras
despenarlo en reiteradas ocasiones con el verduguillo.
La novillada tomaría declive de interés con los últimos dos
actos, pues tanto la lidia ligera de pies e inconexa del joven Alejandro
Barragán como la de Gabriel Vivas contaron con pocos visos de grandes hechos. Barragán
se justificaría en su afán atropellado de agradar, ofreciendo repertorio tremendista
tosco que no del todo justificaba las nobles embestidas del astado, y Vivas,
por lo aún verde que luce frente a los pitones, no escapándose de ser volteado
en par de ocasiones sin consecuencias que lamentar.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Coliseo El Llano de Tovar
Viernes 6 de septiembre. Novillada con picadores benéfica
Con poco más de 700 personas en los tendidos, en noche calurosa, se han
novillos de las ganaderías Los Aranguez
(1º), Campolargo (2º), Santa Fe (3º), La Punta (4º y 6º) y El Rocío
(5º), en su conjunto justos de presencia, el cual desarrollaron nobleza en distintos
grados, destacando el 3º, por su recorrido.
Pesos: 301, 247, 346, 340, 270, 236 kilos
José Antonio Salas (negro con bordados en blanco): vuelta al
ruedo.
Ángel Miguel Guía
(grana y oro): vuelta al ruedo.
Efrén Rosales (hueso y oro): dos orejas.
Carlos Sulbarán (purísima y oro con cabos y alamares negros):
saludos al tercio tras dos avisos.
Alejandro Barragán (purísima y oro): silencio.
Gabriel Vivas (naranja y azabache): silencio.
INCIDENCIAS: En la brega destacó Mauro David Pereira y
Alí Trejo. *** Banderillas cuya mayoría de las veces al clavar no quedaban en
los morrillos de las reses.
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