Faena cumbre malograda con la espada en Seboruco
No se baja del carro del triunfo Rafael Orellana, este domingo de nuevo en Seboruco. Foto: José León |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Ambientazo de feria y gran entrada de público la que se dio
cita este domingo, en la población tachirense de Seboruco, en el marco de la
primera corrida de sus ferias y fiestas, de la patrona de esta, como es Santa
Rosa de Lima.
El cartel y la climatología invitaba ver toros en la
pintoresca localidad, el cual se abarrotó de propios y extraños para ver en la Portátil
Plaza de Toros (o lo que queda de ella) La
Venezolana, el cual registró lleno de no hay billetes en la taquilla e
incluso quedando gente con intenciones de entrar a lo alrededores.
Encierro de la familia Molina
Colmenares, quienes presentaron reses con el hierro de Rancho Grande, el cual
han lucido dispar presencia, algunos con seña de toros hechos y otros propios
para una plaza de pueblo. Ello no quitaría importancia a lo hecho con ellos
ante los engaños, pues en su conjunto lucieron nobles y se dejaron, destacando
el que cerró plaza, al que incluso le pidieron indulto que acertadamente no procedió.
Antirreglamentariamente abrió plaza el novillero tachirense José Gómez “El Gato”, quien despachó con las propias condiciones del
escaso rodaje su ejemplar, destacando su voluntad y deseos. Fue silenciado.
Marcos Peña “El Pino”
destacaría en algunos pasajes por la mano diestra, con altibajos que calentaron
el ambiente, pero el fallo con los aceros dejo en vuelta al ruedo su labor como
premio. Por su parte Leonardo Rivera
ha dejado pinceladas de su buen concepto y temple, por la diestra en especial,
siendo ovacionado por los presentes el reiterado uso del acero al final en tímidas
palmas dejo como balance su actuación.
Gregorio Torres “Maravilla” ha sido igualmente
afortunado en saber aprovechar en todos los tercios al boyante ejemplar
ranchero, despatarrado, un poco acelerado, pero lleno de entrega y ambición de
triunfo. La espada poco acertada igualmente le dejo sin premio algunos, siendo
ovacionado.
Pero lo grande del festejo vino en las mano nuevamente del tovareño
Rafael Orellana, quien ha demostrado
los galones del rodaje y firmeza delante de los pitones, en labor maciza y
preñada de torería, en actuación inspirada que ha colocado unánimemente de
acuerdo a todos los que le vieron in situ. Anda en buen momento el espigado
torero de El Llano, pero lo que era un triunfo de apoteosis lo ha trucado por
el mal uso del acero y el verduguillo en una oreja, que sabe a poco, para las
birlerias que se jacto de dejar impresas Orellana.
Este próximo domingo nuevamente toros en esta población, en
mano a mano ya definido, como será el agarrón que sostendrá el propio matador Rafael Orellana con el diestro de la
tierra, el fornido coleta César Vanegas,
con ganado aún por definir, que seguro agotara las entradas por ver en el ruedo
a dos de los espadas venezolanos de mejor momento y sabio conocimiento de la
lidia en la actualidad.
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