jueves, 15 de diciembre de 2011

Murió «Lanudo», semental estrella de Los Ramírez

Ayer a la edad de catorce años, nueve de ellos como semental
«Lanudo» en los potreros de la Finca Monterrey, donde pastan los toros de Los Ramírez, al lado de quien velo por su cuido y preservación de bravura, el mayoral y picador, José Manuel Segundo. Foto: RDV
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

Considerado uno de los ejemplares bravos más importantes que ha llegado al campo venezolano, así se puede definir el paso de «Lanudo», del hierro de El Paraíso, propiedad del ganadero ibérico Jerónimo Pimentel, lidiado en febrero del 2002, en la Plaza de Toros Santamaría de Bogotá, de manos del coleta caleño Ramiro Cadenas, del cual por su bravura y nobleza se le concedió el honor del indulto.

Fue y ha sido este toro importantísimo para lo que hoy en día es la ganadería de reses bravas Los Ramírez, propiedad del joven empresario tovareño Ricardo Ramírez. La amistad de Ricardo con Don Jerónimo, quien en primeras instancias veló por dejar en suelo venezolano aparte de su hierro de San José de Bolívar sembrada sangre brava, como lo fue el invalorable asesoramiento que ofreció a la vacada de Los Ramírez para rescatarla de la que era su inminente extinción, hasta que de nuevo el recordado Don Cheo Ramírez y su hijo Ricardo se propusieron recuperar y empezar de “cero” esta larga apuesta que es la cría de toros de lidia, hizo que este toro llegase a los parajes del páramo de Mariño… Una pena que Don Cheo, en mayo de 2004 se nos fuera y dejara el legado a su hijo quien con buen tino ha llevado a buen puerto el reto puesto ante sí.

Y para ello «Lanudo» fue parte esencial del éxito logrado en estos años. Cinco de los hijos de «Lanudo» han sido indultados, a poco más de 30 toros le han cortado las orejas por partida doble, y al menos la docena de pupilos suyos se le ha dado la vuelta al ruedo, en todo su tiempo como semental estrella del hierro de la R coronada asentada en el paramo de Las Porqueras, en las cercanías a la población tachirense de La Grita.

Se muere un bravo toro –a causa de su vejez y reumatismo de extremidades que venia padeciendo desde hacía varias temporadas-, el cual hizo grande su leyenda en el ruedo, donde luchan por la gloria del indulto los toros bravos. Lo hizo con catorce años de pastoreo por los potreros en los que fue amo, dueño y señor de su corte de bravura que le distinguió.

«APASIONADO» INDULTADO POR FERRERA EN MARACAIBO MURIÓ

Otro toro de Jerónimo Pimentel, en este caso de su ganadería asentada en las montañas tachirenses de San José de Bolívar, con la que así mismo anuncia sus toros, de nombre «Apasionado» indultado en la pasada Feria de la Virgen de La Chiquinquirá en Maracaibo falleció, tras no superar el duro trauma que implicó su lidia.

Según dio a conocer el propio Antonio Ferrera, espada quien le toreó en ruedo de la monumental marabina, al periodista colombiano Guillermo Rodríguez en la pasada Feria de Quito, a la pregunta de su éxito en la capital zuliana con este toro, el espada señaló: "Fue una máquina de embestir con una emoción y un ritmo envidiables. Son de esos toros que uno sabe deben padrear".

El linaje de «Apasionado» era de envidiar. Hijo de «Jarrero» un toro muy Juan Pedro Domecq, quien a su vez había sido indultado en la Feria de San Sebastián en San Cristóbal en el 2001 por David Luguillano. La vaca se llamaba justamente, «Apasionada».

El propio Jerónimo Pimentel sobre el toro dejo en claro: "No lo pudimos salvar… Lamentablemente no pude estar en la corrida y la gente a quien encomendé la tarea de llevarlo al campo (en este caso su administrado Jackson Ochoa) a los dos días no encontraron los medios para evitar el deceso de ese gran toro pues las heridas que causa la vara en ocasiones son destrozos irreparables. Y para más lamento, no contaba con semen de él", expresó el ganadero en entrevista al programa Tendido 7 de la Cadena Caracol días atrás.

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