La
Plaza México registró una gran entrada en su reapertura
MARTÍN
BANDA
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La carga de emoción y expectación con la que se
vivió la tan esperada Corrida de Las Luces, en la reapertura de la Plaza
México, se apagó apenas dobló el tercero con un sólo triunfador, Juan Pablo
Sánchez, quien realizó lo más rescatable del festejo, en buena medida debido a
que la mayoría de los toros lidiados no terminó de romper.
En realidad fue una pena que el encomiable
esfuerzo de todos los que tomaron parte en ella, así como la empresa y las
autoridades capitalinas que dieron su anuencia para celebrarla, ya en semáforo
verde por la contingencia de la pandemia, se haya estrellado en una pared donde
los toros dejaron mucho qué desear.
Y es que solo el lidiado en tercer lugar,
"Acitrón", de la ganadería de Jaral de Peñas, salvó una noche que de
entrada pintaba para que además de emotiva y digna de recordar, tuviera varios
triunfadores y toros que destacar, por proceder éstos de seis distintos
hierros, pero salvo el que correspondió a Sánchez, los demás echaron impidieron
que el festejo tuviera mayor brillantez.
El torero de dinastía hidrocálido dejó ver sus
claras intenciones de triunfo al desprenderse del burladero y templar con
suaves lances la jubilosa embestida del imponente burraco, noble y de franco
recorrido, que permitió su lucimiento.
El torero de Aguascalientes se percató de que ahí
olía a triunfo y tras el brindis a Alfredo Gutiérrez se fue a los medios de la
arena para iniciar un espeluznante trasteo de hinojos, en el que se ligaron
hasta cuatro derechazos rubricados con el cambio de mano que prendió la emoción
en los tendidos.
Sonriente y animoso, Juan Pablo corrió la mano con
tersura en los trazos por pitón derecho, habiendo probado también que por el
izquierdo no tenía la misma calidad en la embestida. Así estructuró una faena
alegre y variada, del gusto de los casi 20 mil aficionados que hicieron una
gran entrada y que tras la estocada, entera y un pelín trasera, le premiaron
con la oreja, a la postre la única que se cortaría en la noche.
Abrió plaza Uriel Moreno "El Zapata",
con uno de Rancho Seco, noble pero que duró muy poco en el engaño, al que
acudía sin entrega y con la cara alta. Lo más rescatable fue el tercio de
banderillas donde, tras colocar de manera muy ajustada el primer Par
Monumental, se arrancó a dar la vuelta al ruedo. En el tercio final cumplió con
una labor aseada y variada.
Al segundo espada, Ernesto Javier
"Calita", le tocó en suerte un colorado rebarbo de La Joya con el que
estuvo muy lucido con el capote, echándole los vuelos del engaño por delante,
en un tercio que resultó terso, sobre todo en el soberbio remate de la media
verónica. El toro también tuvo el sello de la nobleza, pero pronto se apagó y
no hubo más que dar en el tramo final con la sarga, con la que Calita estuvo
empeñoso y se metió entre los pitones para ver si le sacaba más partido.
Ya con el triunfo momentáneo de Juan Pablo
Sánchez, el festejo cambió radicalmente con la aparición en la arena del
cuarto, de Los Encinos, que no fue materia para mantener el nivel del festejo,
por lo que Sergio Flores, que reaparecía de una grave cornada, abrevió no sin
antes sepultar la mejor estocada de la noche, por haberla ejecutado con una
gran limpieza que hizo doblar al toro de inmediato.
Luis David, con el quinto, de José María Arturo
Huerta, pasó también un trago amargo pues su toro fue pitado por el publico,
que reprobó su presencia. Y es que al lado del trapío del encaste Domecq, como
fueron el de La Joya y el de Jaral de Peñas, este toro desentonaba. La
silbatina que caía como cascada del tendido, acompañó al deseo de triunfo de
Adame, pero a esas alturas el público ya no quería saber nada del toro ni del
torero, que pasó de puntillas.
El cierra plaza provino de Pozo Hondo, para Leo
Valadez, quien quiso enderezar el barco y tras lucir de capa por caleserinas,
de salida, se abrió de nuevo la oportunidad de abrochar con triunfo la noche,
pero la faena decayó en el último tercio y todo quedó en el intento, que ni
siquiera con las banderillas consiguió levantar el entusiasmo.
Así terminó una noche diferente y emotiva por la
procesión religiosa de la Virgen del Rosario, y el recuerdo para todos aquellos
que se nos adelantaron en el paseíllo durante esta pandemia de la que, poco a
poco, la Fiesta Brava comienza a resurgir en la capital de país, donde pronto
habrá otros cinco festejos a lo largo de esta campaña, de la que se esperan
cosas importantes.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de distintas ganaderías en el
siguiente orden: Rancho Seco, La Joya,
José María Arturo Huerta, Jaral de Peñas, Los Encinos y La Joya, bien presentados en general,
salvo el 5º, que fue protestado, de juego variado, de los que destacó el de
Jaral de Peñas.
Pesos: 495, 537, 502, 495, 482 y 517 kilos.
Uriel
Moreno “El Zapata: (espuma de mar
y oro): Palmas.
Ernesto
Javier "Calita" (azul
azafata y oro): Palmas.
Juan
Pablo Sánchez (lila y oro):
Oreja.
Sergio
Flores (azul pavo y oro):
Silencio.
Luis
David (blanco y plata): Pitos
tras aviso.
Leo
Valadez (gris perla y oro):
Silencio tras aviso.
Incidencias: La procesión previa al paseíllo se hizo
con una imagen de la Virgen del Rosario. ***
El presbítero Alan Téllez Aguilar, Canciller Arquidiócesis Primada de México,
dirigió dos misterios del rosario, en honor de los fieles difuntos, la salud de
los enfermos y el personal médico-sanitario. *** También intervino la cantaora jienense Eva Morillas, que cantó
la Salve Rociera. *** Destacó en la
brega Fernando López, que lidió bien
al 5º.
Plaza México. Corrida de Las Luces. Tres
cuartos de entrada del aforo permitido (unas 19 mil personas), en noche
espléndida.
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