La
aprobación de esta ley, que en principio no afecta a la tauromaquia pero una
pequeña modificación podría terminar con ella, supondría un grave perjuicio no
sólo para los aficionados, sino para las audiencias de las cadenas autonómicas
que tienen gran parte de temática taurina.
Las zancadillas al toreo no cesan por parte del
Gobierno a pesar de ser una actividad protegida por la Ley 18/2013 de
Protección y Fomento de la tauromaquia como actividad cultural. Si a inicios de
octubre se conocía que el Ministerio de Cultura excluía a la tauromaquia del
bono de 400 euros para los jóvenes que cumplirán 18 años en 2022 -decisión a la
que se enfrentaban incluso voces del propio PSOE como García-Page-, días más
tarde se publicó el anteproyecto de la Ley de Protección y Derechos de los
Animales, puesto en marcha por la Dirección General de Derechos Animales que
dirige Sergio García Torres. Y, en éste, aunque un punto afirma no afectar a la
tauromaquia, abre oficialmente la puerta a la prohibición de ofrecer corridas
de toros y novilladas por televisión de modificarse ese punto 3 de su Título
preliminar en años futuros.
El título IV de este anteproyecto lleva por nombre
Empleo de animales en actividades culturales y festivas. En él se recogen una
serie de prohibiciones que pondrá en marcha esta ley que, de aplicarse en unos
años a la tauromaquia con la citada pequeña modificación, supondría un grave
perjuicio no sólo para los aficionados a los toros, sino para las audiencias de
las cadenas autonómicas que tienen gran parte de temática taurina en sus
programas y retransmisiones. Esto reza expresamente el citado título:
1. La filmación de escenas con animales para cine
o televisión u otros medios audiovisuales y las sesiones fotográficas con fines
publicitarios que conlleven escenas en las que se refleje crueldad, maltrato,
sufrimiento o muerte de los mismos, deberá realizarse, en todos los casos, de
forma simulada, no pudiendo suponer situaciones de estrés extremo ni de
esfuerzo físico desmedido para los animales.
2. La filmación de este tipo de escenas requerirá
la autorización previa del órgano competente de la comunidad autónoma.
3. En la exhibición de dichas filmaciones deberá
hacerse constar expresamente que las escenas a que hace referencia el presente
artículo son simuladas, sin que se haya causado daño o sufrimiento alguno a los
animales.
Por tanto, aunque en el tercer punto de las
Disposiciones Generales se afirma que en un primer momento este anteproyecto no
afecta a la tauromaquia, con tan sólo una pequeña modificación futura, el toreo
podría verse afectado de lleno, y la derogación de ese punto 3 de su Título
preliminar supondría la eliminación completa de esta actividad.
Una zancadilla a las cinco cadenas
autonómicas que retransmiten festejos
Esto es, sin duda, una zancadilla a las cinco
cadenas autonómicas que retransmiten corridas de toros con asiduidad.
Comenzando con la más ‘potente’ en lo taurino, Castilla-La Mancha Media, que
ofrece en sus pantallas una media de ochenta festejos en directo cada temporada
y alcanza récords de audiencia. Canal Sur y Telemadrid son las dos autonómicas
que siguen a la castellano manchega en número de retransmisiones, alcanzando en
muchos casos un 20% de share los fines de semana gracias a la tauromaquia. Todo
ello sin olvidar programas míticos de la televisión con temática taurina, como
Tendido Cero, Toros para Todos, Tiempo de toros, Tierra de Toros, Grana y Oro…
Castilla y León Televisión y Extremadura
Televisión también retransmiten festejos taurinos, aunque no con tanta
periodicidad como las citadas cadenas televisivas autonómicas. Por supuesto, y
aunque sea un canal privado, Toros de Movistar también se vería afectado por la
aplicación de esta medida si finalmente se aprueba el anteproyecto de ley.
El tercio de varas, también en jaque con
esta nueva ley
Por otro lado, este anteproyecto de ley pone en
jaque a la lidia actual, en concreto del tercio de varas. Algunas líneas
recogen que «quedará prohibido el uso de los animales en espectáculos o
actividades que puedan ocasionarles sufrimiento». Asimismo, se prevé vetar la
utilización impropia de los animales; se prohíbe «someterlos a trabajos
inadecuados o excesivos en tiempo o intensidad respecto a sus características y
estado de salud».
El anteproyecto cita dos ejemplos directos: el uso
de animales de forma ambulante como reclamo, y ejercer la mendicidad valiéndose
de ellos. Aunque nada dice del uso de caballos para la lidia de toros, la
aplicación de esta Ley a futuro podría comprometer -y mucho- la lidia actual
tal y como la conocemos. La exposición pública del anteproyecto de esta ley
acabó el jueves 21 de octubre.
Los ganaderos y la Fundación Toro de
Lidia ya han arremetido contra este anteproyecto de ley
La Unión de Criadores de Toros de Lidia ha
arremetido duramente contra este anteproyecto con estas palabras de su
presidente, Antonio Bañuelos, a Cultoro: «Es una vez más una imposición
ideologizada de una forma de vida. Es obvio que estamos ante una ley propia del
discurso del mascotismo radical que nada tiene que ver con la conservación de
nuestro campo y del cuidado de los animales que practicamos a diario los
ganaderos».
Por su parte, el portavoz de la Fundación Toro de
Lidia, Chapu Apaolaza, señala en declaraciones a Cultoro que esta Ley «pone de
manifiesto el marco de pensamiento del animalismo». Alguna de las partes del
borrador busca la equiparación entre el ser humano y el animal, «y eso es
grave: pone en cuestión no solamente la tauromaquia, sino toda nuestra relación
con los animales«. Es, en palabras de Apaolaza, «el ecologismo mal entendido
como animalismo, que no defiende los intereses de la ecología, sino que lo que
pretende es no es sólo terminar con el toro sino nuestra forma de vida»,
expone. «Es un ataque directo al corazón del mundo rural», añade el portavoz de
la FTL.
«A quien ataca y a quien terminarán atacando es a
otros muchos colectivos. Siempre hemos intentado transmitir a la sociedad que
la tauromaquia es una meta volante de una lucha que pretende terminar con
ganaderos, lecheros, queseros, industria del cuero, ganaderos de carne y todo
lo que está alrededor, con la gastronomía y con todo nuestro mundo rural»,
advierte Apaolaza.
«Cuando se habla en la ley de las obligaciones que
debe tener el dueño de un perro, está bien avanzar en ese aspecto, pero estamos
en una sociedad en la que no va a haber una legislación, en cambio, sobre cuándo
tenemos que sacar al abuelo al parque o cuántas veces tenemos que sacar y
atender a nuestros mayores», concluye. / www.cultoro.com
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