La
pasada semana
Por
espacio de cuatro días el novillero coahuilense estuvo en las ganaderías de
Jaral de Peñas, Pablo Moreno, El Junco y Toros de Santillán
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
El destacado novillero lagunero Arturo Gilio,
según informa su administración, no para de tener actividad en el campo bravo,
tomando en cuenta que la reciente semana la inició tentando cuatro toros y dos
vacas en la ganadería queretana de Jaral de Peñas al lado de los matadores, el
mexiquense Ernesto Javier “Calita” y el malagueño Saúl Jiménez Fortes.
Luego, el siguiente jueves estuvo en la dehesa
jalisciense de Pablo Moreno, sede de la organización que lo apodera, es decir,
Casa Toreros, además de ir acompañando a su padre el matador de toros, ganadero
y empresario Arturo Gilio Hamdan, quien impartió una conferencia a los alumnos
del Centro de Alto Rendimiento Taurino (CART), con quienes incluso convivió y
compartió experiencias en una agradable tarde.
Vino entonces el viernes y se trasladó a la finca
michoacana de El Junco, donde compartió la lidia de 14 vacas con el matador
Ernesto Javier “Calita”, por lo que dicha jornada campera resultó más que buena
y exhausta.
Y el sábado, el joven torero coahuilense tuvo la
oportunidad de tentar nueve vacas en la ganadería queretana de Toros de
Santillán en compañía del matador de toros guanajuatense Francisco Martínez y
el novillero aquicalidense Héctor Gutiérrez.
De esta manera, como ya se ha hecho costumbre,
Arturo no descuida su preparación física, mental y taurina, todo con miras a
que se regularice la situación en el continente europeo y llegar así con el
máximo alistamiento a cumplir con los compromisos que tiene contraídos dentro
de lo que será su campaña 2021.
DATO
Cuatro fueron las ganaderías en las que estuvo preparándose
con gran ánimo, toreando toros y tentando vacas, el destacado novillero
lagunero Arturo Gilio
En el coso de
Huamantla: Buen “sabor de boca” dejó Querencia
El
joven espada queretano, aunque no “tocó pelo”, si evidenció afición, oficio,
técnica de la buena e inspiración para hacer el toreo que gusta en el país
Dentro de la novillada de promoción que se celebró
el reciente domingo 9 de mayo de 2021 bajo la organización de la empresa “Toro
Tlaxcala” en el coso techado “La Taurina” de Huamantla, Tlaxcala, se cuenta que
llamó verdaderamente la atención el desempeño del chaval queretano Juan
Querencia, sobre todo por el manejo de los avíos de torear.
Presencia en el ruedo, empaque torero,
personalidad y, sobre todo, conectando con el público, además de evidenciar
afición, oficio, técnica de la buena e inspiración para hacer el toreo que
gusta en el país, ese que arranca de lo más profundo de los aficionados los
estremecedores ¡olés! Sin duda, es uno de los toreros que le van a venir más
que bien al refresco generacional de la pujante torería nacional.
Sobre su desempeño en el coso de Huamantla, con el
astado que le tocó en suerte y que lucía el hierro de la dehesa de Villar del
Águila, ganadería hermana de la de Xajay, se comenta que Querencia cosechó
fuertes aplausos al usar el capote y que con la muleta cuajó una lucida faena,
misma que rubricó con una estocada, pero el burel se amorcillo y tardó el
doblar, recibiendo un aviso, por lo que perdió los apéndices que ya tenía
ganados.
La obtención de trofeos en un festejo es, sin
duda, relevante, pero más allá del corte o no de apéndices, lo esencial, me
parece, ha sido la desenvoltura y la evolución del torero en el ruedo, siempre
atento y dispuesto a lo que sucedía durante el festejo y, sobre todo,
dirigiendo bien y con tino la lidia de su astado.
Por ello, esperamos y deseamos que, gracias a esta
actuación, el joven Juan Querencia pueda seguir sumando fechas para que
continúe forjando su trayectoria taurina con bases firmes y convincentes.
El reciente
domingo: Deja el hospital Alberto Huerta
Ahora,
a seguir las recomendaciones para la rehabilitación, terapias y cumpliendo de
manera con la ingesta de los medicamentos indicados
El reciente domingo 9 de mayo de 2021, alrededor
de las cuatro de la tarde, hora en que tradicionalmente comienzan las corridas
de toros, el matador Alberto Huerta hizo el paseíllo para salir de conocido
hospital del norte de la Ciudad de México, donde estuvo internado por espacio
de cinco días tras la larga intervención quirúrgica a la que fue sometido por
más de seis horas y media.
Ahora, ya con 6 tornillos y una caja amortiguadora
entre varias de las vértebras lumbares y discos, se le vio salir del nosocomio
por su propio pie, aunque sin con el apoyo de una andadera.
Tras esta importante faena realizada a la vida,
nunca se ha puesto en tela de juicio el valor, la casta y entrega del último
representante de la dinastía de los Huerta, aquella que iniciara con el famoso
“León de Tetela de Ocampo”, Puebla, Joselito Huerta, quien fuera figura del
toreo nacional durante la década de los años 60 y 70’, seguida por su hermano
Víctor para después ser tomada la
profesión por Omar, hijo de José y, más tarde, Víctor y el último, Alberto,
quien se logra doctorar cómo matador de toros.
Como dato anecdótico, lo primero que hizo Alberto
al abandonar el hospital ubicado en la colonia Lindavista fue ir a pegarse a un
“arrimón” en un quite por ricas “gaoneras” al famoso restaurante, en
Azcapotzalco, del entrañable y gran personaje que engrandeció la Fiesta Brava
conocido como el “Gitano Bigotón”, nada menos que el desaparecido don Juan
Hernández, quien apoyó mucho la carrera de Alberto en el comienzo de su carrera
como novillero invitándolo a su ganadería San Francisco de Asís.
Así pues, por este medio el matador Alberto Huerta
hace público su agradecimiento a todas las personas que estuvieron al pendiente
de su estado de salud a través de las redes sociales, las muestras de afecto,
cadenas de oración y todas las llamadas y comentarios para que Dios fuera quien
guiara las manos del traumatólogo Sergio Anaya y de su equipo para que todo
saliera satisfactoriamente a favor de Huerta, por lo que también agradece a los
medios de comunicación especializados por estar constantemente interesados por
su estado físico.
Por lo pronto, tendrá que pasar algún tiempo
siguiendo las recomendaciones para la rehabilitación, terapias y cumpliendo de
manera puntual con la ingesta de los medicamentos indicados para poder volver a
verlo tomar un capote y muleta. Tiempo al tiempo que la prisa es para los
rateros y malos toreros.
De ir todo bien, luego vendrá el campo bravo para
calarse, sentirse 100 % preparado física, mental, moral, espiritual,
sentimental y taurinamente, que es cómo deben salir los toreros que respetan la
profesión y así lograr lo que tanto sueñan, que es despedirse de los ruedos,
cerrando así una dinastía de toreros mexicanos recios, con valor a toda prueba,
carácter y no faltos de arte y clase.
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