jueves, 18 de abril de 2019

DOMINGO DE RAMOS - Fernando Robleño: "Victorino debió de ver otra corrida distinta a la que vimos todos"

DARÍO JUÁREZ
@dariojuarezc
Diario EL MUNDO de Madrid

La tarde buscaba sentido y pedía a gritos un protagonismo inmediato que, aún siendo efímero, no dejara indiferente a nadie. Domingo de Ramos, Victorino y Madrid. Alicientes ponderosos de atractivo para la afición venteña que acabaron dispersos y evaporados por la -prácticamente- nulidad de la tarde. Las más de 15.000 personas que ocupaban los tendidos reclamadas por la historia y el nombre de la A coronada, salían de la plaza ensimismadas de contrariedad tras vivir un festejo lleno de asperezas y muchas carencias . La falta de casta, juego y fondo del sexteto cárdeno, hicieron esfumar de inmediato las previas ganas de toros, a medida que la tarde se iba consumiendo.

El cartel despedía batalla. En él, un guerrero que, sin la necesidad de recitar el Cantar del Mío Cid, desglosó el toreo en cinco naturales tras venir de salvarse del hule frente al imposible primero. Naturalmente, Robleño. Un ramillete de frescura veterana y dosis de ese buen toreo para rescatar una victorinada con dirección al abismo, pese a la opinión del ganadero al que ciertos toros le parecieron buenos. "Victorino debió de ver otra corrida distinta a la que se vio desde abajo y vio el aficionado", comenta Fernando tras reconocer que el toro de Las Tiesas ha cambiado de un tiempo a esta parte. La presentación, las hechuras y la morfología de Albaserrada sigue siendo prominente, pero "echo de menos la humillación que tenía Victorino; ese toro que hacía surcos con el hocico, tanto para seguir la muleta como para cogerte", señala.

Tanto es así que su lote resultó antagónico en cuanto a juego y comportamiento. Como bien dice el de San Fernando de Henares, la corrida en sí fue muy desigual. "El primero me puso en apuros desde que salió, y pese a tener la esperanza de que acabara rompiendo, sabía que iba a continuar desarrollando sentido". Además, reconoce que de haberlo pinchado se hubiera metido en un buen lío. De otro costal sería la harina que portó el 4º; un animal con el que Robleño se expresó con torería y verticalidad, sobre todo por naturales. "El toro fue noble pero le faltó casta, bravura y raza para poder aguantar una faena en la que se le pudiera apretar. Cosa que no fue así". En cualquier caso, Fernando ayer se fue de Madrid a medio gas. Asegura que a la tarde le faltaron enteros pese a lo poco que le regaló Verdadero, donde "hubo momentos de pureza, entrega y belleza, que es con lo que me quedo", concluye.

Con la bala ya quemada de Victorino y sabiéndose correcto por su tarde de Ramos, al veterano torero de San Fernando de Henares le quedan dos compromisos de alto voltaje: José Ecolar y Valdellán, el 28 de mayo y el 11 de junio respectivamente, en la próxima Feria de San Isidro.

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