La segunda fortuna de México
aterriza en la Tauromaquia europea
Hablemos de una fusión. Un secreto a voces que circulaba
desde hace tiempo por los mentideros taurinos y hoy se ha convertido en
realidad. Nace FIT (Fusión Internacional de la Tauromaquia). Una unión en la
que desembarca a lo grande Alberto Bailleres, la segunda fortuna de México
según el informe de Forbes. Sus aliados: un español y un francés; José Cutiño y
Simón Casas, que desde hace tiempo gestionan el entramado taurino juntos y por
separado. Tres empresas, tres, una fusión con el proyecto de dar “fuerza y
potenciar la Fiesta de los toros”. Uniendo fuerzas y con la potente (se intuye)
inversión de la fortuna mexicana, el trío empresarial suma esfuerzos y plazas,
“con un único proyecto que es el de proteger la Fiesta de los toros”, según
manifestó Antonio Barrera, apoderado de Morante de la Puebla, sentado en la
primera fila, y a su vez representante de ETMSA (la empresa de México).
Alberto Bailleres es el presidente del Grupo BAL, que da
cabida a negocios relacionados con las finanzas y la metalurgia. Además, en su
vertiente taurina es el responsable último de la empresa ETMSA, que aglutina
una gran mayoría de las plazas mexicanas. En la lista figuran la Monumental de
Aguascalientes, Monterrey, Ciudad Juárez, Mérida, Irapuato, Aguascalientes San
Marcos, Acapulco y el coliseo Yucatán. Con esta nueva fusión, a este número de
plazas se unen las que gestionan en España los nuevos socios, Cutiño y Simón
Casas –tras la supuesta compra de su participación en un 55% de la gestión en
las mismas-, como son Valencia, Olivenza, Zaragoza, Córdoba, Alicante, Badajoz,
Zafra, el extraordinario Coliseo de Nimes y Don Benito. Y según valoró el
propio José Cutiño: “Queremos recuperar plazas que están en una situación
complicada, como es el caso de Vitoria”.
Aparte de esta vertiente en la gestión empresarial, ETMSA lleva
la carrera de Morante de la Puebla y Hermoso de Mendoza y Alejandro Talavante
(hasta ahora en México). Y se suma así a las de Fermín Bohórquez, Daniel Luque,
Finito de Córdoba y Ginés Marín.
Poca información ofreció la rueda de prensa más allá de la
alianza de tres países en la gestión de la tauromaquia. Ni datos ni un proyecto
encaminado a desmarcarse de la realidad imperante. Una apuesta inicial, casi
embrionaria, en la que todas las partes mantuvieron que cada uno seguirá
gestionando sus plazas de manera individual, aunque por encima se encuentre esa
unión reconocida a través de las siglas FIT. En cuanto a la idea que sobrevuela
sobre el monopolio que se crea en esta fusión, Simón Casas argumentó minutos
después de la presentación: “Esto no es un monopolio, no hay que verlo así,
porque no es nuestro proyecto, es la manera de trabajar por la tauromaquia”. Ya
durante el evento apuntó que la negociación con Bailleres no había rondado “lo
económico sino el valor artístico de la Fiesta”, aunque después en un grupo más
reducido admitió que “sin una inyección económica, no podría seguir en el
toreo”.
No se dieron a conocer datos, ni porcentajes, por lo que el
rumor de la absorción quedó en el aire. Cutiño afirmó después que cada uno era
“socio en un porcentaje según las empresas que gestiona”. / Patricia Navarro – Diario La Razón de Madrid
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