En Colombia y México
José Miguel Parra, uno de los jóvenes valores del toreo venezolano, quien se abre paso por arenas mexicanas, donde se forjó de novillero. Foto: German D’ Jesus Cerrada |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
A pesar de los escasos
festejos que ha estructurado la campaña venezolana del presente año, una de las
más exiguas que se recuerde, nuestros toreros nacionales no desmayan en
mantenerse activo de cara a mejores tiempos en el horizonte.
Es el caso de los diestros
merideños Rafael Orellana y José Miguel Parra, quienes en arenas de Colombia y México
el pasado fin de semana se bañaron de triunfo al salir ambos por la puerta
grande, luego de alcanzar importantes éxitos.
Orellana por ejemplo actuó en
la localidad norsantanderina de El Zulia, a escasos minutos de Cúcuta, donde en
mano a mano al lado del torero puntero del escalafón en el hermanos país, su
padrino de alternativa, Paquito Perlaza, lidiando toros antioqueños de La
Ahumada coronó triunfo con el corte de tres orejas, tras importante tarde donde
literalmente “bañó” al veterano coleta caleño, quien se fue de vacío de la
plaza, no obstante dejando pinceladas de su inocultable rodaje ante el lote de
ásperos y geniudas embestidas que despacharon ambos diestros.
Este triunfo ha valido para
que Orellana de nuevo le repitan en Colombia, para este próximo 28 de diciembre
en la población de Arboleda, donde aún esperan rematar cartel a un compromiso
que sirve para abrir puertas a otras plazas fuera de nuestras fronteras, a
razón de lo poco que se está toreando en el país en esta dura crisis que nos
azota, e incluso, ante el nulo reconocimiento de ilustres empresarios
nacionales que a pesar de triunfarles en sus plazas, de poco les vale.
El otro caso es el del
ejidense José Miguel Parra, quien a comienzos de este año tuvo que regresar a México,
para de nuevo buscarse su camino en esta dura profesión. Mucho campo y mucha
paciencia hasta este pasado domingo donde en la población tlaxcalteca de San
Andrés Ahuastepec actuaría al lado de los coletas aztecas Guillermo Ibarra
(aplausos), Miguel Ortas “Miguelete” (aplausos) y Ricardo Macías “El
Estudiante” (vuelta al ruedo), siendo el triunfador del festejo al indultar al
bravo ejemplar del hierro de San Pedro, de nombre «Buen Amigo».
Ambos triunfos, además de
resaltar el gentilicio merideño pone en evidencia el tesón y entrega de
nuestros toreros por no dejar desmayar una fiesta brava venezolana que se niega
a morir, a pesar de tener todos los indicios para ir camino a ello.
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