Una oreja cortó igualmente Tomas Martínez
y Ángel Miguel Guía
Destacado por presencia y juego el encierro de Los Aranguez, el cual ha permitido oportunidades de lucimiento para los novilleros actuantes, destacando el indulto del corrido en sexto lugar. |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
TOVAR, Mérida (Enviado Especial).- Su nombre de pila bautismal es Miguel Molina, pero en los círculos de
amistad, le llaman afectuosamente “El Ovejo”. Su afición, valor y
agallas han tenido la noche de este jueves la sima que en el recuerdo de muchos
ha quedado tatuado para la posterioridad. “El Ovejo” ha tenido la suerte ese día
por la mañana encontrarse con un gran aliado de lo que ha sido un triunfo sin
discusión alguna, y más para un novillero como este, donde las oportunidades
son escasas, y tiene que salir aprovecharlas al máximo. Ese aliado fue el noble
«Barman», negro mulato, cornalón, con
más trapío que muchos toros que lidian por las plazas portátiles de esta geografía.
Novillo y torero
–mejor no queda esta expresión- han logrado esa difícil simbiosis de crear
arte. Y así lo atestiguaron las poco más de dos mil personas que se dieron cita
al festejo apertura de la Feria de Tovar, donde en general se ha lidiado un
noble, bonancible y bien presentado encierro de Los Aranguez, ganadería
tal y como habíamos señalado, viene en la senda de una recuperación de un bache
que la había marginado de algunas plazas, hace años atrás. En esta ocasión sus
ganaderos, han escogido seis pupilos que en marcada nobleza, con matices, ha
permitido un entretenido festejo, del que no hubo desperdicio alguno.
Señalábamos lo
acontecido con “El Ovejo”, joven de la Escuela Taurina de Tovar, quien ha
tenido la suerte de encontrarse con un novillo que descubre de qué esta hecho
quienes aspiran ser alguien en esta dura profesión. Y no ha decepcionado el
mencionado coleta, pues supo darle, con sus limitaciones propias justificables
por demás, una lidia pulcra de principio a fin a este noble ejemplar, que a la
postre sería indultado.
El lio esta en como lo
fue, y es allí cuando entramos en detalle, como por ejemplo la ambición desde
la misma salida de toriles de parte de Miguel
Molina, quien a porta gayola le recibiría. La medida sangría que dispuso el
novillero en mención, serviría para después en sabroso quite por talaveranas rematada con media, lucirse
en solvente tercio de rehiletes, tres pares colocados en lo alto, todos por el
lado derecho. Y así dispuso brindis de compromiso a los presentes para cambiar
por la espalda la larga y boyante embestida de este astado, todo una dulzura
por ambos pitones, comenzado por el derecho donde cimentaría labor Molina, en series templadas, largas de
hasta seis y siete rematadas con el de pecho, que colocaron el ambiente a su favor.
Enteros más sumaría cuando tomo por naturales la embestida de un santacoloma de bravura y clase como de
las mejores reatas que siempre ha guardado esta ganadería prócer de toro bravo
venezolano.
Y como bravo que fue,
no perdonaría que “El Ovejo” le perdiera respeto y confiara, sufriendo aparatosa
voltereta de la que pensábamos llevaba la cornada el brazo derecho. No fue así.
Las asistencias quitarían chaquetilla y vuelto otra vez a la cara del novillo
remataria largo trasteo donde los trincherazos, entradas y salidas a cada serie
de muletazos, hacían prever un indulto que se dio más rápido de lo previsto, a
tal punto incluso del torero no enterarse de tal premio para el nobilísimo
utrero cuando fue cambiar ayuda por el acero y ondea desde lo alto de la
pajarera presidencial el pañuelo naranja.
Era la cumbre de una
novillada que tuvo otros detalles a señalar, como lo fueron las actuaciones
voluntariosas de Tomás Martínez,
quien se le ha notado mucho más resolutivo y preparado que otras actuaciones,
en especial sobre la mano diestra, labor donde se labró los momentos de mayor
merito de su faena, antes que se diluyera en el toreo efectista con la que
remató la misma. El medio espadazo, ligeramente tendido en buen sitio fue
suficiente para la concesión de una oreja, mismo premio que paseó otro
novillero que aprobó examen en feria de valía para las venideras ferias, como
es el caso del caraqueño Ángel Miguel Guía,
quien más reposado y ortodoxo –en especial en genuflexo comienzo de faena de
muleta- supo tocar las teclas por las cuales sacar partido a las contadas
embestidas de su antagonista, las mismas que dejaron en el tintero facetas de
buen toreo que bastaron para tras pinchazo y tres cuartos de ración toricida un
poco caída, se le concediera la oreja que bien merecida también cayo a sus
manos.
Nota aprobada también,
sin tocar pelo, la que demostró el ya veterano novillero de Maracay, César Altuve, quien abriendo festejo se
decantó por pasarse en ceñido toreo por ambas manos los envites de su utrero, dejando
en evidencia un valor sin aspavientos y claridad de ideas, que lamentablemente
emborronó con la espada, saludando desde el tercio al final de la misma.
Otro matiz han
presentado Leonardo Vega, Juan Gómez
y José Antonio Salas. Vega naufrago en la distancia, temple y
quietud de piernas ante su ejemplar, dejando ir una clara oportunidad de
triunfo. Por su parte Gómez
transcurriría trasteo entre la ligereza de piernas y ayuna técnica, sin
exceptuar sus ganas de agradar al conclave presente, mientras que el peor
librado fue el aún poco placeado Salas,
quien se empecinan en estrellarle con decisiones por parte de los de su entorno
que lejos de beneficiarle lo que hacen es “quemarle”.
Así se vio con el marmolillo cruzdehierro
que le buscaron, quedando verdaderamente inédito, viendo como se le iba al
corral las ilusiones de triunfo.
FICHA DEL FESTEJO
Jueves 6 de septiembre de 2012.
Novillada de abono Feria de la
Virgen de Regla
Con poco menos de un tercio de
plaza, en noche fresca, se han lidiado seis novillos de LOS ARANGUEZ (Alberto Ramírez
& Jesús Riera), en su conjunto bien presentados, nobles con distintos
matices, destacando por su largo recorrido por ambos pitones el 6º, el cual fue
indultado, llevando por nombre «Barman» N° 73 de 348 kilos, negro mulato. En 7º
lugar se lidió un novillo de LA CRUZ DE
HIERRO, parado, reparado de la vista.
Pesos: 341, 340, 385, 354, 344,
348, 369
CÉSAR ALTUVE (Purísima y plata): Saludos desde el tercio.
LEONARDO VEGA (Tabaco y oro): Silencio tras aviso.
JUAN GÓMEZ “EL GATO” (Verde botella y oro): Silencio.
TOMAS MARTÍNEZ (Gris plomo y oro con cabos negros) Oreja.
ÁNGEL MIGUEL GUÍA (Azul marino y oro): Oreja
MIGUEL MOLINA “EL OVEJO” (Rosa y oro con cabos negros):
Dos orejas simbólicas.
JOSÉ ANTONIO SALAS (Azul marino y oro): Silencio tras novillo al
corral
INCIDENCIAS: Destacaron en las banderillas Enzo Antequera, y en la vara Juan José Campos y Secundino Ramírez. Deficiente actuación del puntillero, Alí Trejo. *** Miguel Molina salió a hombros por la puerta grande. *** En las
puertas de acceso se cumpliría al pie de la letra la disposición de no permitir
la entrada de menores de 13 años, a cargo de funcionarios de la Guardia
Nacional. *** Presidió festejo el Sr. Roger
Barón.
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