El pasado
sábado en Medellín. Ambos espadas lograron triunfar ante un de justa fuerza, nula raza y juego irregular del hierro de Agualuna.
Fandiño y Hermoso de Mendoza a hombros en Medellín este sábado, ambos espadas anunciados para la venidera Feria del Sol. Foto: EFE |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
El curso de la campaña taurina americana toma
protagonismo por estos días en la capital del Departamento de Antioquia, como
es Medellín, con la realización de la temporada taurina en el bello coso como
es el Centro de espectáculos La Macarena, especie de recinto polifuncional ubicado
en el mismo recinto donde ha estado la añeja plaza del mismo nombre.
Precisamente el pasado sábado dos de los
principales toreros que actúan en el marco de la Feria del Sol 2014, como es el
caso del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza e Iván Fandiño actuaron, junto al
espada colombiano Pepe Manrique, lidiando toros del hierro de Agualuna, festejo
donde el par de toreros españoles saldría en hombros, no sin antes batirse las
palmas ante astados de no fácil entrega.
Para tal efecto, poco más de dos tercios de
plaza se dieron cita, en tarde de emociones varias, donde tal y como nos señala
el crítico taurino Dr. Jorge Arturo Díaz, «ha estado Iván Fandiño, bien. De verdad, decidido, plantado, con el
trapo delante, toreando largo, cargando suerte, dejó ver (guardadas
proporciones cornúpetas, por supuesto) a ese torero que trae a Madrid de
cabeza, que ha sido declarado por dos veces triunfador general de la temporada
española, y que las figuras no frecuentan actuar con él».
Prosigue nuestro estimado colega sobre la actuación
de Fandiño «Dos faenas de ese corte,
pese al predominio derecho, le pusieron por encima de su pobre lote. Al
segundo, que se había dolido en varas y huido, le cambió de largo dos veces por
pecho y espalda, y le alcanzó a ligar tres tandas de contenido. Mas apenas la
cosa esa oyó el pasodoble se rajó, se fue a tablas, escarbó y se defendió. Eso
sí, le pegó un estocadón de padre y señor mío que por sí solo pagó la oreja.
Con el quinto, que unas veces iba y otras no, regaló distancia, para de nuevo
lucir en redondo y embraguetado, desplantando de rodillas, luego, el toro a
menos, las manoletinas, otra gran estocada y otra oreja».
Por su parte Pablo Hermoso se ha encontrado «con una cuadra nueva, en su mayoría;
Unamuno, Universo, Mayoral, Vinoso y Palomo, junto a Chenel y Dalí, le
transportaron por el ruedo en medio de la idolatría parroquial. La sola
presencia del jinete pone a la gente rara, gritona, manoteadora, pañueleadora,
y que decir cuando comienza a torear, que lo hace, y muy bien, o cuando sus
alardes maestros, giros, salidas inesperadas en terrenos ídem, o sus acierto
con los rejones y banderillas, o su manera de galantear a la grey. Para qué
vamos a negarlo, Pablo es un espectáculo aparte, pero aparte digo. Mató trasero
y contrario a sus dos toros, al tercero tras una lidia sin mácula y al sexto
tras un rejón enhebrado y algunos trompicones. En ambos casos la clientela se
desgañitó por las orejas. Su señoría les dio gusto primero, luego, le pareció
una exageración, y, aunque los mulilleros retrasaron el tiro de arrastre descaradamente,
no se dejó convencer».
Importante resumen que nos hace el Dr. Díaz Reyes,
a lo que pudiéramos estar observando de este par de diestros que de seguro estarán
levantando pasiones en el ruedo de la Plaza de Toros Monumental a partir de
este próximo 27 del mes en curso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario