RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
Fotos: Aníbal García Soteldo / Golfredo Rojas
MÉRIDA.- Fin de feria aciago por el juego en conjunto de los toros de la vacada venezolana de Campolargo. Su irregular comportamiento en la muleta ha condicionado el epilogo de esta edición, cargada por el buen desempeño de mayoría de ganaderías lidiadas en el redondel del coso emeritense.
Fotos: Aníbal García Soteldo / Golfredo Rojas
MÉRIDA.- Fin de feria aciago por el juego en conjunto de los toros de la vacada venezolana de Campolargo. Su irregular comportamiento en la muleta ha condicionado el epilogo de esta edición, cargada por el buen desempeño de mayoría de ganaderías lidiadas en el redondel del coso emeritense.
En esta oportunidad el lote enviado, serios y con edad, además de astifinas cornamentas, no ha dejado papeleta fácil al cartel de jóvenes espadas nacionales, pasando en algunos momentos apuros. Solo la voluntad y deseos, además de buen corte del emeritense Alexander Guillén fue bálsamo con el corte de una oreja, en tarde anodina y densa en su desarrollo.
Alternativa desafortunada para el merideño Jonnatan Guillén quien ha dejado evidencia en su doctorado, al frente de sus antagonistas, su verdor para asumir el grado mayor en tauromaquia. En el de la ceremonia, dubitativo y falto de ideas estuvo, ante un toro que desarrolló aspereza en sus embestidas, cortando el viaje por el pitón izquierdo, y defendiéndose por el derecho. Le pasaportó no sin antes pasar fatigas, tanto con el acero como con el verduguillo, escuchando un aviso.
Similar cuadro demostró en el que cerró plaza, astado más complicado, siempre a la defensiva en las pocas intensiones de lucimiento que tuvo el veterano espada, a quien le ha quedado grande el compromiso en tarde de especial trascendencia.
Pocas opciones tuvo el igualmente merideño Leonardo Rivera, para quien su primero del lote no le dejo estar reposado por ninguno de los pitones, donde igualmente el viento no le dejo opción a un manejo más pulcro con las telas. Lo descompuesta de las embestidas del morlaco hizo su labor intrascendente, el cual despachó de bajonazo.
Poca historia así mismo tuvo en su segundo, otro de los mansurrones de la larga jornada, donde tuvo por la diestra los momentos más meritorios, a cuenta gotas, ante el soso y descastado talante del cuatreño.
Alexander Guillén no ha pasado desapercibido en tarde de máxima responsabilidad para los coletas actuantes, más para quien se sabe tiene la moneda del arte y torería en su muleta.
El que abrió su lote, ha sido un verdadero galimatías de complicaciones, el cual pudo superar Guillén a base de aguante, valor y temple, a la brusca embestida que planteó el toro por la diestra, y más aún las aviesas intenciones siempre al cuerpo por la zurda. A todas estas su ambición pudo más, haciendo alarde de recursos y conocimientos de terreros, para tras estocada ligeramente desprendida cortar la única oreja de función.
Su segundo un astifino jabonero, su genio y malas ideas hicieron estar digno al coleta en mención, en labor lidiadora, ante un “regalito”. Se le silencio tras dilatarse con el estoque.
Eduardo Valenzuela fue otro que no dejó pasar resquicio alguno al lucimiento, una pena que el estoque le haya privado de la misma manera de “tocar pelo”, tras librarse en trasteo meritorio una faena de torero preparado, llevando templadas y largas las embestidas del mansurrón astado, que previamente había hecho ascos al caballo. Le supo llevar en vereda, en muletazos jaleados por los presentes. Los tres viajes con el acero, y un descabello le hicieron recibir palmas que no pudo cambiar en su segundo, tras una labor de similar catadura, nuevamente dejando todo en la arena el diestro valenciano. En banderillas hizo gala de facultades, no así precisión, pero con la pañosa, dio un claro llamado de atención a que le hace más falta oportunidades para pulir los que puede ser un “diamante en bruto”, al igual que Alexander Guillén. La estocada caída con la que despenó al toro, dio pie a una ovacionada vuelta al ruedo.
Se da punto y final a una feria plagada de triunfalismo, muchas veces en exceso, donde se ha cortado un total de 30 orejas, dos toros de vuelta al ruedo y uno indultado, con dos llenos de no hay billetes, lo que da a entender el grado de emociones que se vivieron en estos últimos seis días de toros en la “Ciudad de los Caballeros”.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo 21 de febrero de 2012. XLIII Feria del Sol 2012.
VI corrida de abono. Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”.
Con cielo despejado, en tarde calurosa y muy ventosa durante la lidia de los cuatro primeros toros, se han lidiado toros de CAMPOLARGO (Juan Campolargo), además de uno 8º de RANCHO ALEGRE, en su conjunto bien presentados, dispares de cornamentas, con el elemento en general de mansedumbre y descastamiento en distintos grados, sacando genio los corridos en los dos últimos lugares.
Pesos: 435, 455, 471, 452, 486, 486, 430 y 495.
LEONARDO RIVERA (Celeste y oro): silencio en ambos
EDUARDO VALENZUELA (Purísima y oro): palmas en ambos.
ALEXANDER GUILLÉN (Catafalco y azabache): una oreja y silencio.
JONNATAN GUILLÉN (Nazareno y oro): silencio tras aviso y silencio.
INCIDENCIAS: Presidió el festejo Jorge Bustamante Calderón, ajustado a lo acontecido en el ruedo. *** Destacó entre las cuadrillas, en banderillas Salvador Moreno en el 2º, Fabián Ramírez en el 5º y en la vara William Hidalgo “El Llanerito” en el 1º. *** El toro de la alternativa de Jonnatan Guillén llevó por nombre «Sosegado» Nº 876 de 435 kilos.
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