lunes, 13 de febrero de 2012

DECIMOSEXTA CORRIDA DE LA TEMPORADA PLAZA MÉXICO: Apoteósico triunfo de Pablo Hermoso de Mendoza; Spínola corta rabo en toro de regalo

JOSÉ MATA


CIUDAD DE MEXICO.- Ser testigo de cada actuación de, Pablo Hermoso de Mendoza, resulta una experiencia inenarrable para el espíritu, por la entrega sin cortapisas, por la voluntad a raudales, por la serena inteligencia, por la notable exposición en el redondel, por la alta escuela de la que hace gala con sus caballos, por el excelente jinete que es, porque sin lugar a dudas, ha dado luz y elevado al arte del rejoneo a las alturas insospechadas, otorgándole grandeza.

Sí, y eso ocurrió este domingo en el coso titular de México, ya había dejado constancia de una gran faena que no había estado rubricada por la falla con el rejón de muerte, así que en el quinto, desde su salida, Pablo comenzó a recoger su embestida, para fijarlo y dejar sólo un rejón de castigo, el que fue de inmediato rematado, toreándolo soberbiamente. De inmediato, cambió de caballo y decidió hacer acto de presencia con Chenel, un hermoso caballo espectacular, sí, tan espectacular como lucidor, toreando muy… muy de cerca a su toro, recreándose con los quiebros, rebasando el nivel de jurisdicción del astado, obligándolo y encelándolo a embestir, y llevándolo embrujado en la grupa, para conseguir en varias ocasiones dar casi vuelta a la circunferencia, ante un público irremediablemente entregado, dos banderillas certeras, en todo lo alto y soberbiamente rematadas, ha sido suficiente para que Chenel regresara a descansar. Apareció Dalí, dejó otra banderilla de gran exposición, siempre toreando, sin tiempos muertos como es manda la tauromaquia del extraordinario rejoneador, giros en la cara del toro. Y, ya con Pirata, además de las banderillas cortas… tres, sí las que han sido el gran final de su comparecencia; de pronto, apareció las banderillas a dos manos, que acabó siendo la parte más sublime, cumbre… de su cumbre actuación. Un gran rejón de muerte, para que cayera de inmediato el toro. Y el respetable exigiera las dos orejas que paseó en medio de los vítores Hermoso de Mendoza.

Sí, con el que abrió plaza, estuvo genial, primero Estella, con la que fijó toreramente a Oyepoco, para después de imponerle el rejón de castigo, lo llevara toreado por la grupa por la circunferencia del redondel, y luego con Van Gogh enloqueció a propios y extraños, con un quiebro para imponer una banderilla, rematando como siempre la suerte con inobjetable arte. Otra banderilla y, otro quiebro, siempre citando de frente, y rematando la suerte. El gran Ícaro, toreando ceñido a la cara del toro, después de imponer la banderilla, a pesar de que sufre un resbalón, como es guiado con sabiduría de Pablo, salen airosos. ¡Qué forma de torear tan más expuesto!, tan más precisa, tan exacta. Con Pirata, las tres banderillas cortas en donde expuso hasta lo indecible en tablas, justo en el burladero de matadores, lástima grande que el rejón de muerte no hizo lo propio, de lo contrario estaríamos hablando de una oreja, cuando menos.

Nada había podido pasar en la participación de, Fermín Spínola, por los toros tan malos que tuvo frente a él. Claro, hubo voluntad y entrega a raudales, pero no podía haber nada con esos ejemplares tan mansos como descastados. De pronto… el toro de regalo, del que no creemos tanto, pero que apareció, y como fue de otra ganadería… de Los Encinos, hubo otra forma de comportamiento, el toro no se entregó tanto al caballo, y el lado izquierdo no fue tan claro como el derecho, pero, fue repetidor, tuvo recorrido, calidad, y sobre todo, emotividad que fue lo que trascendió y emocionó a los tendidos.

Así Fermín ha dado tal cantidad de pases, porque el toro no detenía su embestir, y por ello, lo pasó por ambas manos en tantas ocasiones, que pensaron los que habían quedado en las graderías, que tenía que indultarse, lo que no acabaría ocurriendo, Fermín decidió entrar a matar, dejó una entera, y el rabo del toro de regalo fue a parar a sus manos, teniendo que acompañar a Hermoso de Mendoza en su apoteósica salida a hombros.

Se lamenta, y mucho, que José Mauricio no haya podido regalarnos algo de todo el arte que atesora, su lote fue tan infumable, tan a contraestilo, que sólo queda justamente eso… el lamento, la pena de no haber podido degustar de un torero con ese caudal de arte. Quizá, pudo haber regalado un torillo, pero los regalos suelen constituir una ventaja, y si el maestro Pablo, salió a dejar el corazón sobre la arena en sus dos participaciones, sobre todo en la segunda, pues eso hizo también José Mauricio, de quien seguros estamos, tras haber retomado el camino ascendente, llegará a ser un torero de importancia para el mundo de los toros.

Para el próximo domingo:
La empresa de la Monumental Plaza de Toros México, anuncia para el próximo domingo 19 de febrero: Toros de Julián Hamdan para Eulalio López El Zotoluco, José María Manzanares chico y Joselito Adame.

FICHA DEL FESTEJO
Con una entrada que supera los 30 mil asistentes en la Monumental Plaza de Toros México, con un clima gélido, en donde aparecen los nubarrones negros que anunciaban la inminente tormenta, se han lidiado dos toros de Los Encinos para rejones, y uno más de regalo para Fermín Spínola, que ha sido extraordinario, y le dieron vuelta al ruedo a sus despojos. Igualmente apareciero cuatro toros mansos, descastados y muy complicados de La Soledad. Lluvia a partir del quinto.

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: Palmas y dos orejas.
Fermín Spínola: Palmas tras aviso y palmas; dos orejas y rabo en toro de regalo con ligeras protestas.
José Mauricio: Saludó en el tercio y silencio.

DETALLES: El mejor rejoneador del mundo, Pablo Hermoso de Mendoza, sale a hombros por la Puerta Grande de la Monumental Plaza de Toros México, en medio del júbilo generalizado; le acompaña Fermín Spínola quien corta rabo en un toro de regalo.

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