El Senado
aprueba la Proposición de Ley para la regulación de la fiesta como
patrimonio cultural.
ANTONIO
LORCA
El pleno del Senado aprobó la
llamada proposición de ley para la regulación de la fiesta de los toros como
patrimonio cultural. Este es el último paso legislativo previo a su publicación
en el Boletín Oficial del Estado y su entrada en vigor. Así pues, la
tauromaquia formará parte del Patrimonio Histórico y Cultural común de todos
los españoles, y el Gobierno deberá impulsar los trámites necesarios para la
solicitud de su inclusión en la lista representativa del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la UNESCO.
Finaliza así un proceso legislativo que
comenzó el 12 de febrero, cuando el Congreso de los Diputados admitió a trámite
una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) avalada por casi 600.000 firmas, y que
promovió la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, tras la decisión del
Parlamento catalán de prohibir la celebración de festejos en esa comunidad.
Del contenido de aquella ILP al
articulado que aprobó la Cámara alta hay un gran trecho. Por el camino se
han perdido tres de los objetivos fundamentales de los firmantes: la vuelta de
los toros a Cataluña —decisión que solo está en manos del Tribunal
Constitucional—, el blindaje de la fiesta ante futuros intentos de prohibición
y la declaración de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural (BIC). Y, al
final, se ha buscado una fórmula —“Patrimonio Cultural”— que se limita a ser un
reconocimiento moral de la fiesta, pero que no compromete en nada a las
Administraciones públicas.
A pesar de todo, el sector ha recibido
este cambio sustancial con esperanza, no exenta de resignación. El presidente
de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), Carlos Núñez, considera que es “un paso muy importante para nosotros,
porque supone un reconocimiento y una protección”. Más explícito es Juan Manuel Albendea, presidente de la
Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados y verdadero impulsor de la
ILP: “Lo
mejor de la nueva ley es el compromiso del Gobierno con la promoción de la
tauromaquia, y que en el plazo de tres meses se impulsarán las reformas legales
para recoger el mandato y los objetivos de la Convención para la Salvaguarda
del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco”. Luis Gibert, presidente de la Federación de Entidades Taurinas de
Cataluña, comenta: “Es lo mejor que le ha podido pasar al mundo del toro”.
¿Qué
ha ocurrido para que la ambiciosa ILP haya quedado en un pliego de buenas
intenciones? Ya en el mes de febrero, este
periódico alertó de que la admisión de la ILP podría generar un complejo
problema jurídico y político. Primero, porque el Estado central —el Gobierno,
en este caso— carece de competencias en materia taurina, y cualquier decisión
al respecto supondría una catarata de recursos de inconstitucionalidad de las
comunidades autónomas, que son las que detentan toda la capacidad legislativa y
ejecutiva en los toros.
Por otra parte, el Estado tiene muy
limitadas sus competencias para declarar un Bien de Interés Cultural. Según Juan Antonio Carrillo, catedrático de
Derecho Administrativo, “la única técnica de protección de un BIC
que tiene el Estado es actuar frente al expolio, lo que indica que está pensado
para bienes muebles e inmuebles, y no para algo inmaterial, como la fiesta de
los toros”.
En consecuencia, y para evitar enmarañar
aún más el ambiente político —especialmente en las relaciones entre Gobierno
central y Generalitat catalana—, el Partido Popular ha optado por una solución
tan elegante como poco práctica que pretende contentar al sector y evitar
enfrentamientos con las comunidades autónomas.
¿Qué
significa que la tauromaquia sea considerada patrimonio cultural y, llegado el
caso, Patrimonio Inmaterial?
El profesor Carrillo lo tiene claro: “La Unesco usa esta categoría con valor descriptivo,
para favorecer el diálogo intercultural entre los pueblos; no conlleva un
régimen jurídico protector basado en obligaciones y deberes para quien haya de
preservarlo”. En cambio, dice, “la declaración de BIC tiene un valor
prescriptivo, que entraña obligaciones de preservación y protección”.
De la misma opinión es Víctor Vázquez,
profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla: “La
declaración de BIC conlleva una serie de obligaciones estatales que en ningún
caso pueden ser trasladables a la declaración de Patrimonio Inmaterial, término
usado por la UNESCO”. Carrillo
considera que optar por la declaración de Patrimonio Inmaterial es “descafeinar
la ILP y traicionar el espíritu de sus proponentes”. Por su parte, Vázquez estima que “se ha dado un paso crucial para
situar la defensa de la fiesta en el terreno de la identidad cultural y de las
creencias”.
Tan concluyente se muestra José Antonio Soriano, exdirector
general de Espectáculos Públicos de la Junta de Andalucía: “Es un reconocimiento moral, pero
sin efectos prácticos para la fiesta”.
Por otra parte, la nueva ley recoge la
aprobación de un Plan Nacional de Fomento de la Tauromaquia, que elabora el
Ministerio de Cultura, sin capacidad competencial para ello, y que solo tendrá
efectividad si se consensúa con las Comunidades Autónomas.
Por cierto, si la UNESCO aceptara incluir
la tauromaquia en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la fiesta
se uniría a los 11 bienes ya reconocidos: el Misterio de Elche, la Patum de Berga,
los Tribunales de Regantes del Mediterráneo, el silbo gomero, los castells, el
canto de la Sibila de Mallorca, la cetrería, la dieta mediterránea, el
flamenco, la fiesta de la Mare de Déu de la Salut y los patios cordobeses.
CRONOLOGÍA
11 de marzo de 2008. El Parlamento de
Cataluña admite a trámite una Iniciativa Legislativa Popular que defiende la
prohibición de los toros en la Comunidad.
28 de julio de 2010. El Parlament aprueba
la prohibición: 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones. La norma sería
efectiva desde el 1 de enero de 2012.
25 de septiembre de 2011. Juan Mora, José
Tomás y Serafín Marín componen el cartel de la última corrida en la Monumental
de Barcelona.
12 de febrero de 2013. El Congreso admite
a trámite una ILP para que la fiesta sea reconocida Bien de Interés Cultural.
6 de noviembre de 2013. El Senado aprueba
la nueva ley que regula la tauromaquia como Patrimonio Cultural.
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