Eulalio López El Zotoluco |
JOSÉ MATA
@periodistaurino
Fotos: EFE
CIUDAD DE MÉXICO.- Una inadmisible parodia es
la que se ha escenificado este domingo en el coso titular de México, por parte
de tres elementos fundamentales… los toreros, el pésimo ganadero y la
autoridad, para consumar un espectáculo indigno, bochornoso, que devalúa en
toda su grandeza lo que debe ser la luminosa Fiesta Brava.
Seguramente muchos de inmediato se estarán
preguntando el por qué no he mencionado a la empresa, lo explicaré.
Cuando a los figurines, sobre todo, los del
otro lado del charco, les van a contratar, por supuesto que imponen sus exigencias,
además de los abultados honorarios, los toros, o mejor dicho los bovinos a
"torear". Así mandan a sus veedores que tienen en México para
cabildear en las ganaderías, y pues cómo hemos visto, a seleccionar lo más
cómodo y agradable, con el fin de que el figurín en cuestión, no se esfuerce en
demasía en las suntuosas vacaciones en México.
Si la empresa no acepta sus imposiciones,
evidentemente, no se estampa la firma del poderoso apoderado, y el figurín no
participará en la temporada, y culpará a la empresa de no tener talante para
negociar… esto es, aceptar sus pretensiones.
¿Quién es el que debió haber parado todo este
desfile inacabable de pequeñajos?
¡La autoridad!
No obstante, como se tienen puros intentos de
jueces (presidentes), los que cuando no presiden andan por el callejón
sacándose fotos con los toreros, pues... no representan seriedad, ni imponen
respeto.
Así que… como en el caso que nos ocupa, el
buenazo de Gilbert, aceptó sumisamente, bajando la cerviz, el impresentable
encierro de Julián Hamdan Cerda, y las consecuencias ahí han estado.
Que el buenazo de Gilbert quiera justificarse balbuceando,
que ni el Reglamento ni el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, les apoyan
-porque los jueces son representantes directos de la Jefatura de Gobierno-, que
tenga los suficientes arrestos para renunciar y hacerlo del dominio público.
Pero… pero... no.
Les gusta andar de oficiosos pisoteando la
grandeza de la Fiesta, porque de su dignidad… creo que esa, ni ellos mismos la
encuentran, y a los hechos vividos me remito.
Si a lo anterior le sumamos un ganadero que ya
en varias ocasiones ha demostrado que NO fue llamado para esto, las cosas se
empeoran, y de esta forma, además de salir impresentables sus pequeñajos, salen
mansos y descastados.
¿Qué pasó en este contexto?
El señor Zotoluco, tuvo en suerte a Tres
setenta y siete, un debilucho que cumplió a regañadientes con los jamelgos,
mostrando una embestida borreguna, cuando podía estar de pie, así que el torero
de Azcapotzalco, toreó a este animalito, con la muleta a media altura, y para
no agotarlo casa pase que constituyeron las series, fue recortado a un cuarto
de extensión, dejando momentos interesantes. Aparecieron, igualmente, detalles
como un cambio de mano para dar paso a naturales bien hechos, pero a pesar de
que gustaron a la asistencia, al final, dejan la sensación de que no existieron
por la falta de verdad en el oponente que tuvo El Zotoluco. Una estocada
trasera y desprendida fue suficiente para que el buenazo de Gilbert le
obsequiara la primera oreja, aunque el señor Zotoluco se ha visto no mal…
pésimo, cuando decidió echarle materialmente al público al sumiso juez, para
presionarlo y le diera una inmerecida segunda orejita.
Saldría Guardianes de ilusiones, un pequeñín
que fue estruendosamente protestado, y que por consecuencia necesaria tuvo que
ser devuelto. Así el 4ª bis, de nombre Vive y que perteneció a la dehesa de
Doña Celia Barbabosa, igualmente, protestado de salida y rumbo al cachetero.
Quien lució y mucho fue el estupendo banderillero, Cristhian Sánchez, fue
ovacionado en el tercio. Eulalio intentó con es pequeñajo, pases por abajo con
el fin, seguramente, de tratar de amoldar una embestida que no acabaría
entregándose. Dos pinchazos y una media caída, hicieron escuchar el demoledor
silencio.
Morante de la Puebla |
El señor Morante de la Puebla del Río, dice
que es artista, bastantes comentan que así es, sólo que al torero se le olvida
una situación fundamental, para que el arte pueda ser creado, y así el artista
existir… debe cumplir una irrebatible sentencia:
EL ARTE PRESUPONE VERDAD… HONESTIDAD.
Por ello, en la historia de la humanidad no se
ha visto que un sinvergüenza pueda crear arte, porque vive en el permanente
engaño.
Y esa verdad en el arte de la tauromaquia,
está representada por el TORO AUTÉNTICO PARA EL TORERO DE VERDAD.
Si no existe, cualquier cosa que se realice es
una simple aproximación, como ocurrió con Morante, quien al no respetarse a él
mismo, y permitir que se lidiaran esos pequeñínes, se convirtió en un intento…
y de buenas intenciones, están llenos los caminos al infierno.
Así salió en segundo sitio, primero del lote
del torero sevillano, Hanno, un manso, débil… sí debilidad que tornó en la
misma invalidez, y que ha sido fuertemente pitado por su escuálida presencia.
Vimos bonitas verónicas, que gustaron, recortadas con una media y otra belmontina.
Colocó al bovino con chicuelinas al caballo, en donde sólo recibió algunos
rasguños del piquero; y como quites, volvimos a ver, en ese ensayo que fue lo
que hizo este domingo, sí algo que se pareció a una tienta vestidos de luces,
lances de bello trazo. Ya con la muleta, en el prólogo pintoresco con pases por
abajo el torillo anunció algo no grato en su embestir; y, así fue, Morante
quiso pero el debiluchillo no, sacó todo los defectos de la asfixiante
mansedumbre. Y todo… todo acabó, un pinchazo, una entera trasera caída, para
quedar todo en el nada aleccionador silencio.
Para toda la vida, otro pequeñajo más fue
protestado, tan protestado, incluso se exigió que se cambiara, pero el buenazo
de Gilbert, ya no quiso mover nada… se había excedido, y era Morante, cómo
cambiarle el bovino al sevillano. Volvió el torero ultramarino a prologar con
pases por abajo, haciendo una de esas faenas que llaman bonitas, pero que
pierden verdad y grandeza, por la falta del toro en el redondel. Eso es lo que
imponen los figurines, y ha hecho muy bien el público en protestar. Pitos tras
cuatro pinchazos, un aviso y una media trasera. Y el consecuente repruebo
generalizado.
Diego Silveti |
El joven Silveti, quien copia muy bien los
ademanes de su siempre bien recordado padre, pues no podía decir mucho y tuvo
que apechugar dirían unos con los pequeñajos; sin embargo, estoy seguro que su
padre, al haber visto a esos torillos, hubiera desertado del cartel y habría
comentado el por qué.
En fin… son cosas del hubiera… que al final
del día no existe. Su primero ha sido Buenos tiempos, otro pequeñajo
protestado, que tuvo que ser devuelto por impresentable, así el 3º bis,
Jorgito, de Doña Celia Barbabosa, un manso y descastado ejemplar que aventó
cornadas para deshacer el castigo con el piquero, resultó deslucido, y el único
que sí pudo lucir con este ejemplar, ha sido, Diego Bricio, quien tras gran par
de banderillas, acabaría saludando en el tercio. La capacidad imaginativa de
Diego pero Silveti, sólo le da para dar derechazos y naturales a un bovino que
se negaba a embestir. Qué se le puede hacer, así que al no pasar nada, dejó dos
pinchazos, y una estocada muy trasera y tendida, que tuvo que invitar al
descabello, para poner punto final. Silencio.
Guerrero de luz, cerró plaza, que para variar
fue protestado, y ha sido igualmente manso, descastado, deslucido. Diego hizo
un quite por vertiginosa gaonera, que les ha faltado asentamiento. Tuvo momentos
buenos… el pequeñajo era un inválido al que obligó a embestir con notable
esfuerzo, y así con la derecha ha estado bien, aunque mejor la siguiente por
naturales, lo demás por ese lado ha sido la loable entrega teniendo frente a un
marmolillo. Al final, dejó dosantinas y circulares que impresionaron porque el
torero puso el cuerpo en los pitacos de un toro, que ya no tenía ningún deseo
de moverse. Vendrían expuestas bernardinas cambiando al final el viaje del
marmolillo, y luego, pinchazo, entera, dos descabellos, para escuchar ovación
de despedida.
Al final, mientras nos retirábamos del
imponente coso, la gente se nos acercaba, y en verdad se sentía ofendida por lo
que están haciendo las figuras españolas, evidentemente, tiene razón el gran
público mexicano, pero ahora mismo hay en España toreros mucho más interesantes
como Fernando Robleño, Alberto Aguilar, Rafaelillo, Juan del Álamo, David Mora,
entre otros, que no le ponen pero a la verdad que representa el TORO AUTÉNTICO
PARA SER TOREROS DE VERDAD.
FICHA
DEL FESTEJO
Con una entrada que se aproxima al medio aforo, en la
Monumental Plaza de Toros México, se ha lidiado un protestado encierro por IMPRESENTABLE
y PÉSIMO que procedió de la ganadería de Julián Hamdan Cerda, ha sido manso,
descastado, débil, inválido, teniendo que ser devueltos, por el hartazgo del
público, tercero y cuarto. Han sido sustituidos, por dos de Doña Celia
Barbabosa, tan mansos como descastados; el cuarto bis, también fue protestado
por su poca presencia.
Eulalio López El Zotoluco: Oreja y silencio.
Morante de la Puebla: Silencio y pitos.
Diego Silveti: Silencio y ovación de despedida.
Detalles: Después del sorteo
el ganadero, Julián Hamdan, escenificó un inaceptable incidente, ya que
haciendo uso de la conducta más ordinaria y absolutamente majadera, increpó
amenazadoramente a Gilberto Rodríguez, un chico de 15 años, al que además de
humillar le insultó, por el hecho de haber manifestado, que sus toros, no
tenían presencia, lo que ha provocado el repruebo generalizado contra el pésimo
criador de toros mansos. *** El banderillero Diego Bricio, después de imponer
magnífico par al tercero, fue ovacionado en el tercio. *** El banderillero
Cristhian Sánchez tras soberbio par en el cuarto, saludó en el tercio.
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