Casi lleno en los tendidos de La Venezolana
Rafael Orellana de nuevo “tocando pelo” en La Grita, esta vez salvando in extremis el balance artístico de la tarde. Foto: Aníbal García Soteldo |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Nuevamente el toro es el elemento a tomar en cuenta a la hora del
balance final de un festejo taurino. Por algo es el “rey de la fiesta”. Y como protagonista el toro, en la primera
corrida de la Feria del Santo Cristo de población tachirense La Grita, este domingo, donde los amoruchados
cornúpetas enviados por la familia Molina Colmenares, a nombre de uno
los hierros en su poder, como es el de La
Consolación, dio al traste con el lucimiento del espectáculo.
El tovareño Orellana ha pechado con un infumable lote al igual como
sucedió con su compañero de cartel, el valenciano Valenzuela. Ante tal género
ambos espadas hicieron gala de voluntad y deseos de agradar, pero el escaso
lucimiento además de su exacerbada mansedumbre dejaron en ascuas las
intenciones de los espadas, ante el soliviantado ánimo de los aficionados presentes.
Rafael recibiría bronca en el que abrió plaza, luego daría la vuelta al
ruedo en el tercero, mientras que Eduardo recibía ovaciones en la vuelta
al ruedo tras el segundo y leves palmas en el que cerró su lote.
Ante tal ambiente, tanto el ganadero presente, Hugo Alberto Molina,
como el alcalde La Grita, no tendrían otra opción que sortear entre Orellana
y Valenzuela la lidia del sobrero ejemplar lidiado en quinto lugar,
correspondiendo al coleta tovareño despacharle, dejando los momentos de mayor
lucimiento de la función, en especial con la muleta por la mano diestra, donde ha impreso series de gran calado en el tendido. Le despachó con el acero de
forma contundente, para cortar una merecida oreja, que a la postre le corona
como el triunfador de la tarde, tal y como sucedió hace una semana en El Vigía.
Este próximo domingo, con toros nuevamente de la familia Molina
Colmenares, se llevará a cabo la segunda corrida de feria, en la que estarían
realizando paseíllo los tachirenses Marcos Peña “El Pino” y Gregorio Torres “Maravilla”.
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